Entramos y accedimos a un estudio de fotografía normal y corriente, es decir, con su típico banco donde te sientas para que te hagan las fotos del carné de identidad o del coche con un gran fondo blanco detrás y un par de focos grandes justo enfrente.
En este sentido, he de reconocer que me decepcionó un poco ya que esperaba otra cosa de una fotógrafa tan alternativa como era Sofía, pero supongo que las obligaciones del día a día eran las que le permitían ganarse el sueldo y no podía dedicarse únicamente a hacer fotografías alternativas.
- Bueno Elena, siéntate ahí en la banqueta y prepárate
- ¿Cómo que me prepare?
- Jajaja tú siéntate ahí y ahora vamos viendo, tengo que preparar la otra cámara
- Está bien, no me fío mucho de ti Sofía
- Pues tendrás que hacerlo
Elena se sentó en la banqueta y Sofía mientras tanto montó un trípode con otra cámara que colocó a la izquierda de Elena en una especie de transversal que cubría toda la parte izquierda de Elena y su frontal. En cuestión de 3 minutos lo tenía todo preparado y listo para empezar a disparar sobre aquel cuerpo y cara tan perfectos.
- Bien, todo listo, ¿estás preparada?
- No, creo que no
- Jaja mejor, así saldrán las fotos más naturales
- Miedo me das
- Bueno, tú tranquila, vamos a empezar con unas poses sugerentes, ¿qué te parece?
- ¿Qué quieres decir?
- Quiero decir que levantes los brazos y te levantes el pelo mientras te muerdes un poco el labio, ¿sabrás hacerlo?
- Madre mía Sofía, no sé yo
- Es sencillo, ¿verdad Juan?, ¿a que tú estás deseando ver cómo Elena posa para mí con una pose así?
Yo me había quedado sentado en una silla que había al lado de la puerta por donde habíamos entrado, pero no había abierto la boca en todo el rato que llevábamos allí y ahora tenía o que darle la razón a Sofía o ponerme del lado de Elena, aunque tenía claro el bando.
- La verdad es que estoy deseando que Elena haga estas fotos para ti Sofía
- Lo sabía Juan, lo sabía, eres un salido y nada más estás deseando que me desnude, me vas a oír luego
- Bueno, bueno, relájate y no le culpes, es normal que quiera verte desnuda, tienes un cuerpazo amiga
- Sí, pero no soy un coño y dos tetas, soy una mujer joder
Aquella réplica feminista de Elena no había sonado muy convincente por dos razones, por su voz un poco afectada por el alcohol del vino que se había bebido y por la cara de niña traviesa que había puesto mientras lo decía
- Anda amiga, eso no te lo crees ni tú, venga, levanta los dos brazos y levántate el pelo mientras miras de manera sexy a la cámara
Y entonces sí, Elena se río e hizo aquel gesto tan sexy que le había pedido Sofía, pero no sería el único, ni mucho menos, durante los siguientes 20 o 25 minutos Elena se fue soltando y fue adoptando poses cada vez más sugerentes hasta que llegó la siguiente propuesta de Sofía.
- Bueno, ¿has visto cómo no era para tanto?
- Sí, la verdad es que me he ido relajando y ahora me lo estoy pasando bien
- Eso está genial Elena, de hecho, te iba a pedir otra cosa Elena
- No Sofía, no me voy a desnudar para ti
- ¿Por qué no?, eres una tía guapísima y con un buen físico
- Sofía, no, una cosa son estas fotos sugerentes y otra bien distinta salir desnuda
- Está bien, mira, vamos a hacer una cosa, ¿estarías dispuesta a hacerte algunas fotos de espalda sin el top puesto?, no se te vería nada y también sería muy sugerente
- ¿No te das por vencida verdad?
- Nunca, ya lo sabes, de hecho, podríamos pedirle a Juan que participara
- ¿A mí?
- Sí, a ti, levántate y siéntate al lado de Elena en la banqueta
- ¿Y yo que hago Sofía?
- Tú quítate el top y ponte de rodillas delante de tu novio
- ¿Disculpa?
- Venga Elena, no seas aburrida, hazlo
Y en ese momento, yo no sabía si Elena iba a aceptar aquella propuesta o no, pero me dejó de piedra porque nos miró a los dos y se llevó las manos a su espalda y a su cuello y se desató el top quedándose en “topless”.
