Día siguiente. Martes 9:30
Carlos
Levanté la cabeza al escuchar llamar a mi puerta. Vi a Cris y Héctor. Ella dijo:
- Carlos ¿Estás ocupado?
- Pasad, pasad
Vi que traían con ellos los contratos. Se sentaron y me hicieron un par de preguntas sobre el contrato. Se las respondí y ambos me dieron los contratos firmados. Asentí sonriendo. Cris preguntó:
- ¿Cuándo mmmm cuándo será mmmm efectivo?
- Pues seguramente se tramitará hoy mismo y mañana estaréis dados de alta
- Ah, genial
Los dos sonreían ampliamente. Llamé a Silvia y cuando vino, le dije:
- Parece que los dos han picado y van a ser nuestros nuevos esclavos
- Que bien, al fin podré rascarme la barriga
Y todos nos reímos. Entonces, poniéndome serio, les dije:
- Silvia ha tenido una idea
- Una buena idea
- Sí, una buena idea
- Como siempre son mis ideas
- Me encanta tu humildad
- Es que es la verdad, jefe
Y me sacó la lengua. Cris reía y Héctor nos miraba sorprendido, no se acostumbraba a nuestras bromas. Continué:
- Bueno, como iba diciendo antes de que la persona más humilde del mundo me interrumpiera
- Que tonto eres
- Pues eso, que ya sabéis que Silvia hace de todo, se encarga del cacharreo, impresoras, portátiles,… y de los programas que tenemos y también de los servidores
- Soy chica para todo
- Y eso no puede ser, no se centra en nada. Por eso, ha pensado que cada uno de vosotros se especialice en algo y que Silvia y yo nos quedamos como genéricos ¿Entendéis?
Los dos nos miraron sin comprender. Silvia dijo:
- Anda que te explicas como un libro cerrado, déjame a mí
- Todo tuyo
- Lo que quiere decir es que hemos observado que a ti, Héctor, se te da bien arreglar cacharros y programar, mientras que a ti, Cris, se te da bien la gestión de los servidores ¿No?
Los dos nos miraron sin decir nada. Silvia los miró:
- ¿Os gustan esas cosas a cada uno o estoy equivocada?
Cris habló:
- Bueno, no es que se me de bien la gestión de servidores, es que es lo que me ha enseñado Carlos
- ¿Y no te gusta?
- Sí
- ¿O prefieres programar?
- Mmmm, bueno, me gusta pero creo que lo de los servidores me gusta más
- Bien, pues eso decía ¿Y tú, Héctor, no dices nada?
Héctor se aclaró la garganta pero solo asintió. Silvia se quedó mirándolo y al final dijo:
- Sí, sí, me gusta lo que has dicho
- Bien, pues vamos a hacer lo siguiente, a Héctor lo voy a tutorizar yo, y a Cris Carlos
Entonces hablé:
- Cris, no será solo la gestión y revisión de servidores, será también la seguridad y auditorías
- Mmmmm, no sé nada de eso
- No te preocupes, te enseñaré
- Bien
Silvia dijo:
- Y a ti, Héctor, te enseñaré todos nuestros programas, no solo los dos que has visto, tenemos bastantes y serán tu responsabilidad
- Bi… bien
- Pues nada, era solo eso, no va a cambiar gran cosa, es solo que queremos que os centréis en esas cosas para que os especialicéis ¿Vale?
- Sí
Nos quedamos todos callados y entonces me fije en el reluciente móvil que tenía Cris en las piernas, boca abajo. Le había visto antes un viejo Motorola más pequeño. Le dije:
- Ese móvil es nuevo, Cris ¿Ya has empezado a invertir tu paga?
- ¿Qué? ¿Esto?
- Sí
- No, no es nuevo, es que perdí mi móvil y Héctor me ha vendido un móvil viejo que no usaba
- ¿Viejo?
Miré a Héctor que, angustiado, no sabía donde mirar. Me gustaban mucho los móviles y estaba al día, y sabía que ese móvil había salido al mercado hacía pocos meses. Pregunté:
- ¿Y por cuánto te lo ha vendido?
