SOLUCIONES - DECISIONES. (14).
Mi vista estaba nublada cuando abrí los ojos, el parpadeo me ayudó a despejar la pequeña bruma que había en ellos y tuve que cerrarlos de golpe porque el blanco de la habitación fue como un fogonazo y provocó un movimiento involuntario de mi cuerpo que se vio invadido por un dolor ingente y agudo que partió en oleadas desde mi espalda, a la altura del hombro izquierdo, hasta a mi cerebro y viceversa. “Tranquilo amor, tranquilo, ya todo está bien”, -escuché que me decía la voz de Viviana-. Reconocí el lugar como a una de las habitaciones de mi Clínica, pero mi perspectiva visual desde la cama y como paciente era distinta, me costó unos segundos entenderlo. Enseguida hicieron su aparición Matías, el Médico Cirujano que actuaba como mi segundo al mando y Helga o Ingrid, siempre me costaba diferenciar a las gemelas Jefas de Enfermeras.
Viviana dejó mi mano y dio dos pasos hacia atrás para permitir que me revisaran, traté de incorporarme y el dolor en el hombro regresó haciéndose sentir. “Tranquilo campeón, está todo controlado”, -expresó Matías mientras la enfermera tomaba mi presión. Recordé como con pantallazos el momento de los disparos y la miré a Viviana preguntándole como estaba y que había pasado con Miguel…
- Yo estoy bien gracias a vos, me salvaste la vida y Miguel recibió un disparo en el brazo, pero la bala no ingresó, sólo lo rozó, está en otra habitación, aunque únicamente por precaución, -me dijo acercándose a la cama y acariciándome el rostro-.
- Jefecito, si no te quedás quieto y dejás de preguntar, el tensiómetro se pone como loco, -acotó la enfermera con una especie de reto risueño-.
- Está bien Ingrid, me quedó quieto, pero en ese brazo siempre me da distinta presión.
- Bueno, pero el otro está colgado y no me sirve, ¿habrá alguna posibilidad de que sea un buen paciente? y soy Helga, Ingrid viene a la tarde, -dijo a la par que colocaba el medidor de oxigenación en mi dedo índice-.
Luego de las comprobaciones y de escuchar que Helga le dijera de forma risueña a Viviana que no la envidiaba para nada por tener que estar al lado de un paciente tan incordioso, “de pie y como Director es genial, como paciente no se lo recomiendo a nadie”, -le dijo antes de salir-. Hice que Matías se quedara y me explicara qué había pasado con mi hombro.
- Tuvimos que operarte para tratar de ordenar un poco los huesos. La bala ingresó por la escápula y salió por la cabeza del húmero, pero en su recorrido afectó bastante de la clavícula y varios músculos, no se perdió nada, aunque llevará tiempo de recuperación, además tenés una rozadura por debajo de la oreja, allí tuviste un Dios aparte porque la carótida se salvó por milímetros.
- ¿Qué es la escápula?, -preguntó Viviana-.
- Comúnmente lo llamamos omóplato, fue este hueso y la posición del cuerpo lo ayudó a que la bala se desviara, de no haber sido así, seguro pasaba de largo y te daba en la cabeza, me dijeron que se incrustó en el marco interior de la puerta del auto, -le contestó Matías-.
- ¿O sea que no me puedo ir?
- Por dos o tres días olvidate de eso y no jodas, dejá que te mimen. Otra cosa más, hay dos policías que quieren interrogarte, ayer vinieron dos luego del tiroteo y han estado turnándose todo el día de hoy esperando a que te recuperes.
- ¿Qué hora es?
- Cerca de las siete de la tarde, la operación llevó como cuatro horas y luego te sedamos para que no te movieras y pasaras la noche y el día relajado. ¿Qué hacemos con esos dos?, ¿los querés ver o les decimos que vengan mañana?
- Denme algo para tomar que tengo la boca pastosa y avísenle que entren, los atiendo ahora y me saco el problema de encima. Vivi, quedate conmigo.
- Ya te mando a los policías y después podés decirle a tu novia que se vaya a descansar, recién hace un rato se pudo cambiar la ropa ensangrentada porque vino una rusa a traerle una muda de ropa.
