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ANA
Mientras preparábamos el almuerzo, vi a Mónica mucho más animada, la pena no se iba a ir en mucho tiempo pero tener el objetivo de aclarar lo ocurrido, hacía que se distrajera aunque sabía que eso no significaba que se habían acabado los llantos, seguro que volverían cuando estuviera sola y se pusiera a pensar de nuevo en Felipe y que ya no estaba.
Adolfo llegó puntual. Era todo lo contrario a Patricia, introvertido, no miraba fijamente, inseguro… pero a Adolfo se le notaba totalmente desanimado y triste. Dijimos de comer y luego hablar del asunto. La comida fue bien aunque observé que Moni solo picaba dos cosas, aún seguía sin apetito. Poco a poco, Adolfo se fue soltando con nosotros. Se notaba que era un tío listo pero tímido.
Cuando terminamos de comer, nos preparamos un café y fui a empezar con las preguntas pero Adolfo dijo:
AD: Moni, yo…
M: Dime
AD: Yo… la gente…
G: Venga, dispara hombre
AD: Es que la gente está diciendo cosas horribles de ti, pero yo no las comparto
M: ¿Qué dicen?
AD: mmmm ¿No lo sabes?
M: No, pocos me han cogido el teléfono, pero sospecho que será
AD: Yo…
A: La acusan de ligarse al jefe para ascender o algo así ¿no?
AD: mmmm eso y… mmmm
M: Dime
AD: Yo no lo pienso
M: Ya, ya, venga, dime
AD: Dicen… dicen que tú eres la causante de todo
M: ¿Qué?
AD: Que lo usaste y… pues… mmmm lo dejaste y él…
M: ¿Cómo? pero ¿Quién dice eso?
AD: No sé… es lo que se escucha…
M: Joder, yo no lo dejé, si me pasé ese fin de semana deseando que me escribiera, que hijos de putas, como se inventan… JODER
A: Tranquila, Moni
AD: Lo siento, Moni, yo… solo quería contarte…
M: Ya, ya… me enfado con esa gente, no contigo… pero dime, sé sincero ¿Crees que soy una zorra por acostarme con el jefe?
AD: Yo no…
M: Adolfo, sé sincero, cuando la semana pasada te enteraste ¿Lo pensaste?
AD: Yo… no me enteré la semana pasada
M: ¿Qué?
AD: Ya lo sabía
M: ¿Te lo contó Felipe?
AD: No, fue… ¿Te acuerdas hace 5 semanas cuando estuvimos trabajando hasta tarde por el cliente de Polonia?
M: Sí
AD: Me fui antes que vosotros, estaba cansado y…
M: Ya, lo recuerdo
AD: Pero me arrepentí y volví
M: Ah
AD: Os escuché…
ADOLFO
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5 semanas atrás
Aparqué de nuevo el coche y salí. Me había dado la vuelta a medio camino. Me sentía culpable por dejar a Mónica trabajando hasta tarde y yo irme. Además, siempre podría ganar algún punto con ella sí me quedaba “eres gilipollas, una chica así jamás querrá algo así, por mucho que te quedes a ayudar” pensé, pero no podía evitarlo, me sentía culpable.
Subí y entré en la oficina. Iba andando y me fije que Mónica no estaba en su sitio. Pensé que habría ido a comer algo. Seguí andando y me dirigí al despacho de Felipe. Entonces, escuché la inconfundible risa de Mónica y supuse que estaría con Felipe. Seguí andando y entonces, escuché algo más que hizo que me parara en seco. Fue un gemido masculino, seguido de un sonido húmedo que solo podía ser una cosa. Me acerqué, la zona donde estaba el despacho de Felipe estaba a oscuras. Me paré al ver la puerta abierta. Felipe estaba sentado pero girado hacia un lado, y miraba abajo. Di unos pasos más y vi unos zapatos de tacón sobresaliendo por el lado de la mesa hacia el que estaba girado Felipe. Los zapatos eran de Mónica. Estaba haciéndole una mamada a Felipe. Me quedé impactado, no me lo esperaba para nada.
