No puedo con mi hermana
Volví a mi casa mientras mi madre se quedaba esperando a los siguientes clientes. Ya en casa estuve pensando en la petición de mi madre, una petición rara dependiendo del punto de vista en que se miré.
Por lo que había experimentado, a mi hermana le gustaba follar… cómo definirlo, digamos que follar y follar sin contemplaciones. Quería pollas duras que penetrasen una y otra vez y correrse cuanto más veces mejor, eso es lo que nos había demostrado a mi padre y a mi la noche anterior, y ahora mi madre quería que la enseñará a disfrutar de un solo y largo polvo.
Me había puesto mis cómodos pantalones cortos de algodón y una camiseta, y me había recostado sobre una tumbona en la terraza degustando una fría cerveza. Ya era la una del medio día cuando llegó mi hermana. Llevaba una falda corta con algo de vuelo que dejaba ver gran parte de sus bonitas piernas, y una camiseta bastante escotada que provocó que le lanzará una mirada absorbente a su estupendo canalillo. No llevaba sujetador y los pezones se le marcaban con descaro.
- Hola hermanito. – dijo a la vez que se inclinaba para darme un jugoso beso lascivo.
- Hola hermanita. – contesté con el mismo apelativo a la vez que le ponía una mano sobre el culo.
- Te gustó lo de anoche? – me preguntó con mirada perspicaz.
- Estuvo… muy bien. – no me dio tiempo a pensar en una respuesta más elaborada.
- Ufff, a mi me encantó. Fue algo sensacional. Por qué no me sacas una cerveza mientras me pongo cómoda. Tengo cosas que contarte, jijiji.
Me vino bien para plantearme cómo abordar el tema que me había propuesto mi madre, pero no me di tiempo no a comenzar. Volvió con rapidez con su nueva ropa de andar por casa, unas braguitas y una camiseta marcando sus hermosos pechos.
- He estado esta mañana con Rafa.
- Y quién es Rafa?
- Un chico de mi clase.
- Pero no me dijiste que solo te llevabas bien con Samuel?
- Bueno, creo que vestirme de otra manera ha causado sensación en algún chico más, jajaja.
- No sé si quiero oír lo que me vas a contar.
- Tranquilo, solo hemos tomado café y nos hemos dado unos poquitos.
- Solo… unos poquitos?
- No pensarás que me lo iba a follar en una cafetería, jajaja.
Sus carcajadas me desarmaron. No sabía si preguntarle algo más, pero no fue necesario.
- Aunque la próxima vez creo que haremos algo mas. Besa muy bien, sabes!
Se abalanzó sobre mi y me atornilló un beso que no supe ni pude rechazar. Sus carnosos labios y su lengua húmeda eran un manjar para degustar a cualquier hora.
- Aunque no como tú… hermanito!
Era capaz de dejarme sin palabras de esa forma tan simple… besándome.
- Y… entonces… has quedado con él para follar?
- Claro. Tengo que probar a ver qué tal folla.
El plan que me había propuesto mi madre veía que se me escapaba de las manos antes de iniciarlo.
- A ver, Lore… piensas ir follándote a todos los tíos que conoces? – la pregunté asustado.
- A todos no. Solo a los que me gustan, jajaja.
- Y te gustan… muchos?
- No, solo dos o tres más.
Su naturalidad me descolocaba. Hablaba de follarse a varios tíos como de tomar un café con ellos. Miraba su hermoso cuerpo y tenía que hacer verdaderos esfuerzos para no lanzarme sobre ella, pero en ese momento era más importante hablar.
- Mira Lore, me parece muy bien que te guste follar, pero no puedes ir por ahí follándote a un tío cada día.
- Por qué?
- Porque acabarán tomándote por el pito del sereno.
Sonrió de forma perversa antes de responder. Acercó sus labios a escasos centímetros de los míos y me metió las palabras en la boca.
- No te equivoques hermanito. Soy yo la que manejo la situación y te aseguro que los tendré comiendo de la palma de mi mano.