Yo no podía creerlo, pero así era, Elena estaba desnuda de cintura para arriba y únicamente con aquella minifalda vaquera que le cubría lo mínimo, lo cual hizo que se me empezara a poner un poco dura, cosa que notó Elena rápidamente.
- ¿Qué, no dices nada?, ¿pensabas que tu novia era más gallina no?, pues lo llevas claro, venga, siéntate ahí, vamos a demostrarle a Sofía quiénes somos
- Jajaja, así me gusta Elena, te voy a sacar unas fotos que te van a encantar, ponte de rodillas delante de Juan y mira hacia atrás a la cámara
Tras aquella petición, yo me senté en la banqueta como un pasmarote y Elena vino hacia mí y se arrodilló para posteriormente mirar hacia atrás donde estaba Sofía. La situación era tremendamente erótica y mi erección lo confirmaba, aunque creo que cualquier otro en mi situación le hubiera pasado lo mismo.
De hecho, tras lanzar algunas fotos en esa pose, Sofía volvió a sugerir algo distinto:
- Han quedado perfectas Elena, tienes madera de modelo, ahora quiero que te sientes detrás de Juan y mires a la cámara por encima de su hombro, aunque para hacer eso creo que te vas a tener que quitar la falda para poder abrir las piernas y pasar cada una por cada uno de los lados de Juan
- Sofía, eres una zorra, ¿lo sabías, ¿verdad?
- Jajaja vamos a ver guapa, tú a mí no me la pegas, te está gustando la sesión por mucho que protestes y vayas de feminista, pero en el fondo estás deseando desnudarte así que yo lo único que hago es pedírtelo.
- ¿Has visto lo que me dice Juan?, ¿tú quieres que yo me quite la falda y me quede solo con el tanga y los tacones puestos?
Aquella pregunta me pilló un poco por sorpresa, pero tenía que aprovechar, tenía una erección de campeonato porque estaba tremendamente caliente y quería que Elena se hiciera aquellas fotos así que lancé una contraoferta.
- Pues la verdad Elena es que quiero que te lo quites todo y te quedes desnuda para que puedas hacerte bien las fotos
La cara de sorpresa de Elena no se hizo esperar, creo que aquello no se lo esperaba, pero le salió una sonrisa de niña mala tremenda así que lentamente se fue bajando la cremallera de la falda y se la quitó. Se quedó únicamente con un tanga negro por completo precioso que se le metía bien por aquel perfecto culo que tenía, pero no dudó y también se lo quitó de forma lenta para deleitarnos a Sofía y a mí con su tremenda figura.
- ¿Contentos?, vamos a hacer esas fotos
- Jajaja así me gusta Elena
Los siguientes minutos fueron de un auténtico morbo, primero Elena se sentó detrás de mí para mirar por encima de mi hombro, pero a continuación, se sentó delante de mí entre mis piernas y yo con mis brazos tapé sus tetas y coño. Desde luego, las poses eran cada vez más sugerentes y así siguieron hasta que Sofía le pidió a Elena que se tumbara boca abajo sobre la banqueta y mirara a su cámara para hacerle las últimas fotos.
A esas alturas os podéis imaginar cómo estaba mi polla, iba a reventar los pantalones, pensaba que nunca podría ver a Elena así de sugerente y desnuda, pero me equivocaba por completo.
- Bueno, pues creo que tengo suficiente material, eres una mina Elena, esta sesión hay que repetirla, ¿verdad Juan?
- Puff sí, Sofía, le has hecho unas fotos espectaculares a Elena, estoy deseando verlas
- Jajaja cuando las tenga preparadas os la pasaré, pero creo que corre más prisa que bajes ese pedazo de erección que tienes
Aquello lo había dicho dirigiendo su dedo hacia mi entrepierna, la erección era evidente y no había manera de disimularla, aunque Elena vino en mi rescate de la forma que menos hubiera pensado.
- ¿Has visto lo grande y gorda que la tiene Juan, Sofía?
- Jaja la verdad es que tiene una buena polla, te tiene que follar bien con ella
- No lo dudes, de hecho, te voy a pedir un favor Sofía
- Tú dirás
- Quiero que nos dejes tu cama ahora mismo para follar, considéralo una forma de igualar el hecho de que me hayas convencido para hacer la sesión de fotos
- Jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja
- Quién te ha visto y quién te ve Elena, ¿tan caliente estás que no puedes esperar a llegar a casa?