- Fue Irina, jajaja, la pobre me trajo ropa de ella, estaba tan nerviosa que mezclaba el español con el ucraniano, se quedó en la habitación con Miguel, -acotó Viviana-.
Pasaron los dos policías e hicieron mención a que el interrogatorio era sólo a título informativo porque había órdenes “de arriba” para que nada se pasara por alto. El Detective que estaba a cargo nos contó que nuestro agresor estaba herido en el lado derecho del pecho y en el brazo, que había sido detenido y que había actuado bajo efectos de estupefacientes, en apariencia, ingeridos para cometer el delito.
- Probablemente por eso actuó como un loco desquiciado, -arriesgué a teorizar-.
- A nosotros y a los médicos que lo atendieron en primera instancia no nos quedan dudas, estaba reloco y “hasta las manos” de coca, debe haber aspirado hasta por las orejas, tenía el vicio desde antes y esos no sirven para nada, -dijo el policía poniendo una cierta cara de asco-.
Continuó diciendo que el otro delincuente también estaba herido en el hombro y fue detenido por el custodio que estaba en ese momento en la calle. Se había detenido también al Administrador merced a las declaraciones de los dos heridos y se buscaba a la mujer que había huido con la camioneta del lugar del hecho.
- Apenas un poco de “aprete” y hablaron hasta por los codos, la Carátula de la Causa se nutre de homicidio, Asociación Ilícita (banda), instigación para cometer secuestro y asesinato, intento de asesinato, premeditación, alevosía, defraudaciones, estafas y, bueno, siempre aparece alguna cosa más.
- ¿Qué dijeron del asesinato?, -preguntó Viviana con premura-.
- Se los pregunta porque ella realizó una denuncia por el presunto asesinato del padre a manos de la mujer fugada, -me apresuré a aclararles-.
- Sobre esa misma denuncia es que se actuó contra ellos, además hay otra en Defraudaciones y Estafas, según las declaraciones del tipo que les disparó y del Administrador, la culpan de todo y le “cargan las tintas” a la mujer diciendo que se apuró para envenenar a su padre y hacer cremar el cuerpo, pero no tuvo en cuenta la cesión de bienes y eso complicó todos los planes que tenían. Lo lamento señorita, pero es lo que ellos declaran, -esto lo dijo porque Viviana no pudo evitar derramar lágrimas al escuchar el relato-.
Les di mi versión de los hechos y se retiraron conformes. Al quedar solos Viviana me contó que había estado el Abogado y que se encontraba muy apesadumbrado porque justo nos había invitado a ir al Estudio y parecía como que les habían allanado el camino a los agresores. Le contesté que estaba bien, no me daba la cabeza para pensar en algún tipo de maquinación de esa índole. Luego le pedí que le avisara a Miguel si podía venir a verme, lo fue a buscar y al rato ingresaron los tres a la habitación.
Le agradecí a Miguel y alabé su forma de actuar, no sin antes aguantar los apretones de Irina que parecía rezar en ucraniano, le pregunté por la herida y me dijo que no era nada, “el otro la llevó peor, ¿usted cómo está?, lindo susto nos hizo pegar. Ahora me causa gracia lo que hacían estas dos mujeres, pero fue dramático, gritaban desesperadas a cuál más fuerte, una quería sacarlo del auto tirando de sus brazos y otra, que vino corriendo despavorida por los disparos, lo jalaba de sus piernas, tuve que gritar como un loco para que escucharan”.
Contar la desesperación de las chicas para tratar de sacarme del auto y reanimarme motivó que nos riéramos un rato sacándonos la mala onda de encima que nos habían dejado los policías, no había dudas de que las noticias habían sido buenas, pero provenían de un entorno de mierda. Después de charlar un rato Viviana dijo de ir al departamento para bañarse y descansar, Irina volvería a su casa y Miguel también se marchaba porque había sido dado de alta. Justo en ese momento vibró mi celular, era el Abogado y lo atendí poniendo el altavoz…
- Hola Doctor, discúlpeme, pero no pienso aceptarle otra invitación a almorzar.
- Hola Gabriel, me alegro que estés mejor, no sabe el cargo de conciencia que me quedó, parecía que los hubiéramos entregados atados de pies y manos.