Ahora sí que me dio realmente miedo. Yo pensando que iba a ser una presa fácil y sus palabras me demostraron que no era una presa, más bien una depredadora.
- Estás segura de lo que dices… y de lo que quieres?
- A ver, te lo explicaré de nuevo. Me gusta follar, y soy yo la que decidió con quién, cuándo y cómo.
Cada vez me sentía más abatido sintiendo que estaba perdiendo una batalla que no siquiera había empezado. Mi cabeza trabajo a marchas forzadas en los pocos segundos que sabía que tenía y decidí enfocar la cuestión de otra manera.
- Dime una cosa. Cuando me pediste que te enseñará a follar, por qué lo hiciste? Realmente no habías follado antes?
Su sonrisa pícara se hizo más patente. Se montó a horcajadas sobre mi regazo y sentí su estupendo culo sobre mis piernas. Las tetas sobre mi pecho y su boca casi pegada a la mía fue su forma de descentrarme para contarme su secreto.
- Ya había follado con Samuel, además de con otro chico – susurró contra mis labios – pero me di cuenta que antes de seguir necesitaba saber más, es decir, que alguien me enseñara lo que les gusta a los tíos, y a la vez saber lo que me gusta a mí, y tú eras la mejor opción para eso.
Me quedé pasmado mientras balanceaba su coño sobre mi regazo. Sentía como mi polla se iba endurecido pero tenía que seguir la conversación.
- Entonces… tan solo me utilizaste para aprender a follar y después follarte a todos los tíos que pillaras?
Volvió a besarme abrazada mi cuello a la vez que restregaba sus hermosas tetas contra mi pecho.
- Ummm, como me gusta besarte.
- Esa es tu respuesta?
- En principio solo quería saber, pero después de todo lo que me has hecho y lo que he sentido follando contigo... creo que no encontraré a nadie igual.
- Pero piensas probar con unos cuantos… por lo que veo.
Otro beso impidió que siguiera preguntando. Sus labios, su lengua, su aliento, penetraron en mi cuerpo como una droga excitante. Metí las manos bajo su culo y lo apreté con deseo. El beso se hizo largo, húmedo, lascivo, y la lujuria nos invadió como un ejercicio implacable.
- No creo que puedas follar conmigo todo lo que deseo, jajaja.
Era el momento de proponerle lo que mi madre me había dicho.
- No todo es follar con un montón de tíos sin parar. Suele ser mejor un polvo lento, largo e intenso, que muchos cortos y a veces sin sentido.
El sobo que me estaba dando mezclado con sus ardientes besos me había puesto la polla como el cañón de un tanque. Por supuesto ella lo notaba bajo su hermoso culo y no dudó en hacerme una proposición inmediata.
- Y ese polvo del que hablas… me lo vas a echar ahora?
- No seas capulla Lore, es la hora de comer y papá y mamá estarán al llegar.
- Ya sabes que podemos follar en casa a cualquier hora y sin ningún impedimento.
- Tampoco me parece bien que estemos follando delante de ellos con el descaro que propones. Lo dejaremos para otro momento.
- Como quieras, pero esta tarde he quedado con Samuel.
- Eso me parece bien.
- Pero no solo para follar con él. Quiero follarme a él, a su hermano y a su padre a la vez.
- Joder Lore, era insaciable.
- Solo quiero probar cosas, y con tres a la vez no he probado, jajaja.
Estaba totalmente desarmado y no quise seguir con la conversación. Tampoco hubiera podido pues a los pocos minutos llegaron mis padres y nos pusimos a comer. Vi cómo mi padre miraba disimuladamente a mi hermana, su precioso cuerpo cubierto por las camiseta y las braguitas era difícil de ignorar.
Esta vez nos fuimos a fregar los cacharros juntos y Lore aprovecho para hacer sus comentarios jocosos.
- Has visto como me miraba papá? Le tengo totalmente salido, jajaja.
- Estás muy buena Lore, y con lo que llevas puesto creo que pondrías salido a cualquier tío.