Ahora, el sonido de la mamada me llegaba claramente, con Felipe gimiendo y jadeando. Estaba a 3 metros de la puerta, a oscuras, era imposible que me vieran si no me movía. Me quedé quieto como una estatua. Al poco, Felipe dijo:
Moni, para, para, que me voy a correr
Entonces, asomó la cabeza de Mónica por encima de la mesa, sonriendo y diciendo:
Ah, no, antes me tienes que follar
Y se dieron un beso con lengua. Entonces, Mónica se levantó y, mirando a Felipe, se fue quitando la ropa, primera la camisa, luego la falda. Me quedé ensimismado, era escultural, con sujetador y bragas negras, medias negras… vientre liso, culo redondo… Entonces, se quitó el sujetador. Pensé que me iba a dar algo al ver sus preciosas tetas. Dio un paso hacia Felipe, que la agarró por el culo y besó su vientre. Le bajó las bragas y la besó en el coño, lamiéndoselo mientras Mónica le agarraba la cabeza. Al poco, Mónica empujó hacia atrás a Felipe y se giró, mostrándole su culo. Felipe se lo agarró pero Mónica le quitó las manos y se sentó sobre él. Gimió y empezó a moverse, estaban follando.
Noté mi polla dura, me tendría que ir, eso no estaba bien, no podía espiarles, pero no me podía mover, estaba como hipnotizado. Los tenía de perfil, Mónica moviéndose sin parar mientras Felipe, sentado aún, le agarraba las tetas desde atrás. Cuando llevaban así un par de minutos, Mónica paró y se incorporó. Se giró y tiró de Felipe para que se levantara. Se besaron y luego, Felipe le comió las tetas, chupándoselas y lamiéndoselas mientras Mónica jadeaba y gemía sin parar. Vi claramente los pezones hinchados y duros de Mónica, y como Felipe se los chupaba y mordisqueaba.
Entonces, quitaron algunas cosas de la mesa. Mónica se tumbó en ella, boca arriba, y puso sus piernas en los hombros de Felipe, que la folló en esa postura. Luego, Mónica puso sus piernas alrededor de él y se medio incorporó para mirarlo, apoyando sus codos en la mesa mientras él seguía follandola. Los gemidos y jadeos de los dos eran fuertes, sentidos.
Follaron así unos minutos hasta que Mónica dijo de parar. Se levantó y se besaron largamente, con ella cogiéndole la polla y pajeándole mientras no paraba de besarlo. Luego, le dio la espalda y se apoyó contra la mesa, mirando hacia donde yo estaba. Me acojoné. Felipe se puso detrás de ella, y la folló rápidamente. Veía la cara de Mónica, era de gozo total, y la de Felipe de emoción y concentración.
De pronto, Mónica gritó:
ME CORRO, ME CORROOOOOO
Y vi su cara de éxtasis total, y como temblaba, y noté que yo también me corría, sin tocarme, me estaba corriendo sin tocarme, estaba alucinado. Al poco, Felipe también gimió y se corrió dentro de ella. Se quedaron quietos, ella con la cabeza entre los brazos, jadeando, y él con sus manos en las caderas de ella, acariciándola. Entonces, dio un paso atrás y Mónica se incorporó y lo besó largamente.
Al fin, conseguí moverme, y con mucho cuidado, me fui, avergonzado por haberlos espiado, por correrme, por todo… pero alucinando con Mónica. Me metí en el coche y me fui. Ese día me costó dormirme, estuve todo el rato entre, enfadado con Mónica por zorra, por tirarse al jefe, y alucinado por lo maravillosa que era. Al día siguiente, los vi, tan normales, pero me fijé en como se miraban, en detalles que antes había visto pero no le había dado importancia y me di cuenta que se gustaban de verdad.
