Difícil de asimilar, mi iniciación (2)
Continuación del relato “Difícil de asimilar, mi iniciación” https://www.todorelatos.com/relato/182881/
Leer primero para entender el contexto de esta segunda parte.
“…cerré los ojos e inspiré fuerte…
Lo siguiente que recuerdo es acercar las manos llenas de semen a mi boca…
empecé a lamerlas hasta no dejar nada, saboreando cada gota como una perra en celo…”
Entonces abrí los ojos, suplicando tener esa polla entre mi boca, miré a Vicente el cual sonreía mientras tenía aún la polla entre sus manos.
Yo no podía dejar de mirar su polla y me relamía pensando en tenerla cerca.
Mientras pensaba en su sabor y olor… mi boca empezaba a salivar.
No entendía como alguien a quien detestaba hace escasos minutos y con una imagen tan grotesca me podía excitar de esa manera, no entendía lo que me pasaba…
Mientras estaba absorta en estos pensamientos Vicente guardó su herramienta dentro del pantalón y se abrochó la cremallera.
Mis ojos, de rodillas, reflejaron decepción, porque ya me veía con semejante polla en mi boca.
Fue entonces cuando Vicente se dirigió a mí, se puso a escasos centímetros de mi cara, me sujetó levemente la barbilla y me dijo.
-Nos volveremos a ver, puta.
Otro rayo me recorrió la espalda, cada vez que me hablaba de esa manera la excitación me sobrevenía de una manera atronadora, era una sensación nueva, me sentía humillada, pero me gustaba.
Asimilando estas nuevas sensaciones y sin tiempo a reaccionar Vicente abrió la puerta y se fue.
Me quedé allí, de rodillas, frustrada, sin saber que acababa de pasar…
Poco a poco la excitación y la calentura se me iban disipando…y la razón empezaba a entrar en mi cabeza; empecé a analizar todo lo que había pasado, como me había tratado semejante adefesio y como me había hecho sentir.
Empecé a dudar que yo estuviese en plena facultad de mis capacidades y que a lo mejor me había puesto algún tipo de droga sin que yo me enterase.
Se me pasó por la cabeza denunciar todo lo que había pasado, este personaje me había agredido, me había forzado y me había humillado.
Me sentía fatal, me fuí a la ducha a limpiarme…no podía parar de llorar.
Pasaron los días e intenté olvidar todo aquello, por suerte la obra que estaban haciendo Vicente y sus operarios había llegado a su fin y hacía días que no había visto nada de ellos ni de sus herramientas de trabajo.
Intenté centrarme en el trabajo y en Víctor, mi pareja, tratando de pasar buenos momentos con él y olvidarme de aquel episodio de hace semanas.
Un día, después del trabajo, me puse a preparar la cena, como de costumbre, sobre las 18 de la tarde y escuché girar las llaves de casa.
Era Victor, supuse, que desde lejos lanzaba un:
Buenas tardes cariño!
¡Hola amor! estoy en la cocina! - respondí
Escuché unos pasos acercarse por mi espalda y Victor me dió un beso en la mejilla mientras yo seguía cortando algunas verduras en la tabla de madera.
De repente una segunda voz me sobresaltó:
Buenas tardes señora
Aquella voz la reconocía, el miedo entró dentro de mí, sabía quién era, Vicente. ¿Qué hacía allí, con mi pareja? ¿se conocían? ¿sabría algo Víctor de lo que pasó?
Miles de preguntas inundaron mi cabeza… y sobre todo el miedo me invadió, me quedé paralizada de nuevo.
Fue Víctor, quien explicó lo que estaba pasando:
Me he encontrado al señor Vicente en el rellano; está revisando la fuga de hace semanas y le he pedido que revisara la de casa para ver que esté todo bien.