- Estoy por llevarle a mi habitación y hacerle una buena mamada.
- No seas cabrona. Ya le dejaste ayer bien ordeñado. No creo que le queden fuerzas ni para el polvo de la siesta con mamá.
Lore se quedó pensativa mirando al infinito unos segundos hasta que me preguntó por sorpresa.
- Tú crees que mamá tendrá suficiente con lo que le da papá?
- Por qué lo dices?
- Viendo cómo disfrutó cuando te la follabas, me da la impresión que también se lo monta fuera de casa.
- Pues no lo sé. – me hice el loco – Pero eso deberías preguntárselo a ella y no a mí.
Volvió a quedarse pensativa hasta que me soltó otra de sus frases.
- Pues lo haré, pero en el momento adecuado.
- Y cuál será ese momento?
- Cuando la vuelva a comer el coño y la ponga muy zorra, jajaja.
Se fue a su habitación y cuando acabé de fregar salita la terraza a tomarme el café. Mi padre se había ido a su habitación y mi madre se tomaba el café con tranquilidad sentada al lado de la mesa.
- Que tal con Lore? Has hablado con ella?
- Pues más bien ha hablado ella conmigo y creo que está dispuesta a follarse a media clase.
- Será difícil frenarla. Es verdad que está demasiado eufórica. – acuñó mi madre.
- Hay algo más. Sospecha que te lo montas fuera de casa.
- Bueno, ya no importa. Hemos estado hablando papá y yo sobre lo que ocurrió en casa de Samuel y de lo que pasó anoche, y hemos llegado a la conclusión que a los dos nos viene bien cambiar de vez en cuando.
- Entonces… os habéis dado permiso para follar con otros y otras?
- Más o menos, jejeje.
Eso valía para que mi madre se sintiera menos culpable. Lo que no sabía es si mi padre sería capaz de encontrar algo fuera después de tanto tiempo. Lo de la familia de Samuel no era lo habitual. Me sentí algo celoso pensando en los ríos que se tiraría mi madre cuando se fuera a trabajar. Era un pensamiento totalmente egoísta, pero no pude evitar sentirlo.
- Entonces ya tienes carta blanca para follarte a los clientes que te apetezca.
Mi cara reafirmaba mis palabras y mi madre sonrió.
- Noto algo de desaprobación en tus palabras.
- Lo siento mamá. No tengo derecho a reprocharte nada.
Después de un par de sorbos acompañados de un largo silencio volvió a hablar ella.
- Te diré una cosa cariño. Tanto tu hermana como yo tenemos una gran necesidad de sexo, aunque dada su juventud ella lo ve de otra manera, pero he podido ver en sus ojos como te desea y estoy segura que lo que siente follando contigo no lo siente con otros tíos.
- Me estás diciendo que se ha enamorado de mí.
- Quizás, aunque también estoy segura que se le pasará.
- Ese es el motivo por el que no quieres que tu y yo follemos en casa.
- Ese es el principal, pero también es porque no me siento a gusto follando contigo en casa, me siento más libre fuera.
- Pero sabes que Lore tiene en mente seguir haciéndolo en casa, y por sus comentarios creo que con los tres. De hecho tiene pensado comerte el coño para preguntarte si te lo montas fuera de casa.
- No te preocupes, por eso no habrá problemas ni conmigo ni con tu padre. Creo que le gustará volvérsela a follar, jejeje.
- Pero entonces lo que había hablado de enseñarla a disfrutar de un solo y buen polvo?
- Por lo que me cuentas creo que tendremos que esperar a que sacia esa euforia arde en su cuerpo.
Me dio un cálido beso al levantarse y se fue a trabajar. Al instante me quedé dormido sobre la tumbona y cuando me desperté ya se habían marchado mi padre y mi hermana.
Quedé con unos amigos para tomar algo esa tarde, Carlos entre ellos. Cuando me quedé a solas con él le pregunté por Santi, que era el tío que me había contado que se follaba a su hermana.
