Resistiéndose a ser una ponygirl (3/5)
(Para poder segir el hilo del relato es necesario leer los capitulos anteriores)
Capitulo 3.- Siendo entrenada como pony
- “Debemos seguir adelante, querida... No puedo perder el tiempo todo el día contigo... Tengo otras muchas cosas que hacer”
Dicho esto, me guió para que me diera la vuelta y suavemente me ayudó a inclinarme hacia adelante hasta que me incliné sobre la mesa... Simplemente seguí dócilmente su mandato, confundida por la enorme excitación que burbujeaba dentro de mí.
Luego sus dedos volvieron de nuevo a mi sexo, que ahora estaba claramente expuesto, entre mis muslos, con los labios vaginales ligeramente separados.
Ella separó todavía mas mis labios vaginales y me metió sus dedos dentro... Incluso en mi estado de confusión sentí la penetración y supe que estaba mal por lo que traté de bloquear su entrada, pero ella era demasiado fuerte y astuta y yo era demasiado sensible para oponer una resistencia real.
- "Vaya, vaya... Qué sorpresa... Todavía eres virgen a tu edad... Por el momento no necesitas un consolador metido en tu coño para mantenerte ocupada, ¿eh, querida?", me dijo.
La Sra. Brown estaba claramente sorprendida... ¡Qué hallazgo!... Yo estaba empezando a recuperar mis sentidos y ese comentario sirvió para enviarme un escalofrío a través de mi cuerpo.
Podía oírla moverse detrás de mí y estaba jugueteando con algo en una de las cajas... No estaba segura qué hacer.
‘¿Habría terminado conmigo?... ¿Debería tratar de enderezarme?’, pensé... Decidí contar hasta treinta y si ella no había dicho nada para entonces, me pondría de pie y trataría de llamar su atención para que me desatara.
Conté lentamente, nerviosa... Todo esto me parecía muy incongruente... Llegué a los treinta, pero todavía dudé... Por fin no pude esperar más y comencé a levantarme... Sin mis manos para levantarme, sentí que los músculos de mi abdomen se tensaban.
- "Quédate como estás", dijo con firmeza... Ella no había terminado conmigo después de todo.
Seguí esperando... Mi tensión crecía mientras me preguntaba qué más me tenía guardado durante este extraño proceso de ‘registro’... Ahora prácticamente había bajado de la nube sobre la que había estado volando.
- "Creo que esto servirá... Tiene un tamaño razonable... Sin duda la mejor que encontré de mi limitado stock", dijo, como para sí misma, y caminó hacia mí... Yo no podía comprender de qué estaba hablando y qué estaba tratando de combinar.
Sentí que la Sra. Brown plantaba firmemente una de sus manos sobre la parte baja de mi espalda... Me di cuenta de que era para que ella pudiera sostenerme en mi posición inclinada.
Sólo tuve un momento para pensar lo que esto podría significar cuando descubrí la respuesta… Algo frío y resbaladizo presionaba entre mis nalgas… Obviamente, ella sabía exactamente cómo reaccionaría, ya que inmediatamente traté de levantarme y encontré su cuerpo presionado contra mí para mantenerme quieta.
- “Tranquilízate, no hay necesidad de ponerse nerviosa y excitada… Una chica pony tiene que tener una cola… Quédate quieta.”
¡Una cola!... Me sorprendió alarmantemente... Recordé haber visto a las otras chicas con colas que sobresalían detrás de ellas, pero no había pensado que se las habían clavado en el culo.
Desafortunadamente para mí, mi conmoción me había paralizado y sin mi resistencia no había nada que detuviera a la Sra. Brown de su nefasto plan... Con un giro y un empujón, el tapón terriblemente grande, se incrustó en mi recto.
Eso ciertamente llamó mi atención e inmediatamente traté de expulsar al intruso... Sin embargo, una fuerte palmada en mi culo y un autoritario ‘No’ pronto pusieron fin a eso.
A continuación, se aseguró de que no pudiera sacar el tapón del culo ajustándome una correa entre las piernas... Descendió del cinturón en mi vientre, la pasó entre mis labios vaginales y luego atrapó el tapón antes de sujetarlo a una pequeña correa que estaba unida al cinturón detrás de mí.