¡Genial! - contesté yo
E inmediatamente intenté disimular mi cara de disgusto haciendo de anfitriona, y con una sonrisa mal dibujada en mi cara le dije a Vicente:
¿Le apetece beber algo? - pregunté
Un vaso de agua estaría bien - dijo contundente
y prosiguió
No se que tiene este edificio que es cruzar la puerta y tengo calor y empiezo a sudar enseguida - dijo con una sonrisa en su cara tratando de encontrarse con mi mirada.
Yo evité todo contacto visual, estaba nerviosa pero no quería que se me notase, no quería que Victor notase nada e intenté disimular todo lo posible.
Estaba en mis pensamientos y en todo lo estresante de la situación cuando no me di cuenta que tenía una mano sobre mi hombro, la de Vicente.
¿Me deja pasar, señora? - dijo con voz ronca
Yo estaba justo delante del fregadero y me eché a un lado. Abrió la puerta y se agachó para inspeccionar la avería de agua.
Entonces lo noté de nuevo, me vino un golpe de calor que me ruborizó, era ese olor, el olor a Vicente, de sudor, mezcla de suciedad y feromonas de hombre.
Me gustaba, era un olor placentero, me gustaba estar cerca de ese olor, de ese hombre, necesitaba olerlo más…pero mi cabeza era más fuerte y decidí apartarme no sin antes, con educación decirle:
¿Necesita alguna cosa? - pregunté.
No, gracias. Después si que la necesitaré pero ya se lo haré saber - dijo con un tono que yo interpreté como sarcástico.
Me asusté, pero a la vez estaba tranquila, no podía ser que estando Victor se atreviera a hacer nada.
Así que me puse a recoger la cocina mientras escuchaba los jadeos de Vicente maniobrando en las tuberías debajo del fregadero.
Yo seguía con lo mío, de espaldas a él, y no me di cuenta que se había levantado, con sus ojos mirando mi trasero de arriba a abajo. He de decir que llevaba un vestido veraniego, que me llegaba a las rodillas pero que era muy fino y al hacer calor se me pegaba bastante a mi cuerpo dejando ver mis formas y curvas del cuerpo perfectamente a quien se fijase un poquito.
Ay Vicente, que susto me ha dado, necesita algo más? - pregunté como si nada
Si, la tubería está delicada, si quereis os lo explico - dijo con voz seria
Claro! - prosiguió Víctor que acababa de entrar en la cocina - tome asiento y nos dice que ha visto
Nos sentamos los tres en una mesa que tenemos en la cocina, Vicente a un lado, Victor enfrente de él y yo entre los dos, justo al lado de Vicente.
La cosa no pinta bien, he visto que la fuga no está reparada del todo, seguramente tenga que pedir una pieza y puede que tengáis que estar sin agua algunos días - dijo Vicente.
Y no hay alguna solución para que podamos tener servicio? - preguntó Victor preocupado.
He notado - prosiguió Vicente - que en esta casa hay mucha humedad y no encuentro el foco, aunque puedo imaginarme de dónde viene…
En ese momento me miró fijamente, sin pestañear, otro rayo recorrió mi cuerpo de arriba a abajo, yo sabía lo que quería decir pero no podía dejar que mis instintos volviesen a aflorar, entonces le corté y le dije:
Pero nos lo puede arreglar o tenemos que llamar a otra persona? - dije en un tono cortante
Tranquila mujer - dijo Vicente - os puedo hacer una reparación de emergencia para que podáis seguir utilizando el agua y os podáis limpiar y duchar bien - dijo Vicente mientras me miraba fijamente de nuevo.
En ese momento noté una mano sudorosa y grande sobre mi pierna, la de Vicente, di un leve respingo que no notó Victor por suerte.
Y nos lo podría hacer hoy? - preguntó inocentemente Victor
Claro - prosiguió Vicente sin dejar de tocar mi muslo - podemos hacer una cosa, tómese una ducha, así veo si con un uso habitual del agua hay pérdida o no.
Su mano no dejaba de manosearme, estaba sudorosa, era grande, y mi cuerpo se contrajo, estaba tensa, intenté cerrar las piernas pero aquellos dedos tan grandes no me lo permitían, aún así hice la suficiente fuerza como para que no pudiese acceder a nada.
