Menos mal que los tíos no podéis acceder a nuestro wp. A veces me siento francamente agobiada por la cantidad de tíos que a la vez me proponen planes. Y soy totalmente consciente de vuestros planes, lo cual a la vez, me encanta.
Acabamos haciendo muchísimas locuras en el primer viaje de chicas, probé a muchos tíos y me quedé con muchísimos números con los que pasó y otros con los que quedó pendiente de pasar.
Pasando los días acabé en mi pueblo justo antes de las fiesta. Evidentemente no pienso deciros cual es, pero para mi sorpresa uno de los tíos con los que quedó pendiente de pasar vivía cerca. Bueno, a unos 100km. Y aun más para mi sorpresa, estaba dispuesto a venir.
La verdad es que las conversaciones con él estaban siendo algo subiditas de tono, y durante algunas tardes nos pasamos diciéndonos guarradas. Tal vez si lo hubieramos hecho, se perdería esa curiosidad, por en ese momento yo estaba con ganas de hacer todo lo que él me proponía.
Me dijo que vendría, y al principio no me lo cría, pero a cada rato que pasaba me enviaba fotos de donde estaba, cada vez más cerca. Salió después de trabajar, asique haciendo cálculos llegaría a la noche.
Decidí salir con las amigas un rato, aunque les dije que volvería a casa pronto, y a él le dije donde aparcar para recogerme. No me puse especialmente sexy, pero llevé unas convers, un pantaloncito muy corto, que me dejaba un poquito de mi culito al aire y una camiseta escotada.
- Ya estoy.
Me puse algo nerviosa cuando llegó su mensaje pero tenía ganas de lo que iba a pasar. Me despedí de mis amigas diciendo que me iba a casa y me dirigí a la ubicación que le dije de esperarme.
Nada mas llegué a su coche y me subí al asiento del copiloto quiso tirarme.
- No,no,no. Aquí no. Vámonos.
Mi pueblo, como todo pueblo, esta lleno de cotillas y a la mínima se enteran de todo. Lo bueno es que dentro de que eran fiestas, había venido gente y se podía pasar mínimamente más desapercibido.
Le indiqué por donde ir hasta que salimos del pueblo y acabamos en una carretera de tierra que acabó en mitad de unos campos.
- Aquí no nos verá nadie.
Al instante en el que se lo dije se abalanzó sobre mi boca y empezamos a enrollarnos. Sus manos cogieron mi cabeza y su lengua me entró hasta el fondo.
Le quería poner cachondo, que estuviese a mil enseguida y que se pusiese durísimo. Me dejé caer sobre mi asiento apartándolo un poco y me levanté la camiseta, dejándole ver mis tetas.
Se quedó un poco paralizado pero enseguida se las metió en la boca. Me las empezó a apretar y chupar y empecé a estar más cachonda. Sus manos me cogían todas las tetas, aplastándolas con fuerza mientras su boca me las succionaba intentando metérselas. Le apreté contra mis tetas para que se pusiera más y más cachondo mientras notaba que empezaba a sentirme mojada y a querer abrirme.
- ¿Vamos fuera? - Le dije.
Salí sin camiseta, solo con mi short y las convers. Era ya de noche, pero dejó el coche encendido para que tuviéramos luz. Se acercó a mi, empujándome contra la puerta del copiloto y volviendo a apretar mis tetas; pero al instante me dejé caer poniéndome de cuclillas entre él y su coche.
Entendió perfectamente lo que quería y metió mano a su pantalón hasta poner su polla delante de mi boca. La vi delante con la poca luz que había y se me abrió la boquita sola, pero fue él, el que acercó su puntita hasta meterse por mi boca. Noté como sus manos se ponían en mi cabecita y como la puntita empezaba a entrar.
Cerré mis labios y noté su puntita. El sabor de su polla, su grosor, su dureza y lo firme que estaba apuntándome. Empecé a recorrersela. Me la metí poco a poco hasta notarla en mi garganta y de vuelta, despacio, sin ser una mamada loca, haciendo que sintiese en cada milimetro de su rabo mis labios.
- Mmm… mmm…mmm…
No tardé en notar como se humedecía la polla. Noté como me invadía su sabor y me lo saqué para escupir y seguí chupándosela de vuelta.
- Oh, ufff, Teresa, Teresa…
- Mmmm… - Se la chupaba despacio, sin metérmela entera pero sin parar mientras me notaba más cachonda.
Mientras se la mamaba, me desabroché el botón del short. Estaba fantaseando con que me follara, y esta vez me apetecía que me follasen.
- ¿Me vas a follar? - Le pregunté mirándole desde abajo.
- Ufff Teresa, claro.
- ¿Cómo quieres que me ponga?
Dio un paso hacia atrás y casi jadeando me dijo “métete aquí, métete aquí”.
Volvió a abrir la puerta del copiloto, “a cuatro”, me ordenó. Me senté, dejándome caer y sacando mi culito para él. Sentí como agarraba mi short y me lo bajaba para acto seguido hacer lo mismo con mi tanga. Estaba esperando a que me entrara y noté primero sus dedos. Me tocó desde el culito y bajó por mi coño sin entrar. Me acarició los labios y notó que estaba húmeda.