- Si no hubiera sido en ese momento habrían esperado otro, mejor que ya se haya terminado, ¿qué pasó con la sentencia?...
- Ya es oficial y como no hay otra parte para apelarla, quedó firme, ya le dije a Viviana que puede ocupar el lugar como legítima heredera y dueña, lo mismo pasa para las cuentas de Bancos y los Dominios de los vehículos, todo eso tendrá que pasarse a nombre de Viviana y el Estudio se puede ocupar a la brevedad, de hecho, ya se mandó a notificar al Registro de la Propiedad para cambiar al titular en todas las propiedades, que, por lo visto hasta ahora en los papeles secuestrados, son como quince y varias de ellas muy buenas y bien ubicadas, parece que el padre de Viviana cada vez que hacía una buena cosecha o vendía ganado lo invertía en propiedades.
- Me alegro por eso, pero mejor es que se ocupen ustedes de todo eso Doctor, Viviana y yo estaremos ocupados en reorganizar todo aquello.
- No hay problemas por eso, pero, en realidad, los llamaba para darles otra buena noticia, ya fue detenida la mujer buscada, viajaba con la camioneta con pedido de secuestro y quiso pasar a otra provincia, la detuvieron en el acto, muy, muy chapucero lo de esta gente, le esperan varios años, posiblemente perpetua pues ya confesó lo del veneno.
- Mejor así, es un problema menos, lo que no entiendo es cómo sabían de mi domicilio.
- Según la confesión del que fue herido y detenido junto al ex novio de Viviana, ella había zafado cuando vos la recogiste en el auto y la llevaste a la Clínica, la habían ubicado y lo querían hacer pasar por violación y asesinato, todo por orden del ex Administrador que también tiene para varios años, se peleaban para acusarse entre ellos, luego te mando a la Clínica la copia de la sentencia de la heredad para que puedan moverse con eso, además el Juez ya ordenó que se devuelva todo lo secuestrado y alguien tiene que estar allí para recibirlo.
Después de saludar y despedir al Abogado, corté la comunicación y hablé con los tres que todavía no se habían ido y estaban expectantes por lo que se resolviera, habida cuenta que habían escuchado lo que decía el Abogado por el altavoz del celular…
- Bueno chicos, mañana mandan el papel de la sentencia que declara a Viviana como legítima dueña y habrá que hacerse cargo de la Estancia a la brevedad, yo no puedo moverme hasta dentro de tres días y allí la casa está sola, las maquinarias, el mobiliario, los animales, nada de eso tiene control y hay que recibir todo lo secuestrado que se va a devolver mañana o pasado, ¿qué piensan hacer?
- Decidí vos amor, acabo de enterarme que me salvaste la vida dos veces y vos serás quien decida sobre mi vida y mis bienes, -acotó Viviana con lágrimas en los ojos-.
- ¿Qué tenés en mente Gabi?, nosotros dos estamos a disposición, -preguntó y afirmó Irina-.
- Mi idea es que, apenas tengan la sentencia, se vayan para allá, váyanse en un Uber porque mi auto no debe estar en condiciones.
- Me dijo Pedro que ya lo liberaron de la Causa y el seguro se encargó de las reparaciones, pero hasta una semana o diez días no estará listo, -expresó Miguel-.
- En la Estancia deben existir otros vehículos o alquilen uno para poder moverse cómodos. Viviana, vas a tener que contratar a un Escribano para que haga un relevamiento y un Inventario de las cosas en el lugar, por lo menos de las más grandes, maquinarias, vehículos, animales, granos, etc.
- No va a poder hacer todo en un día...
- Que se tome los días que sean necesarios, si es del pueblo puede ir y venir, sino que se quede en la Estancia, no conozco la casa, pero no creo que vayan a faltar habitaciones, ¿algún palo más en la rueda?... Viviana, si vas a ponerme “peros” a cada instante tomá las decisiones vos y no me pidas ayuda, creo que algo hablé al respecto antes de que me cagaran a tiros.
- Tenés razón, disculpá, sucede que, además de no conocer, hay decisiones sobre la Estancia que me superan, son muchas cosas que me dan vueltas en la cabeza, pero lo tuyo lo tengo bien claro.