- Por 100€
Pensé que era una ganga total. Le pedí el móvil y lo revisé, estaba nuevo, ni una rozadura ni arañazo. Entonces Silvia dijo:
- Los hombres y los móviles, mira que os gustan los cacharritos, para mí son todos iguales
Cris rio y asintió pero dijo:
- A mí me viene genial porque sin móvil no se puede estar, y funciona muy bien, mucho mejor que mi otro móvil
Miré al angustiado Héctor y vi su móvil, un modelo de gama media del año pasado, mucho peor que el móvil de Cristina. Aquí pasaba algo pero no me iba a meter y lo dejé pasar. Le devolví el móvil y les dije:
- Os llamarán de administración para que deis algunos datos ¿Vale?
- Claro
- Bueno, venga, dejadme trabajar, que sois muy pesados
Silvia, haciéndose la ofendida, dijo:
- Pero si nos has llamado tú
- Por cierto, ¿Te quedas Silvia?
- Ves, eres tú el que no quiere trabajar jeje
Cuando se fueron los dos chicos, le indiqué a Silvia que cerrara la puerta y le pregunté:
- Ayer se me pasó preguntarte por… por lo tuyo ¿Todo bien?
- Sí, ayer empezamos
- ¿Y sin problemas con Antonio?
Silvia me había contado sobre su decisión de tener otro niño y como a Antonio no le había gustado la idea. Silvia suspiró y dijo:
- Bueno, ya sabes lo mucho que me costó convencerlo pero sí, está cooperando
Dijo sonriendo. Asentí. Ella continuó:
- En fin, es un tío, siempre tenéis ganas ¿No? O eso se supone
- Pero no es lo mismo el sexo por diversión que por procreación
- Ya, ya… él me lo dice, que me lo tomo como un trabajo, con mis plazos, fechas,… Pero es que hay días mejores, eso lo sabe
- Ya
- Pero protesta, puede foll…. Puede hacerlo dos veces al día y el tío protesta
Silvia bajo mucho la voz y dijo:
- Que ganas, ganas, yo tengo pocas, que acabo el día reventada, que no sabes lo que es mi vida con la niña y el padre, todo el día de acá para allá, que por la noche me siento en el sofá y me duermo, hace meses que no veo una serie
Asentí. Silvia suspiró de nuevo:
- Es que Gema nos ha salido muy… muy protestona, ya lo sabes, es… no sé la última vez que he dormido del tirón. Creo que debió ser antes del embarazo, seguro, y luego llevarla con mi madre, al parque, aguantar a las madres y los gritos, comprar, la comida… Estoy… estoy siempre muy cansada
- Lo sé
- Que Antonio trabaja mucho, lo sé, pero te digo que yo estaría más tranquila aquí por las tardes que yendo de un lado para otro con la niña, las compras, las madres…
Nos quedamos callados. Le había preguntado porque esa mañana le había visto mala cara. Le dije:
- Hoy te ha pasado algo ¿No?
- Hemos discutido. Cuando le he dicho de hacerlo, se ha negado, me ha dicho que lo trato solo como un banco de semen, será idiota, aunque al final lo ha hecho pero enfadado
No dije nada pero la conocía, sabía lo controladora que era. Ella volvió a suspirar y dijo:
- A ver, que sí, que quizás lo estoy presionando un poco pero es que la otra vez nos costó meses que me quedara embarazada, esta vez quiero que sea rápido. La otra vez no miraba ni cuando ovulaba ni nada, solo dejé de tomar la píldora y ya está, pero esta vez lo tengo todo controlado y quiero que…
- Silvia, no te agobies con esto
- No me agobio pero…
- Yo te noto agobiada
- Pero…
- ¿Has pensado en irte con tu marido a un hotelito un fin de semana? Y hacerlo sin horarios ni nada, solo por diversión
- ¿Y Gema?
- Se la dejas a tu madre
- No puedo, ya sabes como es Gema y mi madre está muy mal, no puede…
- A tu madre seguro que no le molesta un fin de semana
- Pero no puedo dejar a Gema tan pronto, yo… eso no está bien, ella es tan pequeña aún
- Ella ni se dará cuenta por un par de días
- No la conoces, si no para de llamarnos y…
La miré y ella se pasó la mano por la cara. Dijo:
- Jo, estaría genial, irnos Antonio y yo de fin de semana pero… ahora no puede ser
- ¿Cuándo?