De acuerdo - dijo Victor - de hecho tengo ganas de darme una ducha porque vengo un poco cansado del trabajo
Y dicho esto se levantó y como un acto reflejo Vicente apartó la mano sudorosa de mi muslo
Menos mal - pensé . esto se estaba convirtiendo en una tortura…
Vicente se fue bajo del fregadero de nuevo y desde allí dijo:
¡Ya puede ducharse! tómese por lo menos 10 minutos así podré ver si la reparación de emergencia funciona!
10 minutos? - pensé. ¿Por qué 10 minutos? Esto no me daba buena espina.
¡Voy! - dijo Victor - que se encerró en el baño
Yo seguí recogiendo los platos y utensilios de la cena que acababa de preparar sin prestar demasiada atención a Vicente.
Que olor más bueno tiene esa comida, señora -dijo Vicente
Gracias - le contesté
y cuando me giré vi que no estaba mirando la comida, sino mi culo de nuevo, me temía lo peor.
Por favor - le supliqué - lo del otro día fue un error, estoy dispuesta a no decir nada de lo que pasó ni a denunciar si todo se queda aquí entre nosotros, me gustaría que se marchara y que todo esto se acabase, no quiero estropear mi relación con Víctor del que estoy muy enamorada. Por favor se lo suplico - le dije con un tono conciliador.
Vicente no me contestó, y se limitó a caminar hacia mí con una sonrisa de oreja a oreja.
Yo retrocedí unos pasos hasta que me choqué con la pared, no podía retroceder más, me encontraba en una situación complicada…
Vamos a ver puta - dijo Vicente de forma vehemente
El otro día quedó claro la clase de puta que eres y como te pones cachonda con mi semen. Así que vas a hacer lo que yo te diga.
Me quedé inmóvil, sin saber cómo reaccionar mientras él se bajaba los pantalones, su ropa interior y dejando su pene semi flácido a la intemperie. Aun así era mucho más grande que el pene de Víctor. Me quedé embobada mirándola de nuevo, noté su olor, ese olor que tenía clavado en mi cabeza…
Acto seguido se acercó aún más a mi Vicente, a lo que yo en un acto reflejo intenté retroceder más pero la pared me lo impidió, lo que provocó que me cayera al suelo, quedando sentada a escasos centímetros de su pene.
Abre la boca - me dijo
No - respondí haciéndome la digna
Entonces me cogió del pelo y acercó su polla a mi cara, presionando contra ella.
Entonces lo sentí de nuevo, ese olor, ese sudor y orín mezclados, ese olor a macho al que tanto me quería resistir. No era fruto de una droga ni de mi imaginación, aquel olor me gustaba, me excitaba y me hipnotizaba… me dejaba paralizada.
De repente Vicente me presionó más e hizo por meter la punta de su pene en mi boca, yo me resistía pero me sujetaba con fuerza y no podía hacer nada contra semejante bestia.
Aun así conseguí quitarme el pene de la boca y lo empujé, cosa que hizo que se cayera al suelo.
Fue bastante aparatoso la verdad y pensé que le había hecho daño.
Se levantó enfadado, temí lo peor, se puso de pie, enfrente de mi y me dijo
Vas a ser una buena puta y vas a abrir la boca o de lo contrario voy a contarle a tu pareja la clase de puta que eres
Es tu palabra contra la mía - dije desafiante
Y acto seguido sacó el móvil donde me mostró un video en el que yo me comía el semen que él previamente había vertido en mis manos. Estaba tan paralizada por el miedo en aquel momento que no me di cuenta de que lo hizo. Me sentí morir, estaba en sus manos.
Veo que lo has entendido
Y acercó de nuevo su polla a mi boca, esta vez mi resistencia fue menor y poco a poco noté como su polla entraba en mi, haciéndose paso a través de mi lengua.