Una vez que apretó la correa a su satisfacción, lo que me hizo gritar en voz alta a través de mi bocado cuando se clavó en la carne sensible de mi coño, sentí que el material de lo que ahora sabía que era mi cola rozaba contra mis piernas como ella lo enganchó de alguna manera a la correa.
Esto era el momento más vergonzoso de mi vida... Sentí que me iba a morir de vergüenza... Mi imaginación aún no se había puesto al día con algo tan vergonzoso como tener una cola metida en mi culo.
Que ingenua soy... Este momento fue realmente muy suave en comparación con lo que estaba por venir y no voy adelantar nada... Lo contaré todo a su tiempo.
Pasados unos minutos, la Sra. Brown me cogió suavemente de mis hombros pero con firmeza y me dijo:
- "Levántate", mientras me ayudaba a enderezarme.
La horrible cola moviéndose detrás de mí y ese, para mí, enorme tapón metido en mi culo me hacía sentir mal, pero al moverme aún me sentí peor porque lo estaba forzado a entrar más en mi cuerpo.
‘¿Cómo podrían todas esas chicas aguantar esto?’, pensé.
Al mismo tiempo, sentí que la correa entre mis labios vaginales se movía minuciosamente... Rozaba muy levemente contra mi tierno clítoris... Habría jadeado si no estuviera amordazada por el bocado.
La Sra. Brown levantó la mano y pellizcó uno de mis duros pezones.
- “Siento que te gusta mi táctica, ¿no es así?... Sé que todo esto es nuevo para ti y tienes que acostumbrarte a muchas sensaciones nuevas, pero para mí es obvio que naciste para ser pony... Tu pequeño y caliente coño virgen y estos pezones tensos lo gritan incluso más fuerte que tu petición de unirte al club.”
Su dedo continuó acariciando la carne suave de mi pecho, acariciando suavemente la superficie de mi pecho derecho hasta llegar al pezón.
No podía creer los increíbles sentimientos que sus caricias me provocaban.
Quería decirle que estaba equivocada, que no quería unirme al club, pero las oleadas de placer que brotaban de mi pecho cada vez que sus dedos agarraban y tiraban suavemente de mi pezón hicieron que mi determinación se debilitara.
Empecé a dudar de mí misma... Tal vez tenía razón, después de todo, acababa de 'disfrutar' de un gran orgasmo mientras estaba atada como una pony y nunca había sentido sensaciones como las que atormentaban mi cuerpo desde que inocentemente comencé a desvestirme para la Sra. Brown.
Cada vez que ese pensamiento prohibido entraba en mi mente, yo decía que ella estaba equivocada... Pero cada vez que me daba un ligero apretón en mis pezones, me derretía de placer.
Cuando volvió su atención a mi otro pecho, mi mente se tambaleaba con confusión... Todo el tiempo me decía en voz baja:
- "Eres una ponygirl encantadora... Estoy muy orgullosa de ti... Te encanta esto, ¿no?... Esto es lo que has estado buscando tanto tiempo, ¿verdad?"
Mi mente nublada no estaba registrando lo que estaba diciendo, pero su tono suave era muy reconfortante... Mis ojos se habían cerrado cuando ella me tocó y me deleitaba con los nuevos sentimientos... Por un lado, sabía que debería estar protestando en voz alta por lo que me estaba haciendo, pero cada toque y cada palabra eran tan agradables y relajantes que me detuve unos momentos más.
Todo el tormento y la vergüenza de llevar cola parecían haberse evaporado y los momentos sin quejarme se alargaban ya que era una tontería protestar ahora, y además el tapón en el culo no dolía tanto y era sólo parte del traje de ponygirl.
‘La Sra. Brown acababa de hacer su trabajo de registrarme... Soy yo quien la engañó, si hay algo mal aquí, es por mi culpa’, pensé.
- "Ahora, estos pezones están listos", dijo dándole a cada uno de mis pezones un último pellizco.
Entonces, sin ceremonia ni más comentarios, sentí dos punzadas agudas de dolor... Mis ojos se abrieron de golpe en estado de shock y vi dos delicados clips de metal con punta de plástico agarrando mis dos pezones.