- Precisamente hablé ayer con él. – me empezó a contar – Me dijo que lo de su hermana ya había pasado.
- Ah, si?
- Si, tan solo fue cosa de un mes.
Su respuesta me tranquilizó pensando en mi hermana. Quizás también sería cosa de poco tiempo, aunque me había quedado preocupado por la insinuación de mi madre de que se pudiese haber enamorado.
Cuando volví a casa ya era la hora de cenar, yo fui el último en llegar. Mis padres hablaron de sus respectivos trabajos y mi hermana tan solo sonreía mirándome. Estaba impaciente por qué me contará que había ocurrido en casa de Samuel.
Después de fregar los cacharros me arrastró hasta su habitación, su impacienta era mayor que la mía. Nos habíamos llevado un par de copas para acompañar la charla y casi nos las bebimos de un par de tragos entre beso y besó. Sus labios eran cada vez más arrolladores devorando los míos, y su lengua llenaba mi boca dejándome sin aliento.
- Para, para! Que me dejas sin respiración.
- Ummm, es que me encanta besarte.
- Pensaba que vendrías saciada de casa de Samuel.
- La verdad es que ha sido una experiencia arrolladora, pero es diferente a cuando estoy contigo.
Sabía que esa noche era oportunidad que esperaba para demostrarla lo que era un buen polvo, pero primero quería saber lo que había pasado en casa de Samuel. Llevaba su ropa habitual de andar por casa en esa fase sexual que había comenzado, una camiseta corta que se ceñía a sus hermosas tetas haciéndolas imponentes lo suficientemente corto para mostrar su vientre, y unas braguitas que dibujaban su culo más hermoso.
Estábamos de pies sobre la alfombra y le quité la camiseta para dejarle las tetas desnudas y le besé los pezones hasta ponerlos duros y erectos de una forma lenta y suave. Quería ir excitando la poco a poco, haciéndola sentir ese deseo que me habyhecho sentir mi madre.
La había agarrado por el culo y lamía su cuello y sus tetas hasta llegar de nuevo a su boca. Besos suaves, lascivos en los que chupaba y mordisqueaba sus carnosos labios provocaban una tremenda exciten Lore que casi no podía controlar.
- Diosss, Sancho, como me pones. Fóllame!
- Lo haré, pero todavía no. Cuéntame que ha pasado.
Entre besos y lamidas comenzó a contarme.
- Pues como te había dicho, pensaba follarme a los tres, y cuando he llegado me he subía la habitación con Samuel. Nos hemos puesto a besarnos y desnudarnos y al momento estaba espatarrada sobre la cama y Samuel follándome como un obseso porque le pongo cachondo al momento, jajaja.
Quería que todo fuera lento, incluso su relato, y le tapé la boca con la mía besándola de nuevo. Podía sentir sus dedos clavándose en mi espalda, y su pelvis restregándose contra mi polla de la excitación que la provocaba.
- Sigue. – le dije al despegar los labios.
- Ufff, me tienes ardiendo.
- Así me lo contarás mejor.
- Pues cuando me estaba follando Samuel entró su padre y se quién bañador que era lo único que llevaba. Ya tenía la polla dura, supongo que por la viagra, y comenzó a pajearle entre la cara de Samuel y la mía haciendo que le diéramos leves chupadas los dos.
Ya me había dicho que a Samuel le iban ambas cosas, pero no dejó de sorprenderme.
- Estando así, entró Jorge, el hermano, e hizo lo mismo que el padre, se quitó el bañador y su polla también parecía ya dura, y comenzó a restregarse la a Samuel por el culo. Debió de metérsela un poco porque le sentí quejarse a la vez que se corría y la vez que yo. Jorge le retiró de un empujón y se tumbó sobre mí buscando mi ya mojado coño con su polla en la mano. “Así me gustas putita, con el coño bien mojado”, me dijo a la vez que me penetraba con su polla. Comenzó a follarme como un perro salido mientras a nuestro lado Samuel se ponía a chuparle la polla a su padre. Creo que esa escena me puso aún más caliente y sentí como mi cuerpo ardía sintiendo los pollazos que me daba Jorge.
