Todo me parecía surrealista. Me había cogido a María y mi hermana se había tomado mi leche directo desde su concha.
Natalia se levantó a vestirse y a acomodar un poco todo. María no se soltaba de mi beso y una vez más me sentía pletórico con mis ojos cerrados. Me sentía en un sueño
Todo mi mundo se vino abajo cuando los abrí y vi que detrás de la puerta había un par de ojos en la oscuridad. María no dejaba de besarme y pude reconocer que esos ojos no eran los de mi padre. Sin entender bien la situación miré en dirección al costado y vi a mi hermana mirándome.
Evidentemente era mi madre quien estaba detrás de la puerta. Volví a mirar y ya no vi nada. ¿Era verdad o era todo producto de mi imaginación? Me sacudí de repente y separé a María.
- ¿Que pasa? – dijo ella
- Nada, me pareció ver a mamá mirando por la puerta
- ¿No estaba cerrada? – dijo Natalia mirando en dirección a la puerta
- No sé, andá a fijarte – le ordené
- Ahí voy - dijo Natalia
- Me muero – dijo María
- Y yo
Natalia demoró unos segundos y salió por la puerta. Volvió al rato y lo que dijo no nos dejó tranquilo a ninguno de los tres
- Mamá estaba en el baño
- Noooooo, eso quiere decir que sí, era ella – atiné a decir
- ¿Estas seguro de que era ella la que miraba tras la puerta? – dijo mi hermana
- Me pareció
- ¿Te pareció ver a mamá o estás seguro de que la viste?
- No sé, quizás fue mi imaginación – dije
Esperé a que mi madre vuelva a su cuarto y yo me fui al mío. Pese a los nervios, dormí toda la noche de corrido.
Me levanté con una sensación extraña y me costó mucho salir de la habitación. Lo hice ya vestido para irme al centro. Pasé por la cocina y lo que menos quería que sucediera, sucedió. Estaba mi madre preparando el desayuno. Se giró y me clavó la mirada.
- Buen día, Juan
- Buen día, má – le respondí y sentí que me moría en ese instante
- ¿Ya te vas?
- Si – le dije. No soportaba su mirada
- Tomá algo de leche para reponer – hizo una pausa – energías para ir a trabajar
- Bueno, sí. – dije
Necesitaba confirmar si mamá me había visto anoche cogiendo con María, la amiga de mi hermana, y de haberlo hecho, ¿que había visto? ¿También con Natalia?
Fue entonces cuando se me ocurrió algo que reconozco que está mal, pero la tentación fue más fuerte. Voy a ir a buscar mi notebook así miro una cosa, le dije a mi mamá y volví a desayunar en la cocina como siempre
Me tomé el desayuno lentamente y observando que mi madre tuviera su celular cerca. Lo divisé y mientras esperaba a que se fuera abrí una sesión de WhatsApp web en otro navegador. La suerte me ayudó y mi mamá salió de la cocina dejando su celular. En un movimiento rápido scanié el QR y tuve el WhatsApp de mi madre en mi computadora. La cerré inmediatamente.
Para mi suerte, mi padre apareció para salvarme. Luego, mi madre no dijo más nada y al rato aparecieron Natalia y María como si no hubiese pasado nada.
Me fui al trabajo y volví a meterme de lleno con Ricardo en toda la operación. Me sentí abrumado por un momento y no me creí capaz de poder con todo. Él lo notó y me dijo: tranquilo que todo va a estar bien. Yo te voy a acompañar en todo lo que necesites y mirándome con severidad me dijo:
- Nunca dudes de tu capacidad.
Se me llenaron los ojos de lágrimas y giré la cabeza para que él no me viera. Después me indicó algunas cosas y con mucha concentración y esfuerzo las pude sacar adelante.
Luego de un rato, Ricardo me dijo:
- Te dejo un rato para que descanses
- Bueno
- Yo me tengo que ir un par de horas, quedate trabajando acá – siguió mi jefe
- Ok, no hay problema
- Ya te pedí algo para almorzar, espero que te guste – me miró sonriente
- Gracias
Mi jefe se fue y me puse a terminar unas cosas bastante importantes. Estaba concentrado y me sonó raro escuchar la puerta. Era un delivery de Pedidos Ya que me traía un pedido. No pude evitar recordar el episodio del repartidor con mi hermana. Traía una bolsa muy linda que decía “Tanta” le di las gracias y cuando le quise pagar, me dijo que ya estaba pago, incluida la propina.
Me dispuse a abrir la bolsa y tenía sushi y otro plato que no pude identificar que era, pero parecía un caldo frío con pescado adentro, cebolla morada y otras cosas. Lo comí con desconfianza al principio ayudado por un tenedor. El sabor me impactó tanto que mientras lo comía googleaba de que se trataba este misterioso plato. Supe que era cebiche y que Tanta era uno de los restaurantes que mejor lo preparaba. Con razón es tan rico, pensé y me lo devoré todo, inclusive el jugo, que más tarde supe que se llamaba leche de tigre, lo bebí como un beduino con sed.