Solo pude gruñir detrás del bocado... Instintivamente traté de alejarme del dolor pero, por supuesto, no pude hacerlo.
Todo lo que hice fue hacer que los clips se balancearan ligeramente y tiraran más contra mi carne maltratada.
Sin embargo, lo peor era el pequeño tintineo que provenía de la pequeña campana esférica adherida a la parte inferior de cada clip.
- “Maravillosos, ¿verdad?... Anunciarán tu presencia y cualquiera que los escuche mirará para ver a la hermosa ponygirl.”
Lo dijo con tanta sinceridad que pude creer que realmente lo decía en serio... Para ella no era todavía una humillación horrenda más, sino un toque agradable para atraer la atención de la gente.
Necesitaba decirle que estaba equivocada... Necesitaba quitarme los clips de los pezones... Empecé a sacudir mis pechos de un lado a otro tratando de quitármelos de encima, pero todo lo que conseguí fue que tiraran aún más violenta y dolorosamente de mis pobres pezones, creando un suave repique de tintineos musicales de campanatas.
- “Te gustan, ¿verdad?... Estas orgullosa de tus bonitas tetas, ¿verdad?... Pondré una nota en tu archivo diciendo cuánto te gustan las campanitas para pezones”, dijo la señora Brown con tono complacido.
¡No!... Quería gritar... Ella me ha entendido completamente mal... Parecía que cada señal que intentaba enviarle para que se detuviera, la confundía con felicidad... Así que decidí mantener la calma y tratar de no agravar el error que había cometido al venir aquí pareciendo entusiasmada por entrar en el club.
- "Qué excelente hallazgo", murmuró para sí misma mientras tomaba la nota incriminatoria en su libreta.
Cuando terminó, se volvió hacia mí y me dijo:
- "Bueno, creo que sólo te faltan tus botas y luego terminaremos poniéndote las botas."
Me sentí inmensamente aliviada de que el final estaba a la vista y que lo que queda es tan sencillo como las botas.
Rápidamente revisó mi talla de zapatos y luego abrió un armario y rebuscó dentro.
Por supuesto, las botas resultaron ser extrañas, como era de esperar, bastante parecidas al par que había visto que llevaba la pony rubia.
Estas botas eran de tacón alto, pero sin tacón, en su lugar tenían un empeine de metal que arqueaba la suela de la bota... la base que apoyaba en el suelo parecía ser una herradura y mediría unos diez centímetros de altura... Nunca había calzado nada tan alto y mucho menos algo que se asemejase a esta extraña bota.
Sin el uso de mis manos, no tenía más remedio que seguir sus instrucciones mientras guiaba mi pie derecho hacia la primera bota... Me sujetó con firmeza el pie y la pantorrilla y los colocó en la empuñadura de cuero de la bota antes de cerrar la cremallera para cubrir mi pantorrilla justo debajo de la rodilla.
Me sentí muy extraña cuando puse mi peso sobre mi pie derecho... Todo mi peso estaba sobre la punta de mi pie y mis dedos, pero el cuero estaba apretado y podía sentir que la suela y el talón se amoldaban contra la base firme de la bota.
A diferencia de una bota de tacón alto tradicional, pude sentir que mi tacón se hundió bajo mi peso cuando el empeine de metal se flexionó.
La Sra. Brown no me dio tiempo para acostumbrarme a la bota antes de pasar a mi pie izquierdo... En unos momentos quedé por lo menos diez centímetros más alta al usar este extraño calzado.
- “Creo que encajan muy bien en tu pie... Por supuesto, tendrá que acostumbrarte a llevarlos... Estos zapatos no son buenos para las carreras o cualquier cosa demasiado extenuante, pero están bien para llevarlos hoy.... Vamos a caminar de un lado a otro varias veces para comprobar que te están bien”, me dijo.
Dicho esto me encontré caminando con cautela a través del pequeño cuarto de los arreos... Estaba aterrorizado de caerme, porque no sería capaz de detener mi caída con mis manos al tenerlas atadas detrás... Sin embargo, la Sra. Brown no parecía demasiado preocupada y, afortunadamente, crucé la habitación sin problemas.