Aproveché ese momento para pasar una mano por delante y comenzar a tocar sus bragas ya humedecidas. Entre los besos, el sobo que la estaba dando y las chupadas de pezones si excitación aumentaba a pasos agigantados, ya sentí su cuerpo como un volcán a punto de entrar en erupción.
Mientras horadaba con mis dedos entre las bragas su cuerpo comenzó a temblar.
- Métemela ya! Métemela ya! – me pidió con desasosiego.
- Todavía no. Sigue contándome.
La imagen de Jorge follándose a mi hermana y Samuel chupándosela a su padre me produjo un morbo tremendo, y que tía conocer el final de la historia.
- Joder vale! Pues como te decía Jorge me estuvo follando como un loco. Es un poco bestia, y me mordió los pezones hasta hacerme algo de daño, pero a la vez provocó que me corriese. No obstante le solté un par de ostias llevada por el suave dolor y el desenfreno y se quitó de encima de mi, algo que aprovechó el padre para coger el hueco que había dejado y clavarme la polla que Samuel le había dejado como una piedra con sus chupadas.
Veía que se acercaba el final e hice que se tumbara sobre la cama. Le quité las bragas y la abrí de piernas. Observé su bonito coño ya depilado, y la preciosa raja que marcaban sus enrojecidos labios vaginales. Me arrodillé entre sus piernas y subí con la lengua por el interior de los muslos hasta llegar a la ardiente raja. Cuando pase la lengua entre ella su cuerpo volvió a temblar levemente. En ese momento paró de contar la historia.
- Diosss Sancho… como me tienes de perra! – balbuceó con la respiración acelerada.
Busqué entre la vulva hasta encontrar el endurecido clítoris, y con varios lengüetazos su cuerpo convulsionó y una tremenda corrida empapó mi boca.
- Te folló bien el padre? – la pregunté mientras jadeaba entre temblores.
- Ahhh, diosss! Si que me dio bien.
- Y que hacían mientras Jorge y Samuel?
- Ahhh! Jorge le reventó el culo a Samuel como un bestia. Ahhh, creo que eso le gustó más que follarme a mi.
Repté por el cuerpo de Lore y después de chuparle los pezones hasta ponérselos al rojo, la besé suavemente en los labios mientras le introducía la polla. Sentí mi verga más endurecida que nunca, y disfrute notando como penetraba en su comprimida vagina.
- Ahhhhg, que me haces! Me estás volviendo loca! – exclamó clavándome las uñas en la espalda.
Estaba consiguiendo lo que quería, hacerla disfrutar al máximo con un solo polvo, y tras varios empujones volvió a correrse. Se abrazaba a mí como una lapa sin parar de temblar, y volvimos a besarlos lascivamente. Las lengua se enroscaron dentro de nuestras bocas y nos devoramos los labios mutuamente.
Seguí con esa penetración lenta, pero constante, y cuando estaba a punto de correrse de nuevo la saqué para metérsela en el culo. Se abrió al instante, y supuse que habrían jugado dentro de él en casa de Samuel.
Retiré la boca para separarme y ver su cara. Estaba medio desencajada, con ojos brillantes y pupilas temblorosas.
- Te gusta esto?
- Me gusta dodo lo que me haces… Samuel! – exclamó con su mirada clavada en mis ojos.
La penetré el culo varias veces sintiendo el calor de su recto y volví al coño. Esta vez fue ella la que comenzó a moverse como una serpiente haciendo que mi polla entrará y saliera de entre su caliente raja.
- Ahhh, me gusta tu rabo Sancho! Ahhh, Me gusta tu boca Sancho! Ahhhhg, me gustas… tu… Sancho!
Jadeó contra mi boca con mirada penetrante mientras se corría de nuevo. Esta vez los espasmos fueron tremendos y noté como todo su cuerpo se retorcía entre temblores. Decidí parar hasta que se serenara echándome hacia un lado, era aún más preciosa en ese estado.