- Te entiendo, pero aplicá un poco de paños fríos, comenzá a meterte en la cabeza que vos contratás, vos exigís el cumplimiento, sin que para eso sea menester ser déspota. Tratá de organizarte una agenda, allí anotarás lo que pienses hacer a futuro y lo que tengas que hacer en el presente, por ahora el pasado sólo te va a servir para aplicar las experiencias o para recordarlo sola en tu habitación.
- Habrá que tomar decisiones sobre el personal y por el tema del Centro Turístico, -expresó Irina-.
- Sobre el personal habrá que hacer una evaluación, todos saben que ustedes van a hacer “limpieza” y tratarán de acomodarse o de hacerse pasar por “buenos”, no se “casen” con nadie. Irina y Viviana se encargarán del personal de la casa y adyacencias, Viviana, habrás notado que dije Irina y… Viviana, pues bien, ella decide sobre quién se queda o se va, si no estás de acuerdo con alguna medida lo hablan a solas, por ahora, sin sonrisas para nadie.
- ¿Tiene que ser así de taxativo?, -preguntó la ucraniana-.
- Irina, no te lo tengo que explicar, vos vas a ejercer un rol de autoridad delegado por la dueña, no hay condescendencia que valga, ya habrá tiempo para eso también. Miguel se encargará del personal del campo, además, sería conveniente que llevaras a algún compañero para que te haga de ladero y para que oficie de conductor de cualquier de las dos mujeres, no quiero que se muevan solas para ir al pueblo. Ya veremos qué pasa con lo del Centro Turístico, vendrán al pie y hay que estudiar lo que ofrecen, allí no habrá decisiones hasta que esté yo y hasta que les vaya dejando las manos libres a ustedes.
- Pensé en Pedro, creo que no se va a negar, -dijo Miguel-.
- Me parece bien, me gusta Pedro, aparenta ser un tipo serio, yo me jacto de ser un tipo justo, pero… como te doy te quito, el trabajo lo defiende cada uno de ustedes con sus acciones y soy de conceder pocas oportunidades. Por ahora no se me ocurre nada más, júntense mañana a las nueve de la mañana en mi casa, lleven ropa como para una semana “de campo”, yo les aviso si tengo el papel de la sentencia, lo retiran, se van y me llaman si surgen algunos problemas que no puedan resolver. Viviana, ¿te podrás quedar un poco más?
- Si vida, me quedo a tu lado el tiempo que quieras.
Irina y Miguel se retiraron y me quedé mirando a Viviana sin decir nada, logré lo que quería porque se puso nerviosa, entrecruzaba los dedos de la mano y sus ojos estaban activos, pero cargados de incertidumbres, pues, como se estaba dando nuestra relación antes del atentado y luego de la “parada de carro” reciente que le había dado por sus “peros”, se las veía venir negras, aunque, en realidad, lo que yo pretendía era darle cierta seguridad y eliminar los “peros” de cuajo.
- Te voy a hacer una pregunta que decidirá nuestro destino juntos o no, ¿de verdad estás segura de seguir a mi lado aceptándome como soy?...
- Sí, sí, de verdad, sos todo para mí y no podría vivir sin vos. Si antes te amaba por como eras conmigo y estaba dispuesta a lo que fuera, después de lo que viví, lo que me enteré recién cuando me quisieron secuestrar y del miedo enorme que pasé porque creí que no te volvería a ver, seré hasta tu esclava.
- No es mala idea y algunos chirlos te vas a llevar por tus salidas de tono o tus dudas o dejarme “pagando” cuando digo algo delante de los demás.
- Pregunté porque no sabía, pero desde ahora en más, me corto la lengua antes de decir algo que te incomode.
- No, no es tan así princesa, vos podés preguntar y opinar, pero… en la intimidad, después veré si acepto lo que podés decir o te caliento el culito, ¿quién es el que va a mandar siempre en nuestra relación?
- Vos mi amor, vos, lo que me digas será una orden castrense para mí.
- Bueno, porque esto de decirles a los demás lo que tienen que hacer y ponerle los puntos a “mi mujer” me ha puesto en un estado que te va a agradar, lo que sucede es que no me puedo mover, andá a trabar la puerta y vamos a ver si querés o cómo te las arreglás para dejarme relajado usando todos tus agujeritos.