Empezó a entrar y salir de manera suave, yo apenas me movía, estaba en shock, pero notaba aquel trozo de carne entrar en mi boca, y como, lentamente, se iba poniendo dura…de repente la sacó y me dijo:
Échale saliva y hazme una paja
Obedecí como si fuese un robot automático, eché saliva en esa polla y la empecé a lubricar de arriba a abajo…
Con las dos manos - prosiguió
y seguí obedeciendo de forma automática, aunque tenía la mirada en el suelo, no quería mirarle ni a él ni a su polla, quería que todo aquello acabase pronto y empecé a pajearse rápido.
Para! - me gritó
No has entendido nada aun! eres mi puta y vas a hacer lo que yo te diga y de la manera que yo te diga, ¿de acuerdo?
No le contesté, a lo que él me cogió de la barbilla y me dijo:
Te he hecho una pregunta, puta. ¿Vas a hacer todo lo que yo te diga? o de lo contrario ya sabes a lo que atenerte.
Me costaba reaccionar, pero no tuve más remedio que seguirle el juego
Si - atiné a decir
Si que? - respondió Vicente
Dudé un poco pero dije lo que en ese momento pensaba que Vicente quería oír
Si, voy a hacer todo lo que usted me diga
Ahora mirame a los ojos y vuelvelo a repetir - insistió Vicente
Si, señor Vicente, voy a hacer todo lo que usted me diga, soy su puta - le dije clavando mis ojos en los suyos.
(He de reconocer que aquello me gustó)
Entonces prosigue, hazme una paja con las dos manos y no dejes de mirar la polla de tu amo
Era la primera vez que se refería a él como AMO, me gustó ese calificativo, otro rayo recorrió mi espalda, me gustaba sentirme humillada y degradada, no sabía que me estaba pasando, aquel hombre desagradable hacía sacar todos los instintos más primarios de mi. No entendía nada.
Mientras pensaba todo esto mis manos y mis ojos tenían una misión, hacerle una paja al que a partir de ahora iba a llamar mi amo, no podía escapar, era suya.
Aquel vaivén con mis manos hizo que su polla alcanzara su máximo tamaño, era enorme y estaba viscosa por la saliva pero también por la mezcla de sudor y algo de dejadez en su higiene, la combinación de todo aquello hizo que empezase a estar mojada, no controlaba mi cuerpo y eso me frustraba, no entendía nada.
La posición era de película, yo de rodillas, pajeando a este señor gordo y asqueroso de unos 50 años al que no podía dejar de mirar esa polla que me tenía absorta…
Una nueva orden hizo que saliese de mis pensamientos
Chúpala - me ordenó
y empecé a metérmela poco a poco en mi boca, pasando mi lengua por su glande, recorriendo con mi lengua todo ese tronco grueso hasta acabar chupándole los huevos.
En ese momento me cogió de la cabeza y me dijo:
Déjalos limpios
Sus huevos sudaban a raudales, el olor era asqueroso, pero la orden que me dio hizo que no me lo pareciese, poco a poco mi lengua se fundía con sus flujos, me gustaba el sabor, me gustaba como se deslizaba por mi garganta y como a través de mis pupilas gustativas alcanzaba mi cerebro.
Empecé a succionar sus huevos hasta dejarlos impregnados de saliva mientras no dejaba de pajearse y cuando ya estaban lo bastante salivados, me volvió a coger del pelo e introdujo toda mi boca de golpe en su polla.
Prácticamente me estaba follando la boca, yo apenas me movía…
Me estaban dando arcadas porque apretaba muy fuerte hacia mi garganta, e intenté empujarlo para separarle.
Eso solo hizo que me embistiera mas y me dijo:
Vas a tener que acostumbrar esa boca a esta polla, estamos? Arréglatelas
Otra vez una orden, otra vez un rayo recorriendo mi cuerpo.
Pensé que debía relajar mi garganta para no tener arcadas y poder acceder a ese pedazo de carne sin que me doliese, me concentré en el olor, en el sabor, en cada momento que su polla entraba en mi boca, como se deslizaba por mi lengua…
Cada vez estaba más excitada y eso hizo que mi boca estuviese menos tensa y mi amo (a partir de ahora lo llamaré así) accedía a lo más profundo de ella
Buena chica - me dijo - aprendes rápido, vas a ser la mejor puta de todas, ¿de acuerdo? - me dijo mirándome a los ojos y riéndose.