Pasé varios días entre cabreado y excitado. Evitaba a Mónica pero, a la vez, me masturbaba todas las noches pensando en ella, reviviendo ese polvo, su cuerpo, su cara de éxtasis…
No le conté a nadie lo que había visto. Poco a poco, fui aceptando que Mónica jamás vería nada en mí, pero sentía rabia de que se liara con un casado y rabia porque Felipe se liara con ella estando casado. Y ahora me sentía culpable.
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MÓNICA
AD: Os escuché…
M: Oh, madre mía
AD: Lo siento, no era mi intención
M: Dios…
AD: Perdona, Moni
M: ¿Qué pensaste?
AD: mmmm sinceramente, te juzgué mal ese día, pensé… lo siento, pensé mal de ti
M: Ya
AD: Pero al día siguiente, cuando os vi juntos, sonrientes, como os mirábais, me di cuenta que era algo bueno y normal, tú sin novio, él con un matrimonio infeliz… me alegré por los dos, no se lo conté a nadie
M: ¿Te alegraste?
AD: Sí, se notaba a Felipe más contento, y a ti… radiante
Me levanté y lo abracé. Le dije:
M: Me sentía muy bien, Felipe era…
AD: Era un tío estupendo, que puta mierda de vida
Y vi que se le caía una lágrima y me eché a llorar. Al poco, él también. Nos quedamos abrazados y cuando conseguí parar. Me separé de él. Adolfo dijo:
AD: Ayer le di a Patricia mi carta de despido, dejo la empresa
M: ¿Qué?
AD: No puedo trabajar con gente que dice esas cosas de ti y Felipe, no puedo, me dan asco
M: ¿Dicen más cosas?
AD: Es mejor que no lo sepas
M: No, dímelo
Vi como miraba a Ana y Gus, pidiendo ayuda pero le dije:
M: Ado, dímelo
AD: mmmm que lo usaste, que lo incitaste a matar a la familia y luego, lo dejaste, y por eso se mató
Me quedé pasmada, ahora resultaba que yo era la promotora del asesinato:
M: Joder ¿Y Fran?
A: Fran está en modo trepa, quiere el despacho de Felipe y está… bueno… metiendo cizaña contra ti y contra mí
M: Que hijo de puta, ese despacho debería ser para ti
AD: O para ti, pero ninguno lo queremos, no podríamos estar allí…
M: Lo tengo clarísimo
AD: Ya ves, no puedo seguir allí con gente que dice esas cosas de ti y Felipe o solo piensan en aprovechar la ocasión… no puedo… me… me voy a tomar un tiempo… necesito un cambio…
M: Ya, pero trabajo no te va a faltar
AD: No, pero necesito pensar… sigo en la empresa 15 días más, se me van a hacer eternos con esa gente, pero bueno…
ANA
Seguimos hablando un rato más con Adolfo pero no dijo nada interesante, que Felipe era su mentor, que era muy buena persona, que todos lo escuchaban… No sabía nada de problemas en la empresa ni que podía preocuparle, ni se había dado cuenta que estaba especialmente preocupado por algo porque “Ya sabes como era, tan responsable de todo, siempre encima de todo, preocupado por todo”.
Cuando se fue, miré a Mónica. Dijo:
M: Que fuerte, nos pilló follando en la oficina
A: Eso parece
M: Para una vez que lo hicimos… me entró calentón y…
A: jeje
M: Puff, y seguro que nos vio, nada de escuchar, que ni cerramos la puerta ni nada
G: Pero se ve buen chico
M: Sí, sí… es que me da corte jajaja, pero sí, ha sido discreto y, ya véis, el único que me quiere hablar, él y Patricia… ah, por cierto, me ha escrito Patri, dice que si queremos, podemos ir esta tarde a ver a los socios, que ha hablado con ellos
A: ¿Sí?
M: Ya os dije que nos ayudaría
A: ¿Cuándo?
M: Si salimos ahora, podemos ir a casa de Alfonso, no vive lejos… Paco no sé donde vive pero me pasa la dirección Patri ¿Vamos?