- Sí, quiero, quiero, yo me ocupo, esta madrugada casi te la chupo mientras dormías, estaba tan chiquita que me dieron ganas de comerla toda, -acotó levantándose para trabar la puerta y se giró mirándome con ojos de fiera hambrienta.
- Bueno, inténtalo ahora, aunque te aclaro que a mí me gusta que te la tragues toda o aprendés vos o te fuerzo yo, pero a mi pija te la tenés que comer toda por todos lados.
- Si no puedo, forzame, cogeme bien cogida la boca.
Ya no había sábana que pudiera disimular la carpa que se había formado entre mis piernas y fue destapando la tela sabiendo lo que iba a encontrar, pero con ella, cada vez era distinto, la cara o el gesto de asombro variaba cada vez y mi ego se encendía. Sus puños cerrados sobre el tronco y encimados uno sobre el otro no alcanzaban a tapar el glande y, por la gota de líquido lubricante que asomaba del meato, pasó su lengua como si fuera un felino, sólo me faltó sentir el raspado tan particular que tienen estos, pero la delicadeza fue similar. Una mano abandonó el tronco y se apropió del escroto, en cuyo interior los testículos parecían crecer ante sus tocamientos y la mamada se profundizó. Yo enderecé la cama que se movió lentamente por medio del motorcito casi insonoro y me quedé mirando el techo, observarla cuando jugaba con mi miembro, lo besaba, lo lamía y lo metía en su boca me calentaba, pero sentir todo lo que hacía sin tener que mirarla, incentivaba mi morbo de mejor manera. No la iba a forzar, no me daba por ese lado, a lo sumo apoyaría mi mano en su cabeza, luego todo el esfuerzo debería provenir de ella.
Sentir como absorbía el glande, le pasaba la lengua e intentaba tragar por porciones, como dando saltitos con la boca metiendo un poco más tras cada intento. “Sin las manos mi cielo y torcé el cuerpo que una mano la tengo bien”, -le dije y se ubicó para que, aun protegidas por el jeans, pudiera acariciar sus nalgas y el interior de sus muslos-. Mis dedos sentían el calor que se desprendía de su entrepierna y mis oídos acaparaban sus gemidos que se incrementaban a medida que la verga entraba y salía de su boca. Ella se desabrochó el botón del jeans y bajó el cierre para que mi mano pudiera filtrarse. Bastó con correr la tirita para que el índice y el medio ingresaran en su vagina anegada y el pulgar se pusiera a jugar con su recto para que Viviana lanzara un gemido más fuerte y me apretara los dedos, la arcada la sorprendió tratando de meter lo que más podía en su boca, pero no pudo evitar el orgasmo y como no retiró la boca del todo, aproveché para llenársela de leche tibia.
Esa no era mi intención, el caso es que no me pude aguantar. Fue intenso y se esmeró para que no se escapara nada, tragaba como un becerro, aspirando como si no quisiera dejar escapar la mínima gota y me limpió suave con su lengua evitando el escozor o la impresión que suele quedar en el glande que acaba de eyacular. Se giró enseguida para sacarse el jeans, “a lo porno” como ella decía, esto es bajarse los pantalones o la ropa interior, apuntándome con su culo y sin flexionar las piernas, pero alcancé a decirle que destrabara la puerta porque iba a llamar a la enfermera. Se vistió rápido subiendo su pantalón y destrabó la puerta para regresar con premura a mi lado preguntando qué era lo que me pasaba. Yo sabía lo que me pasaba, pero no le podía contestar, la habitación giraba y miles de diminutas lucecitas blancas giraban en torno a mi mirada. Pulsé el botón de llamada y esperé tratando de tranquilizarme, transpiraba frío y seguramente estaría pálido. Ingrid ingresó rápido y me tomó la presión, le costó poco lograr estabilizarme. Noté cuando la miraba a Viviana y le sonrió diciendo:
- Hola encantada, soy Ingrid, seguramente viste a mi gemela un poco más temprano, en la sala te está esperando una señora rubia y Gabi tiene que descansar.
- Sí, está bien, entiendo, me despido y me voy, -expresó Viviana-.
- ¿Qué hacés Ingrid?, creo que te estás equivocando, ella es mi novia.