Las botas cambiaron por completo mi manera de andar... Encontré que mis caderas se balanceaban más de lo normal, pero supuse que eso podría haber sido por la cola al balancease.
Fue sólo entonces que me di cuenta de que pensaba en ello como ‘mi’ cola en lugar de algo externo a mí, algo que me habían hecho... Además, en cada paso, esas pequeñas campanas exasperantes resonaron ligeramente mientras mis pechos se balanceaban.
Sin embargo, lo peor fue la forma en que la delgada correa de la entrepierna tiraba ligeramente en cada paso... No era para frotar nada o causar molestias, sino para que me diera cuenta y mantuviera mi mente enfocada en mi clítoris siempre hinchado por el roce.
Me hizo caminar de un lado a otro unas cuantas veces más y tuve más confianza... Las botas en realidad se sentían más estables que mis sandalias de tacón bajo... Supuse que era la forma en que la herradura proporcionaba un área más amplia que un tacón tradicional y, por lo tanto, significaba que era más fácil mantener mi centro de gravedad por encima de la base estable.
Una vez que estuvo segura de mi caminar, me encontré de pie junto a la pared blanca... Fue entonces cuando vi que una vez más había levantado la cámara... Casi entré en pánico... No podía tomarme una foto vestida así... Eso era demasiado y comencé a dar un paso adelante... No sabía que hacer para detenerla.
Sin embargo, su voz dominante una vez más me detuvo:
- “¡Quédate quieta!... Necesito una foto para tu archivo.”
Rápidamente tomó un par de fotos y me dijo:
- “Eres una hermosa ponygirl, y deberías estar orgullosa... Sé que todo esto es nuevo para ti, pero he pasado por esto muchas veces con mujeres jóvenes como tú... Todo estará bien... Ya lo verás.”
Luego me hizo girar de lado y tomó otra fotografía y finalmente una de espaldas.. Me di cuenta demasiado tarde de que estas fotos mostrarían claramente mi cola y quedé preocupada por ello.
Sin embargo, eso se volvió insignificante en mi mente cuando después de que la Sra. Brown dejó a un lado su libreta y cogió una correa larga y una fusta... Enganchó la correa en la parte delantera de mi collar y tiró de ella diciendo:
- "Vamos, has terminado... Yo archivaré todo el papeleo y tú puedes ir y unirte a toda la diversión.”
Me horroricé cuando me di cuenta de que ella quería que yo saliera como era, como una pony.
Hice lo mejor que pude para plantar mis pies y me esforcé para que ella no pudiera empujarme hacia adelante, no pudiera sacarme a la luz del sol y la vergüenza final... Sin embargo, la Sra. Brown sabía perfectamente cómo hacerlo.
- “Vamos ahora... No querrás perderte la diversión... Sé que eres un poco tímida y nerviosa por tu primera vez en tu papel de pony, pero ambas sabemos que te encanta.”
Ella se agachó entre mis piernas y pasó sus dedos a lo largo de mis labios aún resbaladizos y luego empujó con firmeza la correa contra la vagina que los separaba justo donde se frotaba contra mi clítoris.
Eso me hizo mover involuntariamente mis caderas contra su mano.
- “¡Estás empapada!... Son sólo un poco de nervios, puedo entender eso, pero no tenemos todo el día y además las ponygirls no pueden decidir a dónde van y cuándo... Tendrás que acostumbrarte a ser obediente, de lo contrario, este delicioso culo tuyo adquirirá un brillo rosado permanente.”
Mientras decía eso, bajó la fusta con firmeza contra él, lo que hizo que me alejara bruscamente del repentino dolor.
Tiró una vez más de la correa y esta vez di un paso adelante.
Mi mente me gritaba que pensara en algo... No podía salir así, pero también era obvio para mí que no podía quedarme aquí... Estaba segura de que la Sra. Brown me enrojecería la piel a base de fustazos en las nalgas si no la obedecía.
Un paso se convirtió en dos y luego en tres y la estaba viendo abrir la puerta y tirar de la correa para sacarme a la cálida y soleada mañana antes de que pudiera encontrar una solución a mi dilema... Un toque rápido con la fusta en mi culo me impulsó a dar el último paso fatídico hacia el patio.