- Cuando… no sé, cuando me quede embarazada
- Ya, seguro
- Sí ¿Por qué no?
- Porque dirás que mejor cuando nazca, y luego dirás que es muy pequeño para dejarlo solo y…
- Es que es la verdad
- Bueno, tú piénsalo, y no agobies a Antonio, a los tíos nos gusta el sexo pero no por obligación
- No es obligación, es… es por deber
- Lo mismo es para el caso, no lo agobies
- Es que no lo agobio, solo le digo cuando debe hacerlo
Meneé la cabeza, no la iba a convencer. Le dije:
- Bueno, no me meto, disculpa
- No, no, si me gusta hablarlo contigo, que no tengo a nadie con quien hablar de estas cosas
- Con las otras madres
- No, ni hablar, son… son unas chismosas
- Jeje
- Gracias por el consejo, lo pensaré
Hablamos de algunas cosas del trabajo y luego se fue. La conocía bien y sabía que no me iba a hacer caso y seguiría con su plan a rajatabla, así era ella.
Carmen
Había sido un día intenso en el trabajo, intenso no por complicado sino por tener que aguantar a la gorda de Patri, mi nueva jefa “qué tía más petarda y cansina” pensé mientras abría la puerta de casa y escuchaba las voces de los albañiles. Rápidamente apareció el encargado, ese baboso asqueroso, y me dijo que todo avanzaba bien. Me enseñó los avances y lo revisé con cuidado.
Vi a Santi en una habitación y le sonreí pero él solo ladeó la cabeza a modo de saludo. Me había pasado las reuniones con Patri pensando en él, en lo bueno que estaba y como follaba, de una forma salvaje y apasionada. Había estado todo el día deseando llegar a casa para verlo y decirle que volviera esa noche, solo pensarlo me entraban escalofríos. Seguí dando un repaso con el baboso y, en cuanto pude, volví donde Santi y me acerqué a él:
- Hola
Él me miró pero siguió trabajando. Me acerqué más y le pasé un dedo por su brazo desnudo mientras decía:
- Podrías pasarte luego
- No puedo
Me quedé sorprendida ¿Qué le pasaba? Anoche se lo había pasado de puta madre, estaba segura. Me acerqué más a él y le dije:
- Me da igual la hora
- He dicho que no puedo
Y se movió para alejarse de mí. Lo miré sin comprender. Entonces me dijo:
- Tengo novia
- Y a mí qué
- Pues que he quedado con ella
- Vale, ven después
- He dicho que no
Me pegué a él y le dije al oído:
- Tú ven a la hora que sea, no te vas a arrepentir
Y le lamí la oreja lentamente. Él se quedó muy quieto. Le restregué las tetas en el brazo mientras metía mi lengua en su oreja. Luego, me fui meneando el culo. Estaba segura que vendría.
Cuando se fueron todos me di un baño tranquilamente y luego cené algo mientras veía la tele y hablaba con mi hijo que llevaba dos semanas con su padre de vacaciones en Canarias y ese fin de semana volvían. A las 10 me puse lencería sexy, transparente y me maquillé. Luego, me eché en el sofá a esperarlo mientras veía la tele.
Silvia
Tras acostar a Gema, me senté en el sofá, cansada como siempre. Miré la tele, la serie que estaba viendo Antonio pero sabía que me iba a dormir. Entonces empecé a pensar en la conversación con Carlos ¿Por qué los tíos, siendo tan básicos, luego complicaban todo por minucias? “A Antonio le encanta el sexo, lo sé bien, y ahora que puede aprovechar todo lo que quiera, no para de quejarse y enfadarse” pensé. Según Carlos es porque lo estoy agobiando ¿Agobiando por querer follar? ¿En serio? Si debería estar saltando de contento al verme tan dispuesta.
Miré a Antonio de forma disimulada ¿Por qué se enfadaba por cualquier cosa? Discutíamos mucho “Es el cansancio, está claro, nos vendría genial eso de irnos solos a un hotel” pensé pero no podía, no podía dejar sola a Gema, era una niña especial que requería mucha atención, y yo no estaría nada tranquila.
Me eché sobre su hombro y él dijo:
- ¿Ya te vas a dormir?