- Pues verás Sofía, podría esperar para llegar a casa, pero me da morbo hacerlo aquí con Juan así que dime, ¿nos dejas tu cama?
- Jajaja, tú ganas, os la dejo, de hecho, voy a aprovechar y voy a ir seleccionando fotos mientras vosotros os lo pasáis
“bien”
- Jajaja gracias
Yo estaba sentado en la silla que he comentado antes y no podía salir de mi asombro con aquella conversación que acababa de tener lugar en aquel estudio, aunque fue algo de lo que me alegré tremendamente por lo que vendría después.
Elena vino hacia a mí riéndose y completamente desnuda como estaba, me cogió de la mano y fuimos hacia la puerta que daba acceso a la “casa” de Sofía cerrándola detrás de nosotros. Cierre que prácticamente no pude hacer porque Elena se abalanzó sobre mí y me empezó a comer la boca con una pasión desmedida mientras intentaba con la otra desabrocharme los pantalones.
- Elena…
- Juan, cállate y no digas nada, sólo fóllame lo más fuerte que puedas y que me hayas follado en tu vida
Joder, aquello era demasiado, creo que nunca había estado tan caliente como aquel día ya que Elena estaba completamente desatada y quería aprovecharlo, aunque fue Elena la que tomó las riendas de aquel polvo. Fuimos hasta la cama de Sofía donde Elena me empujó y yo caí de espaldas para acto seguido, apoderarse Elena de mi bragueta y en cuestión de segundos tener los pantalones y los calzoncillos por los tobillos.
Elena no perdió el tiempo y se agachó de rodillas para devorarme literalmente la polla, acción que yo no pude más que disfrutar echándome por completo y dejar que Elena hiciera su trabajo, aunque aquel placer se vio interrumpido por la puerta del estudio que se abrió de repente. Era Sofía y venía con la cámara en mano y riéndose, aunque yo no entendía nada y me dirigí a ella:
- Sofía, ¿se puede saber qué haces?
- Jajaja tranquilo Juan, solo vengo a pasármelo bien y a mirar, ¿me dejáis?
- Joder Sofía, pensaba que nos habías dejado tu cama para que pudiéramos calmarnos un poco y tener intimidad
- Y he hecho ambas cosas así que creo que me he ganado el quedarme y ver cómo te follas a ese pibón que tienes encima
- Oyeee, que estoy aquí cabrones, no habléis de mí como si no estuviera
- Tú cállate y fóllate a Juan, que lo tienes desesperado al pobre
En ese momento, Elena me miró y asintió con la mirada dándome a entender que le gustaba tener a Sofía haciendo de voyeur. Acto seguido, volvió a cogerme la polla y empezó a lamérmela desde la base hasta el capullo dándome un placer absoluto que yo solo pude volver a traducir en echarme sobre la cama mirando el techo y disfrutar del momento.
Así seguimos un buen rato hasta que Elena se cansó de chupármela y decidió que era el momento de follarme, pero no sin antes dirigirse a Sofía con un tono chulesco:
- Mira guapa, vas a ver lo que es follar, tú sigue tocándote si quieres, pero la que va a disfrutar de esta polla soy yo
No me había dado cuenta mientras estaba mirando al techo y Elena me la chupaba, pero Sofía se había desabrochado los pantalones y se estaba frotando el clítoris con su mano derecha mientras que con la izquierda se tocaba las tetas por encima de la camisa.
Yo estaba alucinando literalmente, como he dicho otras veces, Elena era una loba en la intimidad, pero nunca la había comportarse de aquella manera delante de nadie y no sabía de donde salía aquella chulería, pero me gustaba así que, según se empaló en mi polla, no perdí el tiempo y empecé a follarme a Elena con furia o más bien empezó ella porque el vaivén que comenzamos los dos era simplemente espectacular.
Seguimos así un rato más y no voy a mentir, me estaba dando un montón de morbo mientras Sofía nos miraba follar. Lo mismo le pasaba a Elena, no había dejado de mirar a Sofía mientras me cabalgaba y se la veía muy caliente porque lo siguiente que me pidió me dejó de piedra.
- ¡Juan!, fóllame a cuatro patas delante de esta zorra mirona, que vea cómo se folla de verdad a una mujer
- Elena...