Parpadeé mientras me acostumbraba a la brillante luz del sol después de la penumbra del cuarto de los arreos.
Sé que me sonrojé al tener expuesto mi cuerpo desnudo cuando vi a un joven a unos metros de distancia que nos había visto salir y luego se acercó para hablar con la Sra. Brown.
Probablemente tenía mi edad o tal vez uno o dos años menos... De alguna manera, eso parecía ser peor que estar así frente a una mujer de mediana edad.
- “James, por favor, lleva a esta potranca novata al potrero y dale mis disculpas al Sr. Scott... Esta es la otra novata del día y llegó un poco tarde, por lo que se perdió el entrenamiento inicial... Hazle saber que le agradecería que lo hiciera ahora.”
No podía creer que todo esto me estaba pasando a mí.
Ella quería que este hombre me guiara, por medio de la gente, pasando desnuda frente a docenas de personas.
Yo estaba temblando en estado de shock... ¿Por qué qué me había metido en esto?... Casi me convencí a mí misma de aceptar la indignidad del proceso de registro para mantener oculto mi subterfugio... Sin embargo, este era un nivel completamente diferente.
- “¡Ah!... Ten cuidado con ella... No tiene ninguna experiencia... Es nueva y un poco nerviosa, pero estoy segura de que responderá bien si la llevas con mano firme.”
A continuación se volvió hacia mí y me dijo:
- ¿No es así querida?
Me dio un fuete golpe con su fusta contra mis nalgas lo que me llevó a hacer lo único que podía pensar que ella aceptaría y eso fue asentir con la cabeza señal de afirmación... Traté de copiar el movimiento de cabeza exagerado de la ponygirl rubia que vi hacerlo antes.
- “Ten mano firme y ella hará lo que le digas... Apuesto a que será un placer entrenarla... De todos modos, no puedo quedarme aquí charlando todo el día... Aquí tienes, ahora date prisa", le dijo pasándole la correa a James.
Un escalofrío convulsionó mi cuerpo cuando agarró la correa y tomó la rienda... Sentí que mi coño se apretaba y tragué saliva al darme cuenta de que ya no tenía ningún control sobre lo que iba a pasar.
De buena gana me habría ido con la Sra. Brown al cuarto de los arreos, pero ahora parecía que dependía de ella y de James decidir a dónde iba.
No me había dado cuenta en ese momento que cada pequeño paso me llevaba más lejos... Siempre había pensado que todavía tenía cierto control sobre la situación... Ahora no tenía poder para detenerlo... La Sra. Brown me había entregado a James sin pensar si era algo que yo quería o no.
Sabía que no aguantarían ninguna protesta por mi parte... Lo considerarían sólo nervios de una nueva ponygirl.
La Sra. Brown había demostrado que pensaba que mi excitación era una clara indicación de que realmente quería que todo esto sucediera a pesar de mi desgana a querer ser una ponygirl.
Sin embargo, lo peor de todo era que yo también me preguntaba sobre eso... No podía entender por qué estaba tan caliente y por qué sentía ese escalofrío de excitación cuando ella me trataba como a un animal que necesitaba ser guiado y controlado por su propio bien.
Un tirón de la correa confirmó la realidad de esta nueva situación.
Sin decirme una palabra, James se dio la vuelta y empezó a sacarme del patio.
Parecía completamente ajeno al hecho de que estaba llevando a una mujer joven totalmente desnuda con una correa... Cierto que esto no era algo novedoso o extraño para él... Sin embargo, para mí esto fue impactante y terrible.
Cada paso me alejaba más y más de la seguridad del cuarto de los arreos y de mi ropa que estaba dentro... Cada paso me llevó más y más cerca de docenas de personas que me tratarían no como la mujer independiente y gerente de oficina profesional que era hace sólo unas horas, sino como una ponygirl, una chica a la que le encantaba que la exhibieran desnuda, que la controlaran con correa y fusta, riendas y látigos... Una bestia sexual que no podía tomar decisiones por sí misma.
Sentí que él debería reconocer de alguna manera este cambio titánico en mi posición, pero ni siquiera pareció pestañear ante mi situación, lo que lo hizo aún más surrealista para mí... De alguna manera me hizo sentir separado de la situación.