A: Sí
Y salimos. Alfonso vivía en un piso enorme en una buena zona. Nos atendió muy amablemente pero no quiso contar nada de nada. Mucho decir que sentía mucha pena, que estaba destrozado pero que no sabía nada de problemas que preocuparan tanto a Felipe como para suicidarse. Cuando saqué el tema de problemas en el negocio, dijo:
AL: ¿Problemas? Pues claro, todos los negocios tienen sus cosas, es normal, pero nada preocupante
A: Pero Mónica os vio discutir bastante últimamente ¿no?
AL: Que nos viste ¿A quién?
M: A los tres socios
AL: Bueno, es que aunque fuéramos amigos, no siempre coincidíamos
M: Pero Felipe estaba agobiado con algo, se le notaba
AL: Felipe era muy responsable, siempre le daba muchas vueltas a todo
M: Pero...
AL: Mira, Mónica, sin querer faltarte al respeto, pero el hecho de que te acostaras con él no quiere decir que lo conocieras mejor que nosotros que lo conocíamos desde la universidad
A Moni se le cambió el semblante, le había jodido ese comentario. Iba a decir algo pero intervine:
A: Pero si se suicidó, sería por algo ¿no?
AL: Evidentemente, pero no por el trabajo, no tiene ningún sentido
A: ¿Entonces?
AL: Bueno, creo que está claro ¿no? La vida personal de Felipe no era modélica, está claro, se acostaba con una empleada
A: ¿Y?
AL: Pues que si Noelia se enteró, seguro que le montó una buena bronca y a saber que pasó ahí
A: ¿Qué quieres decir?
AL: Mirad, no tengo ni idea pero pensadlo, se enfadaron, discutieron, ella era muy borde, seguro que lo sacó de sus casillas, él la empujó, un mal golpe y la mató sin querer
A: ¿Y entonces?
AL: Miedo, pánico, desesperación al ver lo que había hecho… pues se quitó de enmedio
A: ¿Y a sus hijas también?
AL: Pufff, me cuesta creerlo, sí, pero… no sé, es la única explicación que le encuentro… es que no conocisteis a Noelia, era muy…
Nos quedamos esperando. Entonces dijo:
AL: Era una hija de puta, llevaba años puteando a Felipe
A: ¿Se acostaba con otros?
AL: Estoy seguro
A: ¿Por qué?
AL: Porque era una cabrona, ya os lo he dicho
Nos miramos. Entonces dijo:
AL: Bueno, dejemos el tema, tampoco es cosa de hablar mal de los muertos… solo os quería dar mi versión porque estoy seguro que Felipe no haría algo así por sí mismo, algo tuvo que pasar y me inclino por un accidente de ese tipo que desembocó en desesperación
Me fui de allí con la sensación de que nos había toreado respecto a los problemas en el trabajo, queriéndolo todo enfocar en la vida personal de Felipe. Además, noté a Alfonso nervioso y esquivo, nada que ver con Patricia o Adolfo, que se habían mostrado mucho más abiertos y con ganas de cooperar. Cuando salimos, les pregunté a Moni y Gus:
A: ¿Qué os parece?
G: Otra nueva versión de los hechos, están saliendo como setas
M: No me lo creo, Felipe hubiera apechugado con ese accidente, jamás hubiera matado a sus hijos por algo así
A: Ya, tampoco me parece factible… pienso que no nos ha querido decir la verdad sobre los problemas del negocio y que ha querido llevarnos por otro camino
M: Sí… y el cabrón ¿Sabes que ha intentado ligar conmigo un montón de veces?