- No
Pero sí, en esa postura me dormiría enseguida, lo sabía. Entonces él echó el brazo por encima mía y me abrazó. Ahora sí que me iba a dormir. De repente, me llegó un recuerdo que parecía de otra vida. Recordé la de veces que habíamos follado en ese sofá. Nos sentábamos, me abrazaba, me calentaba y follábamos, y “Ahora solo quiero dormir, a estas horas tengo la libido por los suelos” pensé tristemente. Hacia una eternidad que no follábamos de esa forma despreocupada pero muy calientes “¿Esto es lo que pasa al convertirnos en padres?”
Y recordé las quejas de Antonio, que solo lo usaba como banco de semen y que el sexo era rápido y al grano. Y era verdad, ayer por la mañana había tenido un poco de ganas, por la excitación del comienzo de nuestro objetivo, pero ayer noche y esta mañana me había preocupado solo de abrir las piernas y de que se corriera pronto. Incluso me había molestado un poco, no lubricaba bien y era molesto, y me había planteado comprar lubricante… “Lubricante para mi coño, joder, quien me lo iba a decir, con lo mojada que me he puesto siempre”.
Estuve a punto de decirle de irnos ya a la cama a echar el polvo y dormir pronto, pero me contuve, sabía como iba a sonar eso, me lo sonaba a mí misma. Entonces se me ocurrió algo, lo mismo conseguía excitarme. Alargué mi mano y le acaricié el paquete. Antonio dijo con voz sorprendida:
- ¿Qué haces?
- Nada
Seguí acariciándoselo y noté que se le ponía morcillona. Metí mi mano dentro y se la cogí “Al menos él sí se sigue excitando”. Se la saqué fuera y lo masturbé lentamente. Luego, me incliné y empecé a chupársela. Él gimió. Se la chupé un par de minutos y luego, me incorporé y me bajé el pantalón del pijama y las bragas. Me senté encima y me la metí despacio “mierda, estoy seca, pero ¿Qué me pasa?”. Me eché sobre él para ocultar mi cara de dolor y empecé a moverme despacio. Poco a poco su líquido fue lubricándome y me dolía menos. Me empecé a mover más rápidamente mientras lo besaba y sus manos me apretaban las tetas y el culo. Entonces le dije:
- No te corras así
- ¿Qué?
- Mejor encima mía
Entonces él me paró y me miró desconcertado. Dijo:
- ¿En serio, Silvia?
- ¿Qué?
- Ni así puedes parar de pensar en eso
- Pero es que ya sabes que es mejor estando tú encima, se queda dentro y hay más posibilidades de…
- Joder
Se levantó, me tumbó en el sofá, se puso encima y me folló rápidamente hasta correrse. Entonces se levantó y dijo:
- Tarea cumplida
Y se fue enfadado. Le dije:
- Pero cari, es solo que…
Y escuché cerrarse la puerta del cuarto de baño. “Joder, si solo le ha querido recordar eso”.
Carmen
A las 11 me empecé a poner nerviosa. A las 11:30 estaba insegura ¿No había sabido calentarlo bien? pero esperé. A las 12 me levanté enfadada y me fui al baño para quitarme el maquillaje y acostarme. Me quité la lencería y me miré al espejo ¿Estaba perdiendo atractivo?. Entonces escuché como llamaban a la puerta con varios golpes. Me puse una bata y fui a la puerta. Si era Santi se iba a enterar ese mamarracho. Al abrir lo vi en pose chulezca. sonriendo con suficiencia. Me calenté inmediatamente y tiré de él para meterlo en la casa mientras me lo comía a besos.
Lo llevé al dormitorio y le quité la camiseta mientras le lamía el cuerpo. Le dije:
- Te has hecho de rogar
- Te dije que tenía lío
- ¿Follarte a tu novia?
Me cogió del pelo y tiró de mí para pegarme a su cara diciéndome:
- A mi novia la dejas en paz
Me puso aún más caliente y quise picarlo más diciéndole:
- No sabe follar ¿Verdad?
- Cállate, puta
Y me empujó para tumbarme en la cama. Me reí y le dije:
- Seguro que no sabe chuparla
- Eres una zorra
- Mucho
Y me desabroché la bata y abrí mis piernas para que viera mi coño mientras le decía:
- Esto es lo que quieres ¿No?