No le respondí, y eso hizo que parase:
¿De acuerdo? - me volvió a decir mirándome a los ojos
Si, amo, voy a ser su mejor puta.
Mientras respondía eso a mi amo me excitaba más aún…
En ese momento volví a la realidad y escuché que Víctor se estaba acabando de duchar
¡Dios mio! - pensé - ¡que estoy haciendo!
Mi amo se dió cuenta, me miró a la cara y me dijo
Hasta que no me corra no te vas a ir de aquí, ya sabes lo que tienes que hacer
Lo miré como suplicando que lo dejáramos para otro momento, que nos iban a pillar…
No vamos a parar puta, haz que tu amo se corra en tu boca - dijo
Y empezó a bombear de nuevo en mi boca…
Yo, asustada por si Victor nos pillaba, puse de mi parte y empecé a chupar como una loba en celo.. Con frenesí, mientras le masajeaba los huevos.
Entonces empecé a notar los gruñidos de mi amo, noté que se iba a correr y saqué la polla de mi boca, no quería que se corriese en mi boca estando Victor al lado.
El señor Vicente no me dejó, me sujetó del pelo y me dijo
He dicho que me voy a correr en tu boca, ¿estamos?
Le miré y le dije:
Si, amo, córrase donde usted quiera
y prosiguió bombeando en mi boca, cada vez más rápido, cada vez más intenso, hasta que al final escuché un rugido de macho…
Noté toda la leche en las cavidades de mi boca, como chocaban contra las paredes, como se mezclaba el semen con mi lengua, como pasaba hacia mi garganta…aquello no acababa nunca, salía tanto semen que se me escapaba por los labios y caía al suelo…
Cuando acabó de eyacular dentro de mi boca me ordenó:
Abre la boca y enseñame el semen
Así lo hice
Ahora trágatelo - ordenó
Era la sensación que tuve la otra vez, me gustaba aquel sabor, me gustaba aquel olor, me gustaba comerme el semen de mi amo, lo reconozco, aunque me resistía a sentir aquello me estaba gustando todo lo que me daba el señor Vicente…
Me gustaba tanto que estaba mojada, y él se dio cuenta…
Mira la putita, se ve que se ha puesto cachonda que tiene todas las bragas mojadas, que poco me ha costado educarla, jajajajaja
El muy cabrón no paraba de humillarme y hacerme sentir mal…el problema es que me gustaba, cada vez que me trataba así había algo dentro de mi que se removía…
Aun con el semen en los labios escuché la puerta del baño y me hizo volver a la realidad, era Victor que salía de la ducha…
El señor Vicente se abrochó los pantalones con absoluta parsimonia sin miedo a ser descubierto mientras me dedicaba una sonrisa de oreja a oreja sabedor de la puta que tenía a su lado y acababa de adoctrinar.
Entonces apareció Victor por la cocina y dijo:
Al final ha salido mucha agua? - dijo señalando al suelo
No me di cuenta y resultó que señalaba al suelo donde había aún restos de semen y saliva que no me había dado tiempo a limpiar
Solo se ha escapado un poquito - dijo el señor Vicente - con una sonrisa de oreja a oreja - pero se ha tragado la mayor parte, podemos estar tranquilos
Dijo esto mientras me miraba fijamente
De todas formas pasaré en los próximos días y acabaré de poner a punto lo que he empezado hoy - volvió a decir de forma irónica
Yo no sabía donde meterme, por suerte Victor no sospechó nada
Pues nada, muchas gracias por sus servicio y ya nos avisa cuando tenga que volver - dijo Victor
Le acompañé a la puerta y se despidió no sin antes meter sus manos debajo de mi falda, olerlas y decir:
Hasta la semana que viene
(continuará…)