Cuando su cuerpo dejó de temblar se incorporó para besarme de nuevo. Fue el beso más largo, lascivo e incestuoso que me había dado hasta ahora.
- Nadie folla como tú, Sancho! – exclamó con lentitud mirándome a los ojos.
Hizo que me tumbase boca arriba y comenzó a lamer mi pecho hasta bajar a las ingles y llegar a la parte baja de los huevos. Sujetando la verga con una mano, me dio unas lamidas tremendas bajo los huevos para después meterse uno por uno en la boca haciendo que mi cuerpo se tensará como las cuerdas de un piano.
Repto con la lengua por el endurecido tronco hasta alcanzar el capullo amoratado. Su carnosa y ávida lengua rodeó la base provocándome más tensión en todos los músculos de mi cuerpo. Era el momento de alabarla y eso hice.
- Eres una puta diosa chupando!
- Es lo que más le gusta a papá! – exclamó orgullosa.
Abrió su hermosa boca de labios voluptuosos, y engulló el capullo con una maestría absoluta. Lo succionó con suavidad, y avanzó por el venoso tronco lentamente. Cerré los ojos y me perdí en ese maravilloso mundo de sensaciones.
- Ahhh, Lore… Lore… - exclamé inundado de una sensación maravillosa.
Se tragó la verga entera y sentí como su laringe presionaba mi capullo. Me agarró las manos y las puso sobre su cabeza incitándome a que le follase la boca. Levanté la cabeza para mirarla y vi sus ojos elevados mirando los míos. Comencé a mover la pelvis y la sensación de placer fue aún mayor al sentir como mi polla se deslizaba por su garganta. Penetré una y otra vez en ella sin dejar de mirarnos. Mi respiración se aceleró y comencé a jadear al sentir como el semen corría por la verga hasta saltar en lo más profundo de su garganta. Un chorro, otro y otro… parecía que aquello nunca iba a parar y todo mi cuerpo tembló como un flan.
Cuando salió la última gota se sacó la verga dejando tan solo el capullo dentro, y comenzó a chupar con suavidad hasta dejarlo totalmente seco y brillante. Y así lo vi al salir de la boca, rojo y brillante como un sol al atardecer.
Se deslizó sobre mi cuerpo hasta llegar a mi boca y me besó con una suavidad que no conocía en ella.
- Nadie sabe follarme como tú, Sancho. – susurró contra mis labios para después acurrucarse a mi lado.
Sonreí por dentro acariciando su cabeza al pensar que había conseguido lo que pretendía.
Nos quedamos dormidos y al despertar al día siguiente ella ya no estaba. Me levanté para ir a la cocina y la vi esplendorosa en camiseta y braguitas. Su sonrisa era deliciosa, como un regalo para un despertar después de una noche maravillosa. Me besó tiernamente, casi como lo hacía mi madre, pero con un apretado abrazo para hacerme sentir sus tremendas tetas.
- Fue delicioso como me follaste anoche.
- Espero que te hayas dado cuenta que es mejor un buen polvo que muchos descontrolados.
- La verdad es que si, pero hasta ahora solo tú sabes follarme así.
- Y eso que significa?
- Que me encanta como me follas, pero no creo que estés dispuesto a hacerlo todos los días.
- Bueno, es que todos los días… quizás sea excesivo.
- Todos los días… dos veces. – rió con una picardía absoluta.
- Dos veces? Estás loca?
Se abrazó a mi cuello y me besó con euforia. Sus labios lascivos, sus hermosas tetas y su estupendo cuerpo provocaron que se activarán cada uno de los sensores sexuales del mío.
- Creo que estoy enamorada de ti, pero no quiero que esto vaya a más. Seguiremos follando porque te deseo más que a nadie, pero necesito encontrar a alguien que no sea… mi hermano.
- Lo entiendo, pero eso no lo encontrarás en casa de Samuel.