- Te felicito, es hermosa Gabriel, pero ahora sos mi paciente, ni el Cirujano ni el Director, el paciente y vos practicás el “en casa de Herrero, cuchillo de palo”, a los que salen de una operación les prohibís toda actividad y hacés todo lo contrario, si se va a quedar que sea sin gemidos ni “esfuerzos”, jajaja, los envidio, aunque deberían echar un poco de desodorante de ambientes, -dijo antes de irse y darle un beso en la mejilla a Viviana, que no pudo más que reírse-.
- ¡Qué mujer!, se nota que te cuidan…
- Las dos hermanas son iguales, pero tiene razón, anda a casa con Irina y sin “jueguitos” que yo no estaré, el segundo round me lo debés para dentro de unos días. Mañana los llamo y se ponen en marcha, ya sabés, cualquier novedad me llamás.
Se fue luego de despedirse cuidándose de no ser efusiva, pero antes de eso roció la habitación con desodorante de ambiente, “hay mucho olor a Pervinox”, -me dijo riendo a carcajadas-. No bien se fue regresó Ingrid:
- Jajaja, parezco idiota, me debo estar volviendo vieja, recién la saludé cuando se fue con la amiga y me acabo de dar cuenta que es la chica que tuvimos internada cuando la golpeaste con el auto, cambió un montón, está más rellena, más tonificada y tiene una cara de “bien-co” que no te cuento, jajaja.
- Ya me parecía raro el trato que tenías con ella.
- Te juro que la desconocí, nada que ver con la flaquita escuálida a la que llevé a comprar ropa ¿y cuánto pasó?, unos días, deben ser los años, ya no vienen, se me caen encima. Contame, ¿cómo la lleva el soltero más codiciado?, encima estás desde ayer en todos los medios, lindo despelote se armó en tu casa…
- Como ni siquiera yo lo esperaba, vos sabés bien como soy, pero la “flaquita escuálida” me movió todos los esquemas, lo que no quita que… Lo otro, lo de mi casa, ya está, ya pasó y lo de “vieja”, ¡vieja las pelotas!, en cuanto me recupere un poquito…
- Vos no cambiás más, jajaja, mañana o pasado en la noche te visito un rato.
Me dio un piquito y se fue moviendo el culo, ¡cualquier día se la iba a perder la alemana!, me tenía a tiro y yo sentía algo muy especial con ellas dos. Con cualquiera de las dos, llegado el caso, eran las únicas con las que me permitía el “cagar dónde se come”, las gemelas, juntas o por separado se entregaban y sacaban lo mejor de mí. Me fui quedando dormido entre puteadas porque pensé que mi padre no había venido a verme y mi madre ni siquiera había llamado por teléfono.
En la mañana me dejaron dormir un poco más antes de aparecer para hacer los controles, fue cuando me avisaron que había un mensajero que venía de parte del Estudio Jurídico para entregarme un papel en mano. Recibí la copia de la sentencia que nombraba a Viviana como dueña y única heredera y, como por inercia, le pedí a mi secretaria que hiciera dos copias de la sentencia que constaba de tres hojas tamaño oficio y la llamé a mi novia. Me saludó y dijo que estaban esperando y ya salían para la Clínica.
Vino Viviana sola hasta mi habitación, le di los papeles y un montón de ánimo, también le dije que no dudara, que todo iba a salir bien y si tenía dudas se apoyara en Irina y en Miguel, recordando siempre que ella era la que mandaba y tenía la decisión final. Se fue, dentro de lo que podía esperarse, bastante tranquila. De pronto me encontré con que tendría que pasar unos tres días acostado en una cama de hospital y colgado de un brazo que comenzaba a doler porque los analgésicos ya no surtían el mismo efecto.
Al final, los tres días que se habían hablado en un principio, se hicieron diez porque tuve que hacer una serie de ejercicios de recuperación con Kinesiología para poder mover un poco mejor el brazo. Yo mismo, aunque me pesara, me había dado cuenta que la movilidad del brazo y de los dedos de esa mano no eran igual a lo de antes, necesitaría una serie de operaciones con injertos en los músculos que había dañado el proyectil. Ante esto, al octavo día de la operación, me reuní con Matías y le hice saber que iba a ser difícil que yo volviera a la Clínica en, por lo menos seis meses o más.