Luego era el momento del sushi que yo nunca había comido y también era exquisito. Les juro que tuve que poner unos videos para entender que se comía así, humedeciendo las piezas en ese líquido negro que supe que era salsa de soja. El placer nuevamente invadió mi boca y juro que me declaré fan del sushi a partir de ese momento.
Me recosté en el sillón y supe que había una vida mejor y que era cara, pero valía la pena. Si mis cuentas no estaban erradas iba a poder pedir sushi en adelante con lo que iba a ganar.
En ese momento cruzó por mi mente la idea de que mi madre me había visto con María y/o con mi hermana y eso me recordó que tenía su WhatsApp instalado para verlo. Corrí a abrirlo y lo que me encontré fue un chat con mi padre que me dejó perplejo.
Creo que es el momento de contarles que mi madre se llama Mónica, tiene 56 años y está muy bien a su edad. Conserva el físico y la cara. Siempre fue muy recatada en asuntos sexuales y muy seria en todo aspecto y creo que fue eso lo que hizo que me sorprendiera tanto por lo que leí. En adelante me voy a referir como J (Jorge) para mi padre y M para mi madre, por Mónica.
Mirá a mi mamá pensé yo
A esta altura ya había confirmado que mi madre nos había visto, ahora me restaba saber qué era lo que había visto. Afortunadamente me relajaba saber que mi madre dudara si era real o un sueño. Juro que en ese momento podría venir un terremoto o incendiarse el edificio que no podía dejar de leer aquel chat. También me imaginaba a mi padre dudando si era cierto o no por todo lo ocurrido conmigo y con Natalia
Leer a mi madre poniendo estas cosas hizo que mi pija se parara sin darme cuenta. No me la saqué ahí mismo porque tuve el miedo suficiente a que regresara Ricardo de un momento a otro. Seguí leyendo
3? Este debería ser un código entre ellos y por la respuesta de mi padre significaba muy caliente.
Si mis ojos no podían creer lo que estaba leyendo, mis oídos menos daban crédito de lo que oyeron en los siguientes audios
La puerta se abrió y era Ricardo que me miró extrañado. Quedaban dos audios para escuchar, pero imaginé que tendrían menos importancia. Volví la mirada a mi jefe y le dije que estaba terminando unas cosas
- Si, se te veía concentrado – me dijo
- SI si, ya termino todo – dije
- ¿Te gustó el almuerzo?
Me maldije a mí mismo por no ser yo el primero en agradecer y que no saliera de mí el gesto. Evidentemente estaba muy conmovido por los chats y los audios
- Siiiii, me encantó realmente
- No sabía se te gustaba el sushi y el cebiche
- Nunca había comido y la verdad es que creía que no me gustaba
- ¡Viste! – dijo él – yo era igual, pero hay que probarlo
- ¡Si! ¿Te puedo confesar algo? – le dije en un tono confidencial
- Decime
- Creo que es una de las cosas más ricas que comí en mi vida
- Bueno, con el tiempo vamos a ir a algún lugar a comer cosas más ricas entonces
- No, en serio, me pareció excelente – le confesé
- Sí, es muy bueno Tanta – dijo él
Seguimos un tiempo hablando del negocio y de lo que había para hacer en los próximos días. Realmente cada minuto que pasaba, me daba cuenta de la operatoria de Ricardo y que si me daba una parte de las ganancias iba a poder vivir muy bien por los próximos años.
Me volvía a casa en el remis que me pidió mi jefe pensando en que mi padre y mi madre esa noche iban a tener sexo desenfrenado. Mi pija comenzó a crecer imaginando a mi madre chupándole la pija a mi padre.
Esto se lo tengo que contar a Natalia, recuerdo que pensé
Abrí la puerta y me fui a mi cuarto. Al rato mi madre me llama para comer. La cena estaba exquisita y mi padre abrió un vino tinto DV Catena malbec-malbec que le habían regalado hacía un tiempo en el trabajo. Evidentemente era una noche especial.
Resultaba muy gracioso ver todo sabiendo que en un rato mis padres estarían cogiendo. Me sentía un espectador de lujo, que sabía muchas cosas y no decía nada. Ver a mi madre alcanzándome el pan sabiendo que en unos minutos estaría chupando la pija de mi padre era surreal. Ver a mi padre sirviéndose el vino y saber que iba a estar cogiendo a mi madre en instantes, me volvía loco. Necesitaba contárselo a Natalia
Ahí mismo, en la mesa, saqué mi teléfono y le escribí un WhatsApp mi hermana…
(continuará…)
Pueden dejarme sus comentarios en reybaco2005@hotmail.com