A: No
M: Sí, pero no me gusta, no es de fiar, de los tres socios, es el que peor me ha caído de siempre, te mira y te está desnudando
A: Sí, me estaba mirando todo el rato las tetas
G: ¿Sí? Que cabrón
Fuimos a la casa de Paco el cual estuvo también reservado respecto a los negocios aunque menos que Alfonso. Se le notaba más apenado. No paró de decir que no se lo creía, que era imposible… Cuando le preguntamos por problemas en el negocio, también lo negó al principio, pero luego dijo que sí que había uno pero que no era como para llegar al suicidio. Le insistí para que nos contara pero se negó alegando confidencialidad entre socios. Cuando nos íbamos, dijo algo de pasada pero que me pareció muy importante:
P: Además, Felipe nos escribió ese viernes por la noche diciendo que ya tenía la solución, que había tendido una trampa y sabía como resolverlo así que ese ya no era el problema
A: ¿A quién os escribió?
P: A Alfonso y a mí, claro
A: ¿A nadie más?
P: Naturalmente que a nadie más, es… era un asunto confidencial entre socios
A: ¿Patricia conoce ese asunto?
P: Sabe que pasa algo, pero no lo que es, como os digo, era una asunto de los socios, no del resto de empleados
A: ¿Y ya se ha resuelto?
P: Por favor, dejemos el tema, es confidencial
Salimos fuera y le dije a Moni:
A: ¿Has escuchado? es lo que te dijo a ti, que había resuelto lo que fuera ¿no?
M: Sí, bueno, que sabía como resolverlo
A: Y ¿Qué habrá querido decir con “una trampa”?
M: Ni idea
G: A mí me suena que alguien les estaba jodiendo y Felipe le puso una trampa ¿no?
A: mmmm puede ser algo así y por eso no quieren contarlo
Nos quedamos los tres callados, pensando. Entonces Moni dijo:
M: Quizás sea una tontería pero…
A: ¿Qué?
M: No sé… es muy peliculero
A: Cuenta
M: La empresa tiene un producto que es la puta caña, de verdad, es un analizador que hace magia. No sé como lo hace pero las empresas pagan una pasta por pasar por él
A: No me entero ¿un analizador?
M: Sí, es un software que es… mágico, de verdad jajaja, es que nosotros recogemos datos, alimentamos al software y te da información importante a futuro para esa empresa… no tengo ni puta idea de como funciona, pero funciona
A: ¿Y qué hace?
M: Pues ayuda a las empresas a aumentar sus ganancias, y te digo que funciona, lo he visto
A: Vale ¿Y?
M: Pues ese software es ultrasecreto, casi nadie puede acceder a él
A: Ah, crees que lo han robado o algo así ¿no?
M: Más que robar, que alguien sabe como funciona o como usarlo… no sé... de estas cosas casi no sé nada, no tengo acceso
A: Ya, y ¿Quién tiene acceso?
M: Los socios y el equipo especial
A: ¿El equipo especial?
M: Sí, los que lo tocan y modifican
A: ¿Y Patricia y Adolfo? para ver si nos cuentan algo
M: Que va, ellos no, serán 5-10 personas como mucho los que tengan acceso, y seguro que no a todo…
A: Pero me contaste que Felipe te dijo que era un problema del inicio de la empresa ¿no?
M: Sí, es verdad… entonces no puede ser que lo estén robando ahora
A: ¿Y si lo robaron al inicio?
M: ¿Y ahora surge?
A: Sí, no sé… parece algo importante, sería preocupante si alguien les chantajeaba con algo de eso ¿no?
M: Mucho, sin eso, la empresa se va al garete
A: mmmm pues es algo a tener en cuenta
Estuvimos charlando un rato más sobre el tema pero no llegamos a nada y, por mi parte, no sabía como abordar eso. Entonces, Moni dijo:
Bueno, pues vamos a cenar, esta noche os quedáis a dormir en mi casa y mañana salimos temprano a Málaga en tren y luego, a Marbella ¿Vale?
Estuvimos todos de acuerdo y fuimos a cenar. Estuvimos todo el rato hablando de las entrevistas, como seguir,... Me sentía muy perdida, no veía por donde poder avanzar en la investigación. Al volver a casa de Moni, seguimos hablando y planteando ideas, y buscando por internet. Nos acostamos tarde, cansados y algo frustrados porque ninguno veíamos como afrontar este problema.