- ¿Qué?, ni se te ocurra decirme que no, tú sólo fóllame cabrón
No sé qué le pasaba, pero estaba fuera de sí así que no le pude decir que no, hice que se levantara de mi polla y se pusiera a cuatro patas delante de Sofía. No tuve ningún miramiento en meterle la polla directamente y empezar un mete saca brutal mientras ella agachaba la cabeza y se agarraba con fuerza a las sábanas sin emitir más sonidos que sus gemidos de placer.
Mientras tanto, Sofía seguía frotándose su coño, pero ahora con mayor intensidad y emitiendo sus propios gemidos mientras ponía una cara de salida brutal, aquello era como estar en el paraíso, pero en la Tierra, aunque pronto iba a terminar porque me estaban entrando unas ganas terribles de correrme y así se lo hice saber a Elena.
- ¡Elena!, me voy a correrrrr
- Espera un momento Juan por favor
Me salí de ella y me puse de pie sobre la cama, acción que Elena entendió perfectamente porque se puso de rodillas delante de mí y esperó que me corriera sobre su cara, cosa que no tardé mucho en hacer y que provocó que le cayera semen sobre el párpado izquierdo, sobre su frente, pelo, boca, así como el pómulo derecho. La verdad es que la había dejado duchada por completo, aunque a Elena aquello le ponía mucho y yo lo sabía porque no tardó en untarse los dedos y jugar un poco con el semen, pero no era lo último de aquel polvo.
Y no lo era porque Sofía, a la que no le estábamos prestando atención, estaba teniendo un orgasmo en aquel preciso momento fruto de aquel frotamiento que había tenido lugar durante nuestro polvo. De hecho, en cuanto terminó su orgasmo hizo algo que a mi me dejó de piedra, se bajó los pantalones, se quitó la camisa y se quedó con un conjunto de lencería negro bastante normal para, acto seguido, llegar hasta el borde de la cama y dirigirse a mí:
- Bueno Juan, ahora me toca a mí, Elena solo ha tenido un orgasmo y tiene que disfrutar más así que sino te importa le voy a comer bien comido ese coño tan espectacular que tiene
Tanto Elena como yo nos quedamos de piedra, no esperábamos aquello, pero estaba sucediendo y no supimos reaccionar porque yo lo único que hice fue bajarme de la cama y quedarme a mirar como un pasmarote mientras que Elena, que se había quedado sentada en la cama, no pudo evitar abrir las piernas y enseñarle aquel coño tan jugoso y tan bien follado que tenía. De hecho, Sofía, con una sonrisa en la boca, le abrió un poco más las piernas a Elena con sus dos manos y se inclinó sobre su coño para empezar a lamerlo.
La reacción de Elena no se hizo esperar, se colocó un poco mejor, se puso un cojín en la espalda y echó la cabeza hacia atrás quedando a merced de las atenciones de Sofía mientras esta destrozaba su coño.
La imagen era simplemente brutal con Sofía tumbada en la cama y su cara a la altura del coño de Elena mientras esta simplemente disfrutaba de todo lo que le hacía la primera. Era un imagen de morbo y placer, no se podía describir de otra manera, por lo que yo aproveché para sentarme en una de las sillas de la mesa que tenía Sofía en aquel “apartamento” y comencé a masturbarme lentamente porque, a pesar de que ya me había corrido, la imagen de aquellas dos mujeres disfrutando estaba haciendo que mi polla volviera a cobrar vida.
Y cobraba vida porque Sofía estaba haciendo disfrutar a Elena sin darle un momento de respiro, le comía el coño con saña, pero a la vez le metía dos dedos y hacía que el coño de Elena literalmente chorreara fluidos. De hecho, Elena seguía tumbada con la cabeza hacia atrás mientras disfrutaba de las atenciones de Sofía, pero en un momento dado me miró y se empezó a reír para después dirigirse a mí.
- ¿Qué te parece Juan?, ¿te gusta lo que ves?, al final parece que cumplimos la fantasía
- Joder Elena, no pensaba que fueras a dejarte comer el coño por Sofía y menos que lo disfrutaras como lo estás disfrutando…
- Mmmmm joder Juan, lo come muy bien, no sé si mejor que tú, pero lo hace muy bien y veo que a ti te gusta cómo lo hace porque tu polla está volviendo a pedir guerra
Era cierto, joder que si era cierto, mi polla se había vuelto a poner dura con aquella imagen y más que se pondría desde el momento en que Sofía, ajena a todo lo que habíamos hablado Elena y yo, dejó de comerle el coño a Elena para levantarse y acabar de desnudarse enseñándonos aquel cuerpo tan bonito que tenía. Como ya he comentado en anteriores relatos, Sofía estaba delgada y no tenía mucho pecho, pero no tenía ni un gramo de graso y era esbelta, hecho que me ponía bastante junto con aquella actitud tan liberal y ella lo sabía.