- Lo sé, y no pienso volver. Parece que les gusta más reventarle el culo a Samuel que a mí. He quedado con Rafa, y como te dije, tengo un par de amigos más en perspectiva. Ah, también tengo que decirte que me encanta ver la cara de papá cuando le hago una buena mamada, y pienso seguir teniendo el así de contento.
No me dejó preguntarle más. Se vistió con uno de los nuevos modelitos que se había comprado y se despidió con un lascivo beso y un lujurioso restriego de pelvis.
Le puse un mensaje a mi madre para hablar de lo que había pasado con Lore y quedamos en otro de los pisos que estaba enseñando. Me esperaba arriba, y cuando subí ya tenía preparados un par de gin-tonics.
- Mamá, ya con esto a estas horas? – la pregunté sorprendido por ser tan solo las doce de la mañana.
- Me viene muy bien para mostrar los pisos con más entusiasmo.
El piso estaba amueblado, y pertenecía a una urbanización en la que había un gran jardín con piscina en el centro. Era un cuarto, el último, y nos salimos a la terraza con vistas a la piscina para hablar del tema.
- Eso me parecía, que tú hermana se había enamorado de ti . – me dijo al contárselo – Pero también es lo suficientemente inteligente para saber qué eso no la llevará a ninguna parte, y por eso seguirá buscando hasta encontrar a alguien que la seduzca… como tú.
- Pero es que no renuncia a nada. Por lo que me ha dicho parece que seguirá montándoselo con papá. – contesté algo indignado.
Ese día mi madre se había puesto una falda estampada con algo de vuelo y una camisa a juego. Estábamos apoyados sobre la barandilla y paso su brazo por mi cintura a la vez que recostaba la cabeza sobre mi hombro.
- Y tú , estás enamorado de ella? – me preguntó de improviso.
- No…, creo que no. Aunque la verdad es que sigo deseando follármela. – contesté pasando mi brazo por su cuello para acariciarle la mejilla.
- Supongo que te gusta su estupendo cuerpo juvenil, su euforia, y ese deseo descontrolado que proyectan sus ojos.
Me di cuenta de lo que me estaba transmitiendo mi madre y reaccioné con rapidez.
- También me gusta tu ternura, tu placidez y tú delicioso cuerpo. – contesté besándola suavemente en los labios.
Ella me besó después, mostrándome su deseo. Sus labios arroparon los míos, su lengua lleno mi boca de lujuria, y sus manos exaltaron todo mi cuerpo.
Nos escondimos de las posibles miradas curiosas que podrían llegar hasta la terraza y acabamos en el suelo del salón. Cuando metí la mano bajo la falda noté que las bragas estaban mojadas. No pude evitar pensar que podía haber estado follando con algún cliente ante de que yo llegara , pero no me atreví a preguntárselo. Tan solo la bajé las bragas y me la folle como un puto perro salido metiéndole la verga hasta las entrañas.
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Fue una época realmente deliciosa. Seguí follando con mi hermana muchas noches mientras ella me contaba sus aventuras con chicos nuevos, y durante el día mi madre me llamaba o la llamaba yo para quedar en alguno de los pisos que vendía y follar como a ella le gustaba, sobre el suelo donde no se hundía su culo, contra la pared para sentirse aplastada, o a cuatro patas mientras me oía soltarle le todo tipo de barbaridades.
Mi hermana también continuó dándole satisfacciones a mi padre. Los días que no iba a comer mi madre se metía con el en la habitación y le hacía unas mamadas tremendas mientras el soltaba todo tipo de improperios.
Como digo fueron tres meses maravillosos hasta que empezó la universidad.
Fin ------------------
Quiero dar las gracias a todos los lectores, pero sobre todo a los que han ido valorando cada capitulo.
Las valoraciones y los comentarios es el único aliciente que tenemos los y las que escribimos en esta página.
Se que es imposible que le guste a todo el mundo, pero es bueno conocer todos los comentarios.
Muchas gracias de nuevo, y hasta la siguiente historia.
Un saludo.