- ¿Me la metes? - Le dije con mi voz más puta. Admito que estaba muy deseosa de polla y se lo hice saber.
Me penetró, me la clavó, me la metió. Empezó a follarme. Puse las manos contra el asiento del piloto y contra el freno de mano y simplemente me dejé follar.
- Ah, Aah, aaah, aaah, ah, ah, aaaah… - Cada embestida me hacía gemir y gritarle que quería más.
Sus manos se pusieron en mi culito y empezaron a apretarmelo. “Más polla, meteme más polla”. Mi boca estaba muy puta. Intentaba mirar atrás pero no conseguía ver nada, solo el ruido de “plas, plas, plas, plas” que me encantaba y me volvía loca haciéndome saber que no quedaba ni un milimetro de polla por meter.
Note como sus embestidas se ralentizaban mientras que su dedo empezaba a acariciar mi culito. Poco a poco las caricias se hicieron presión y empecé a notar que me apretaba el culito hasta que me entró.
- Follame, haz que me corra.
- Uf Teresa, me noto la polla. Joder me noto mi polla dentro de ti.
Volvió a embestirme con las mismas ganas de antes, esta vez mientras su dedo exploraba mi culito y empecé a notar mi orgasmo.
- No pares, no pares, no pares. Me corro, me corro, me vooooooooooooy!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Noté como su polla se metía mientras me estaba palpitando el coño. Me quedé desplomada cuando terminé pero aun quería más.
- ¿Donde mas quieres follarme?
- Girate.
Me di la vuelta en el mismo asiento, me separó las piernas y se volvió a meter. Me estuvo follando, mientras le cogía del cuello y le susurraba, algunas veces guarradas y otras veces otras cosas…
- No puedes correrte, me tienes que seguir follando. Me tienes que follar mas y mas.
Me la sacó de golpe y se puso de pie, me cogió de la mano y casi haciendome volar me puso de cuclillas otra vez delante de él, cogiéndome de la cabeza y haciendo que mi boca se llenase de su polla.
Se la volví a chupar, esta vez tenía más sabor a semen. Se la mame despacio, esta vez metiendome todo lo que me entraba en mi boca, pero me la saqué enseguida.
- No puedes correrte!
- Teresa, estoy muy cachondo.
- Aun me tienes que follar más. Quiero que me folles en el capó.
Me levanté, le cogí de la polla y me fui al capó. Me subí encima y me separé las piernas, enseñando todo mi coño. Estaba muy cachonda, muy puta y le quería dar placer. Quería algo que no olvidase.
Me puse la mano en mi coñito y le miré, las luces hacían que la noche no fuese tan oscura y le podía mirar a los ojos.
- ¿Quieres entrar aquí?
Se acercó mirando mi coñito, con su polla apuntando hasta estar tocando mi piel.
- Por aquí no. - Le dije agarrando su polla y apuntandosu puntita un poquito mas abajo.
Hacía tiempo que no me hacían un anal y estaba muy cachonda y muy dispuesta a que me hiciera todo. Por otro lado, no noté ninguna objeción por su parte y en el momento que puse su puntita justo en la entrada de mi culo empecé a notar la presión de querer entrar.
- Ah, ah, despacio, ah, ah, joder ya estás, ya estás dentro. - Le empecé a gritar cuando noté que su puntita entró, aunque estaba aun lejos de estar dentro entero.
Sus manos me cogieron por las piernas y empecé a notar como me follaba el culito mientras con mi mano me acariciaba el clitoris. Estaba muy cachonda. Podía mirar el cielo mientras un tío me estaba follando. Mis dedos me daban muchísimo gusto al acariciarme.
Podía notar su polla que cada vez se hundía más y más dentro de mi culito hasta meterse entera. Me lo empezó a follar y empecé a gemir. Es diferente cuando te follan el coño que el culito pero me estaba gustando por igual.
Notaba como se me hundía dentro, salía y volvía a meterse. Me estaba empotrando, pero esta vez mi culito. Mis dedos no paraban de moverse alrededor de mi clitoris y de vez en cuando se metían en mi coño, notando su polla por todos lados.
- Me voy a ir, me voy a ir. No pares, dame, dame, dame tu polla. Oh si, oh si, dame mas polla…. Aaaaaaaaaaaaaah…
Cuando me corrí le miré. Seguía metiéndomela, más despacio, mirando como se hundía dentro de mi.
- Dios Teresa necesito correrme, no aguanto mas.
- ¿Donde quieres correrte? - Me daba igual. Le hubiera dejado en cualquier sitio, le quería dejar en cualquier sitio. Quería que se corriese y que se muera de gusto. Estaba dispuesta a todo, le abría mi culito, mi coñito y mi boca.
- Joder, joder. Te vas a bajar ahora cuando te folle y me voy a correr.
Me dio, me empotró por mi culito hasta que empezó a gritar, “BAJA”. Pense que quería quería que me la metiera en mi boquita pero me paró cuando me arrodille. Me agarró del pelo a un palmo de su puntita y no se la pude chupar, pero estalló igual. Ya tenía la boca abierta cuando se corrió pero por sus gritos la cerré.
- En la carita, en tu carita.
Parte me entró en mi boca y parte me ensucio mi carita.