Tan bien lo sabía que se dirigió a mi tras desnudarse y echarle una mirada muy morbosa a Elena:
- Mira Juanito, voy a acabar de arrancarle un orgasmo a esta preciosidad que tienes por novia y después, si ella me deja, quiero comerte bien la polla y que te corras en mi boca
- Sofía…yo…
- Tú nada, solo mira y disfruta
Y eso hice, seguí con mi paja mientras Sofía se ponía encima de Elena haciendo un 69 de manera que su coño quedaba a la altura de la boca de Elena mientras que ella podía disfrutar del coño de Elena. Coño que empezó a ser frotado y lamido con una intensidad que yo nunca antes había visto, acción que provocó que Elena no tardara en llegar a su ansiado orgasmo.
- ¡Sofía!, ¡Sofía!, me corroooooo, no paress por favooorrrr
Tras decir aquello, Sofía aumentó el ritmo del frotamiento haciendo que Elena estallara en un orgasmo tan brutal que, al acabar, quedó tendida sobre la cama con la respiración agitada durante buen rato.
- Jajaja, ¿qué te ha parecido Juan?, creo que acabo de destrozar a tu querida novia Elena
- Sofía…nunca había visto a Elena así...creo que sí que la has destrozado
- Jajaja y no he acabado con ella, ni mucho menos, aunque ahora lo que me apetece es probar esa buena polla que tienes en tu mano, ¿tú qué dices Elena, me dejas que se la coma a Juan?
Sofía estaba en su salsa, se sentía por encima de cualquiera en aquel momento y estaba haciendo con nosotros lo que le daba la gana. Por si fuera poco, ahora quería comerme la polla y le estaba pidiendo permiso a Elena para hacerlo, pero Elena no estaba en ese momento para responder a algo así, aunque sí que le dio una respuesta a Sofía.
- Sofía…me ha encantado lo que acabas de hacerme, pensaba que nunca podría dejar que otra mujer me comiera el coño, pero chupársela a Juan, creo que es demasiado para mí, hoy he traspasado límites que pensé que nunca traspasaría…
- Y aun así lo has hecho, ¿verdad?
- Sí, pero una cosa es esto y otra..
- Y otra que yo le coma la polla a Juan, pero, ¿sabes qué?, que creo que lo que no quieres es ver cómo se la como aunque creo que te daría morbo pero piensa que él sí ha visto cómo te comía yo el coño, estás siendo egoísta Elena
- Jajaja, serás zorra Sofía, pues mira sí, me daría envidia y mucho respeto ver cómo se la chuparías a Juan
- ¿Ah, sí?, pues entonces te tendrás que joder porque se la voy a comer bien comida
- ¡Ni se te ocurra Sofía!
- Mira, vamos a hacer una cosa, vamos a dejar que sea Juan el que decida si se la chupo o no, ¿Juan, quieres que te la chupe?
Yo no sabía dónde meterme, miré a Elena y no supe descifrar la cara que tenía, diría que era una mezcla entre enfado, celos y morbo, también creo que le pasaba como a mí, habíamos ido a casa de Sofía a cenar y a hacer unas fotos y aquello había desembocado en la situación que estábamos viviendo en ese preciso instante. Era una línea que habíamos fantaseado con traspasar, pero la realidad nos había llegado de repente y creo que no sabíamos cómo actuar, aunque si os digo la verdad, yo estaba deseando que Sofía se apoderara de mi polla.
- Chicas, no me pongáis en ese compromiso por favor, yo lo he pasado muy bien hasta ahora y no quiero estropearlo
- No vas a estropearlo Juan, te he hecho una pregunta muy sencilla y quiero que me respondas
Yo no quería responderle directamente así que tomé la vía fácil, lo dejé en manos de Elena.
- Elena, estoy muy caliente, ahora mismo dejaría que Sofía me la chupara, soy sincero, pero si te digo la verdad me gustaría que fuerais las dos las que me la chuparais, nunca he podido disfrutar de dos mujeres a la vez comiéndomela.
- O sea que sí, quieres que te la chupe, pero no contento con eso, quieres que yo la ayude, ¿no?