Mi mente estaba tratando de analizar la situación... Apenas podía creer que estaba permitiendo que me cogieran así.
´¿Por qué no estaba pateando y gritando?... ¿Por qué mi coño estaba tan mojado? ¿Por qué me excité cuando las campanas de mis pezones tintinearon mientras mis pechos desnudos rebotaban?... ¿Por qué acepté el plug anal y la cola balanceándose detrás de mí?’ me pregunté.
El murmullo de la gente se hizo más fuerte cuando salimos del patio y de repente me encontré que había gente delante de nosotros... Si bien había algunas otras ponygirls en los alrededores, la mayoría de las personas eran los patrocinadores del club y sus invitados.
En mi estado de indiferencia me preguntaba qué harían con la nueva ponygirl siendo llevada hacia ellos... ¿La admirarían o descubrirían que no estuvo a la altura de sus expectativas de belleza?... Era extraño, pero quería que me encontraran atractiva... No quería la humillación adicional de ser rechazada.
Algunas personas se giraron para vernos pasar entre ellos, pero no pude discernir sus pensamientos y nadie hizo ningún comentario.
Entonces me di cuenta de que había permitido que me llevaran al medio de la multitud, no me había resistido a que me trajeran aquí.
Podía sentir que mi coño estaba inundado con mi jugo y me maravillé de mi propia excitación... Sabía que por eso estaba aquí... Quería más del intenso placer que había estado sintiendo. Tenía que admitir que amaba el orgasmo que había tenido antes y quería más.
Siempre me había sentido demasiado culpable al masturbarme y llegar al orgasmo... Ahora, sin embargo, no tenía control... La Sra. Brown me ha forzado al orgasmo sin que yo tuviera la capacidad de negárselo... No podía sentirme culpable por eso... Perder el control significó que también perdí la culpa de haberme corrido.
- "¿A quién tenemos aquí, James?"
Una nueva voz interrumpió mi cadena de pensamientos y me encontré sonrojándome de nuevo cuando el recién llegado me miró de arriba abajo con evidente interés.
Era un poco mayor que yo, probablemente en sus cincuenta a juzgar por el pelo gris y el rostro ligeramente arrugado... Era un hombre alto... Sólo unos centímetros más bajo que yo con mis botas, así que supuse que era un poco más alto que yo normalmente... Tenía los hombros anchos de un hombre que había trabajado físicamente duro durante toda su vida... Sin embargo, estaba claro que no era pobre, ya que estaba inmaculadamente vestido con costosas ropas de montar y hablaba con un claro acento de clase alta.
- “Sr. Scott, esta es la otra potranca novata, señor... La señora Brown se la envía.”
James transmitió todas las instrucciones de la señora Brown mientras el hombre mayor caminaba a mi alrededor y me examinaba de cerca, aunque no me tocaba.
- “¡Sí!... De hecho llega tarde... Las otros dos ya se han presentado, pero creo que puedo encajarla en el horario.”
No sabía de qué estaba hablando y temía averiguarlo.
El Sr. Scott tomó la correa del hombre más joven y tiró de mí detrás de él sin decirme una palabra... Iba a tener que acostumbrarme a que no me consultaran, supuse... Frente a nosotros había un potrero despejado y vallado... Tomó mi correa y luego la ató a uno de los postes que rodeaban el campo.
La mayoría de la gente estaba reunida alrededor del potrero viendo a una pony hacer cabriolas y brincos alrededor de un circuito... Tenía la piel pálida con una pizca de pecas por todo el cuerpo y una hermosa mata de cabello rojo recogido en la omnipresente cola de caballo... Su arnés y botas eran de cuero rojo brillante... Se veía magnífica.
Sus movimientos eran muy graciosos mientras pasaba alrededor de los conos y saltaba sobre los barrotes y cercas siguiendo una línea cuidadosamente trazada... Levantó cada rodilla en alto para cada paso cuidadoso y deliberado... Fue una muestra de aplomo, control y habilidad... Cada vez que sorteaba con éxito un obstáculo, sin derribar una pelota de un cono, una barra de una valla o hacer sonar una campana enhebrada en una cinta que pasaba por encima, la multitud aplaudía educadamente.