- Lo importante es que te pongas bien y más adelante podremos ver el modo de arreglar esos músculos que te joden.
- No es tan sencillo, a vos te lo puedo decir, se me ha presentado un tremendo problema de confianza, eso es muy peligroso para el que está en la camilla del quirófano y ganas de atender a pacientes sabiendo que yo no los voy a operar, no me sobran.
- ¡Me estás jodiendo!, con tu capacidad y conocimientos podés dirigir una operación de sentado mientras opera un chico recién recibido.
- No, ya lo decidí, la Clínica seguirá siendo mía y retiraré mis buenos dividendos por eso, pero vos vas a tener que quedarte como Director General, ya le mandé al Abogado todos los datos para que haga un contrato que te será muy beneficioso, lo que hacías hasta ahora como mi reemplazo momentáneo, tendrá que hacerlo oficialmente, sabés lo que hay que hacer y capacidad profesional te sobra.
- ¿Y vos que pensás hacer?
- Tenerte cortito para que no hagas cagadas y me generes cada vez más ganancias, jajaja, fuera de broma, habrá decisiones que deberé tomar sólo yo, todo lo demás te compete a vos, lógicamente contarás con mi apoyo y asesoramiento, pero me tendrás que ubicar en el campo, a lo sumo seré un Cirujano Plástico Rural, será cuestión de probar con ponerle siliconas a las tetas de las vacas, jajaja.
- No sé qué decir, está claro que pondré lo mejor de mí, además, es la oportunidad de mi vida y no te voy a defraudar.
- No lo dudo, sino no te lo hubiera ofrecido, vos aprendiste conmigo todo esto desde el primer día y conocés todo lo que hay que conocer. Pasado mañana me voy a vivir a la Estancia de Viviana hasta terminar de poner en orden el desastre que dejaron los que estaban antes, pero en unos meses ya estaré nuevamente radicado en mi departamento, pasaré un par de meses acá haciendo sociales y un par de meses en el campo o viajaremos a Congresos o de vacaciones, ya se verá, de todos modos, seguiré actualizándome.
- ¿Te pensás casar con Viviana?
- No lo hemos hablado, tampoco lo quiero hablar porque ella se prendería enseguida y yo quiero que termine la carrera, después se verá lo que hacemos. Una cosa más, yo sé que no tenés problemas con ellas, pero Ingrid y Helga son inamovibles.
- Por supuesto, no existen mejores Jefas de Enfermeras que ellas, además no hay problemas con el resto del personal y pretendo que siga así.
- Listo, mañana finiquitamos todo con el Abogado y luego me voy tranquilo.
Nos despedimos y me quedé conforme, las noticias que me daba Viviana todos los días eran de lo más alentadoras y lo que se había perdido por desidia, inoperancia o porque no podían hacer más, se recuperaría rápido. Había animales y granos para vender, no fue necesario despedir nada más que a tres o cuatro personas, aunque tres más, bastante allegados a los delincuentes se “renunciaron” por motus propio y no volvieron a aparecer, los juicios laborales pendientes se saldarían sin problemas, el tema Turístico podría volver a funcionar con nuevos y buenos beneficios.
Se pudo acceder a las tres cuentas corrientes que tenía el padre de Viviana, en cada una, existían saldos cercanos al millón de dólares en el orden nacional y en un Banco extranjero había unos cinco millones de dólares que no se tocaban y sólo generaban intereses semestrales. Había tres camionetas, dos autos de alta gama, la maquinaria completa para el agro y unas catorce casas ubicadas en Country o en barrios privilegiados que eran alquiladas, Viviana pasaría a cobrar esos alquileres, los cuales antes le servían a la madrastra, al ex novio y al Administrador para vivir muy bien. Estaba claro que mi novia no tendría más problemas económicos de por vida.
Por mi parte, además de darme cuenta que la herida del brazo me había generado una pérdida de movilidad, que aunque de porcentuales bajos, era enorme respecto a la confianza, lo que me impediría usar el bisturí con la misma soltura, me había percatado que la gente que concurría a la Clínica pasaba a interesarme nada más que como una posibilidad de ganar en lo material y yo de lo material no necesité nunca, pensaba en eso auto convenciéndome de que no me afectaría tanto y entraron, casi abruptamente, Helga e Ingrid a la habitación, una de uniforme y la otra con ropa de calle.