Él me miró y vi como tenía la polla dura apretando sus vaqueros. Con un pie le acaricié el paquete y él dijo:
- No hemos follado pero me la ha chupado
- ¿Y se lo ha tragado?
- Siempre lo escupe
- ¿Quieres que yo me lo trague?
Con el otro pie recorrí hacia arriba su torso lentamente hasta llegar a su boca, y le metí los dedos en la boca. Él los chupó. Le dije:
- ¿Quieres que te la chupe como ayer y luego me trague tu leche?
Él asintió sin dejar de lamerme los dedos del pie. Sonreí y aparté mis pies de él. Me arrodillé mientras me quitaba la bata para quedarme totalmente desnuda y le bajé el pantalón y los calzoncillos. Su polla saltó, totalmente erecta. Se la cogí pensando que esa cría seguro que no tendría ni puta idea de lo que hacer con esa magnífica polla. Le pasé la lengua a lo largo de todo el tronco, lentamente, sin dejar de mirarlo.
Luego, me la metí en la boca, solo el glande, y con mucha lengua y saliva, se la lamí dentro de mi boca. Poco a poco, me fui metiendo más polla en la boca, gimiendo y haciendo ruidos de atragantamiento. El chico estaba a punto pero aún no había terminado con él.
Saqué su polla de mi boca, me incorporé un poco y la puse entre mis tetas. Escupí sobre su polla y lo masturbé con mis tetas. Lo miré y le pregunté:
- Te gustan mis tetas ¿No?
- Mmmmm ssssiiiii
- ¿Te gusta follarte mis tetas?
- Joderrrrr
Tenía al chico a 1000 y noté que estaba a punto de correrse entre mis tetas pero no, ese día no, quería su leche. Me la volví a meter en la boca y aumenté el ritmo de la mamada. No paré hasta notar los chorros de su leche, que retuve en mi boca. Cuando terminé, solté su polla y, mirándolo desde abajo, abrí la boca para que la viera llena de su leche y luego me la tragué. Volví a abrir la boca para que viera que ya no había leche.
Él me miraba atontado, con cara de salido pero atontado. Me incorporé y le dije al oído:
- A mí me puedes pedir todo lo que ella no quiere hacerte
Lo miré a los ojos, muy cerca, y le insistí:
- Todo
Entonces le besé, un beso guarro, con mucha lengua, con el sabor de su leche en mi boca. Luego, me aparté, me tumbé en la cama y abrí mis piernas. Él captó el mensaje y se echó sobre mi, chupándome las tetas y luego el coño. No sabía comer un coño en condiciones, era ansioso y no tenía ritmo. Tardé en correrme.
Se tumbó a mi lado y nos quedamos mirando el techo. Entonces dijo:
- Yoli… yo creo que ella no disfruta del sexo
Entendí que se refería a su novia. No dije nada:
- No... no sé si se corre
Lo miré, él seguía mirando al techo. Continuó:
- Cuando la follo, me pone una mano para que no se la meta mucho, creo que la tengo demasiado grande para ella
Ahí me reí y le dije:
- Nene, la tienes grande pero no tanto para que no quepa en un coño
- ¿Entonces?
- ¿Cuántos años tiene?
- 18
- ¿Y tú?
- Los mismos
Lo miré, no me había parecido tan joven. Pensaba que rondaría los 25 años. Le dije:
- Pero ella no es tu primera chica
- Noooo, pero yo sí soy su primer chico, la desvirgué hace unos meses
Nos quedamos callados. Entonces dijo:
- Con las chicas que he follado... ninguna disfrutaba tanto como tú
- Jajaja, la experiencia es un grado, y tu chica es muy joven, le faltan polvos
- ¿Siempre eres tan zorra?
- Siempre, el sexo está para disfrutar, no para andarse con tonterías y melindres, sé lo que quiero y lo tomo
Me incorporé y miré el reloj. Le dije:
- Mañana me levanto temprano así que si quieres follar será mejor que nos pongamos ya, que no puedo llegar tarde
Lo miré, seguía cachonda y quería follármelo bien, pero el chico ya se había corrido dos veces esa noche, no sabía si ya estaba repuesto. Le cogí la polla y lo besé. Noté como se endurecía en mi mano y sonreí, el chico daba la talla.