Su exhibición llegó a su fin y una voz masculina se escuchó a través de un altavoz:
‘Esta pony es Ambiciosa... Su tiempo fue de cuatro minutos, veinticinco segundos con cuatro faltas y una puntuación de ocho punto siete por presentación artística... Una buena puntuación que la coloca en la posición de plata hasta el momento.’
Un mozo entró en el potrero, ató las riendas a la brida de Ambiciosa y la condujo fuera, mientras otro mozo conducía otra pony de pelo oscuro y piel oscura al potrero.
Era más baja que Ambiciosa con piernas más musculosas, pero con un andar elegante y seductor en sus botas de ‘tacón’ muy alto... A diferencia de Ambiciosa y de mí, ella llevaba un corsé de cuero ceñido que le apretaba la cintura y ambas manos estaban sujetas a él a los costados en lugar de detrás de ella.
De nuevo se escuchó el altavoz que anunciaba:
‘La siguiente pony es Azabache, del establo de John Fichet... Es una potranca de veintidós años y favorita para los cuatrocientos metros... Veamos cómo maneja la doma.’
Observé fascinada cómo Azabache seguía el mismo recorrido que Ambiciosa.
Escuché algunas campanas mientras atrapaba cintas... La multitud siguió agradecida, pero estaba claro que no iba a anotar tan bien como su predecesora.
Le siguieron otras cuatro ponys, todas elegantes y hermosas a su manera, aunque ninguna de ellos puntuó tan bien como Ambiciosa, quien recibió la escarapela plateada por detrás de una pony llamada ‘Victoriosa’.
A lo largo de esta exhibición, no pude evitar preocuparme de que me obligaran a hacer algo similar y sabía que no había forma de que pudiera actuar así.
‘Y ahora un regalo especial para todos ustedes… Tenemos otra potranca nueva para presentarles’, anunció el altavoz.
Mi corazón comenzó a acelerarse porque sabía que se referían a mí.
El Sr. Scott estaba una vez más a mi lado y desató la correa de mi collar, sólo para reemplazarla con una mucho más larga de cordaje suave… Llevaba un látigo de caballo en la otra mano.
- "Espero que hagas exactamente lo que te ordeno… Ya que llegaste tarde, te perdiste la sesión de capacitación que les di a los otros dos novatos antes de su presentación", me dijo.
- “La Sra. Brown mencionó que necesitas una mano firme… Puedo asegurarte que si eres desobediente, te aplicaré la corrección que necesitas… No espero avergonzarme por una exhibición de mala calidad de una potranca sin entrenamiento con un mal cronometraje.”
Palidecí ante sus duras palabras... Sabía que si no hacía mi mejor esfuerzo, no dudaría en usar el látigo para corregirme.
- "Vamos", me dijo mientras me conducía a través de un hueco en la valla, tirando de la cuerda, en dirección a la pista de entrenamiento.
- "Ella es una completa novata… Así que esta es su primera sesión de entrenamiento… Como de costumbre, Tony Scott la guiará en sus primeros pasos... Demos una ronda de aplausos para 'Leonora'”, escuché por el sistema de megafonía.
Mis entrañas estaban revueltas… Pensé que podría escaparme y correr, pero ¿adónde podría ir?... Sin embargo, si le permitiera a este hombre 'guiarme en mis primeros pasos', estaría demostrando que estoy dispuesta a ser una chica pony.
El Sr. Scott me acompañó al centro del potrero que había sido despejado del curso de doma… Se colocó allí frente a mí a unos tres o cuatro metros de distancia.
- Ahora caminarás a mi alrededor en el sentido de las agujas del reloj", me dijo en voz alta para que no sólo pudiera escucharlo yo, sino también los espectadores… Nerviosa seguí sus instrucciones y comencé a caminar alrededor de él.
- "Mantén la cuerda tensa", me ordenó acentuándolo con un latigazo aplicado expertamente con un movimiento de muñeca, en mis nalgas.
Me aseguré de avanzar un poco hacia afuera para que la cuerda permaneciera tensa mientras continuaba mi circuito… El latigazo no fue especialmente doloroso, pero no quería que siguiera usando el látigo conmigo.