- ¿Qué es eso de que vas a dejar la Clínica?, -preguntó con cierta tristeza Ingrid que se notaba que dejaba el turno-.
- Recién nos dijo Matías que quedaría definitivamente como Director General porque vos te ibas a casar, vivirías en el campo y no volverías a ejercer, ¿qué hay de cierto en eso?, -dijo Helga con tono de alarmada-.
- Hola amores, ¿recién cambiaron el turno?, no me cambien parte del libreto, no me voy a casar, pero, se junta todo, Viviana me tira muchísimo, el brazo no me responde bien generando inseguridad para las cirugías y lo del campo me entusiasma más de lo que pensaba, creo que es la esencia de mi abuelo que está saliendo a flote, espero que ande saltando de alegría de tumba en tumba, jajaja.
- ¿Y tu carrera, tu prestigio, todo lo que lograste construir en tan poco tiempo?, -acotó Ingrid-.
- Bien, gracias, creo que eso no se pierde y, entre nosotros, ya no me motiva tanto cambiar tetas, levantar culos y o mejorar labios o narices, estas noches de soledad y tranquilidad fueron muy beneficiosas para pensar y decidirme, esto, claro está, exceptuando cuando alguna de ustedes dos me exprimía, bastante seco me dejó, ¿cuál de las dos venía?, ¿quién fue?...
- Las dos, nos poníamos de acuerdo para turnarnos, máxime cuando Matías mandó a “descolgarte” del brazo y dejamos las mamadas para apoyarnos en la cama, aunque la del culito siempre fui yo, Ingrid no se aguanta el “pedacito”, jajaja.
- ¿Cómo es eso Ingrid?, ¿ni siquiera hoy que será la última noche en que la pase acá?
- Me lo dejo romper si nos prometés que nos vas a venir a ver de vez en cuando, además, vas a tener que usar algún gel, no sé cómo hace Helga para “comerse” ese monstruo, -expresó con la voz un tanto estrangulada-.
- Prometido, regresó en dos o tres meses y pasaremos toda la noche en mi departamento, yo les aviso para arreglar los turnos.
A pesar de que dejaban la habitación en penumbras y alguna vez una me había dicho: “esta noche no porque me duele”, yo creía que era una sola la que paraba el culo y gozaba enormemente con la estaca en el fondo de su recto. Desde la tercera noche se habían aparecido, las dos primeras fueron mamadas prodigiosas y hacía tres que me bajaba de la cama para “embocarlas” de parado cuando ellas se apoyaban en el borde y dejaban sus nalgas a mi disposición para el “polvito” sin “chiches”, estridencias ni locuras que me hiciera dormir relajado y tranquilo, claro que, ellas se llevaban lo suyo.
Bromeaba siempre diciendo que eran clones, no sólo gemelas, pero en ese momento casi que podría asegurarlo. Voz, aroma de la piel, textura, formas de besar, mamadas, profundidad de sus oquedades, hasta el modo en que vibraban con sus orgasmos. Les brillaron los ojos a las dos exuberantes alemanas cuando les dije lo del departamento, fue Helga quien nos mostró el tubito que tenía en la mano y la hermana reaccionó sonriendo, “si él no te decía nada, iba a ser yo quien le pediría que te lo rompiera, no sabés lo que te estás perdiendo, jajaja”, -le dijo con tono de compinche-.
Las dos “Valquirias” tardaron centésimas para sacarse la ropa y mis ojos se trasladaban hacia uno y otro cuerpo de las beldades rubias. Grandotas, sin adiposidades, duras, de senos turgentes y naturales, cinturas acordes con muslos y piernas prodigiosas que, sin ropas se convertían en esculturas que cobraban vida. Comparaba el tamaño de sus nalgas y caderas con las de mí, aún perdida, madre, pero estaban a años luz en dureza y consistencia, además, por si fuera poco, su desnudez por duplicado me exacerbaba y estuve a un tris de ponerme a rezar cuando me miraron las dos juntas.
GUILLEOSC - Continuará… Se agradecen comentarios y valoraciones.