Aquella respuesta sonaba a reproche, pero estaba equivocado porque Elena me sorprendió después de mi respuesta
- Eso es Elena, hazlo por mí por favor
- Juanito, Juanito, está bien, voy a dejar que Sofía te la chupe, pero tú y yo vamos a tener una conversación en casa
- Jajaja, bueno bueno chicos, no os pongáis así, solo lo estamos pasando bien así que no te cabrees Elena y vente aquí conmigo a disfrutar de la polla de Juan
Y eso hicieron, Sofía se acercó gateando y riéndose hasta donde yo estaba y utilizando solo su boca y sus labios mientras me miraba, se metió mi capullo y un poco más en su boca. Aquello fue demasiado, estaba en el paraíso literalmente así que me dejé hacer y eché la cabeza hacia atrás mientras cerraba los ojos, no todos los días tienes a otra mujer chupándotela así de bien.
Pensaba que aquello no podía ir a mejor, Sofía me la estaba chupando con ganas, pero Elena no se iba a quedar atrás así que se levantó de la cama y vino hasta donde estaba sentado para, acto seguido, comerme la boca con ansia.
- ¿Te gusta lo que te está haciendo esta zorra Juan?
- Puff Elena, esto es demasiado…aaaahhhgggg
Evidentemente Sofía estaba escuchando aquello y había aprovechado para morderme la polla de manera no muy fuerte pero lo suficiente para hacerme un poco de daño.
- Desde luego está hecha toda una experta mamadora, ¿te gustaría que la ayudara a chupártela?
- Ahhhggghghghg, Elena….
- Jajajaja lo entenderé como un sí
Elena se arrodilló al lado de Sofía y me miró a los ojos igual que lo estaba haciendo Sofía mientras esperaba su turno. Turno que Sofía le cedió al poco tiempo tras sacarse mi polla de la boca y dejarla a merced de la boca de Elena que no tardó ni medio segundo en meterse más de media polla en la boca.
Así estuvieron durante un rato, Elena se la sacaba de la boca, se la cedía a Sofía y viceversa así que decir que estaba a gusto sería quedarse corto, me había tocado la puta lotería, aunque pasado un tiempo me volvieron a sorprender aquellas dos bellezas.
- Elena, tengo unas ganas de follarme a Juan terribles, deja por favor que mi coño pruebe su polla
- Ni de coña Sofía, por ahí sí que no voy a pasar, su polla es mía y solo mía
- Eres una zorra Elena, ¿lo sabías verdad?
- Jajaja no soy una zorra guapa, soy su novia y él me pertenece, pero sí voy a dejar que Juan haga una cosa, voy a dejar que se corra en tu boca y tú te lo vas a tragar
- Jajaja será un placer
Aquello sí que fue demasiado, no tardaron ni 30 segundos de entrarme las ganas que tenía de correrme y Sofía se dio cuenta así que se metió casi toda mi polla en la boca y yo empecé a correrme en lo profundo de su garganta.
Estaba que no me lo creía, me estaba corriendo en la garganta de Sofía mientras Elena sonreía y se tocaba el clítoris mientras estaba de rodillas al lado de mí y me miraba. Y así siguió hasta que yo acabé de expulsar la última gota en la boca de Sofía, que se relamió cuando acabé de descargar todo lo que llevaba dentro.
- Joder chicos, sois increíbles, pensaba que nunca podría convenceros para hacer algo así pero ya veo que tenéis almas de swingers, aunque a Elena todavía le cueste admitirlo
- Jajaja a ver guapa, una cosa es que deje que Juan se corra en tu boca y otra distinta es que vayamos a follar con otras personas
- Si tú lo dices…ya me contarás dentro de poco vuestras aventuras sexuales en pareja, pero si me dejáis daros un consejo, tenéis que probar lo del club de intercambio, os va a gustar
- Sofía, no insistas por favor, lo de hoy ha sido un error que no podemos volver a cometer, se nos ha ido de las manos y eso no puede pasar otra vez
- Está bien Elena, pero vais a acabar yendo y no vais a poder evitarlo, ya lo veréis
- Lo que tú digas Sofía…Juan, vamos a vestirnos y vámonos anda, que se nos ha hecho tarde
Tras aquel comentario cogimos toda nuestra ropa y nos vestimos para acto seguido, despedirnos de Sofía e irnos de su casa
Continuará