- Ahora levanta las rodillas mientras caminas para que queden al nivel de tu cadera”... Traté de obedecer, pero rápidamente fui recompensada con otro latigazo.
- “¡Más alto!... ¡Te dije más alto!”… Esto fue seguido rápidamente por otro latigazo más doloroso…. Ahora estaba levantando mis rodillas muy altas mientras caminaba y eso pareció satisfacerlo.
Me las arreglé para establecer un ritmo y me complació que el látigo no me golpeara de nuevo.
Después de algunas vueltas, me hizo cambiar de dirección e ir en dirección contraria a él.
- "Mantén la barbilla en alto y mira al frente, no a tus pies", me dijo y me dio otro latigazo.
Ahora estaba lo suficientemente segura de que cuando miraba al frente no sentía que me iba a torcer el tobillo y caer sobre la hierba… Y cómo estaba mirando hacia adelante, me sorprendió ver a tanta gente reunida observando mi entrenamiento.
Había estado tan concentrada en lo que estaba haciendo para evitar el látigo que había olvidado que estaba en exhibición.. Inmediatamente me dio un rubor de vergüenza y dudé por un momento… El látigo, pronto me hizo caminar de nuevo.
A mitad de camino alrededor del círculo, me detuve de nuevo y una vez más fui espoleada por un fuerte golpe del látigo... Esta vez mi vacilación se debió a que vi al grupo de HP Systems entre los espectadores, todos observándome, incluidos, mi jefe, el Sr. Smith y el Sr. Davis… De repente sentí una inmensa humillación.
Todos estaban de pie allí bebiendo champán, observándome hacer cabriolas con el Sr. Scott guiándome con su asqueroso látigo, y claramente estaban charlando y comentando sobre mí.
Eso hizo que mi corazón latiera con fuerza en mi pecho... Me preguntaba qué estarían diciendo y sabía ahora que no podría ir a trabajar con ellos.
Ya sería bastante vergonzoso para mí hablar con ellos cuando me liberaran de esta atadura y volviera con ellos más tarde, y mucho menos en la oficina la próxima semana.
- “Ahora trota”, me ordenó.
Una rápida sucesión de ligeros golpes de látigo hizo que empezara a trotar y pronto dejé de preocuparme por la próxima semana... Ya me costaba bastante poner un pie delante del otro, mantener las rodillas en alto y mantener el ritmo que él me marcaba.
El ritmo hizo que mis pechos rebotaran y las horribles campanas repicaran mientras se sacudían de un lado a otro… Al menos, estaba contenta de que mis pechos no fueran más grandes pues de lo contrario habría sido muy doloroso.
Me hizo aumentar mi ritmo un par de veces hasta que casi corría y comenzaba a jadear pesadamente alrededor del bocado… Mis fosas nasales ensanchadas ya no eran suficientes para aspirar todo el aire que necesitaba. Luego, para mi gran alivio, dijo:
- "Ahora, camina."
A pesar de que ahora estaba bastante cansada, todavía insistía en que siguiera haciendo cabriolas, levantando las rodillas mientras caminaba.
La sesión de entrenamiento continuó durante lo que me pareció una hora, pero probablemente sólo fueron unos quince minutos.
Me hizo cambiar de dirección unas cuantas veces y trotar un par de veces más… Estaba exhausta cuando por fin dijo:
- "Para."
Y me quedé allí jadeando… Apenas escuché los aplausos cuando me sacaron del potrero... De hecho, no solo tenía dificultades para caminar, sino para poder ver a la gente que me estaba mirando.
Me sentí aliviada cuando finalmente nos detuvimos y pude recuperar el aliento… Luego agradecí cuando el Sr. Scott acercó una botella de agua a mi boca… La apretó lenta y constantemente, rociando el líquido fresco y refrescante a través de mi boca.
Me lo tragué y me di cuenta de que tenía mucha sed… Fue vergonzoso pensar que tenía que depender de él para que me diera agua… En mi esclavitud no podía hacer nada por mí misma, y esto se me enfatizó aún más cuando me la retiró dejándome con ganas de más agua.
Continuará....