Capítulo 16
Verano 2022. Un par de días después
Mimi
Miré a Al que se partía de risa con otra chica mientras contaba una de sus chorradas. El primer día de empezar con Fer, Al no aceptó de buena gana que hubiera decidido salir con Fer, pero le duró poco, al rato se lo tomó con filosofía y siguió como si nada. Y ahora estaba ahí delante mía intentando ligar con esa bonita rubia, cosa que me parecía genial aunque me daba de pensar lo pronto que se había olvidado de mí.
Estábamos en el parque con varios amigos de ellos, charlando en otra calurosa noche de verano. Fer, a mi lado, reía también mientras me cogía la mano. Lo miré. Estaba muy guapo, tan moreno y risueño. Habíamos seguido con nuestros morreos pero la cosa avanzaba lentamente para mí, yo quería más pero me reprimía por miedo a fastidiarla. Necesitaba volver a hablar con Patri o Tony pero ambos habían decidido dejarme sola por unos días. Patri se había ido con unos amigos de la universidad y Tony a “arreglar unos asuntos”. Suspiré, los echaba de menos aunque solo hacía dos días que se habían ido.
Al nos preguntó si queríamos patatas y Fer dijo que sí y cogió en el aire la bolsa que le lanzó Al. Al tener la mano libre, aproveché para acariciarle el muslo a Fer, que llevaba pantalones cortos. Me gustaba tocarle, estaba suave aunque tenía bastantes pelos en la pierna. La verdad es que estaba suave en todos lados que había podido tocarlo. Ahora, en los morreos, nos tocábamos más, él a mí en las tetas y en el culo, y yo a él en su paquete y su culo, pero siempre por encima de la ropa y eso me fastidiaba, tenía unas ganas enormes de cogérsela directamente, ver como la tenía, si era suave o no… la curiosidad y la excitación me tenían fatal, pero no me atrevía a dar ese paso por si me veía demasiado guarra.
Fer me miró y dijo:
¿Tienes sed?
No
¿Seguro? Creo que voy a ir a por una lata
Vale
¿No quieres una?
Mmmmm no, beberé de la tuya
Vale, ahora vengo
Me dio un pico y se fue a una tienda cercana que abría hasta tarde por las noches. Al poco salió con su lata y tres chicas lo llamaron. Se puso a hablar con ellas y sentí un pinchazo de celos y temor. Las tres chicas con sus bonitas piernas bronceadas, sus camisetas ligeras, sus hombros a aire,... Y temí lo que llevaba pensando desde antes de empezar a salir con Fer, que cualquier día se daría cuenta que yo no le podía ofrecer lo que cualquier chica, es decir, la excitación por unas bonitas piernas, piel donde tocar… Me miré, mis mallas y camiseta de mangas largas, mi guante, mi única pierna… y me entró el pánico que siempre me entraba cuando pensaba en eso. Entonces, Fer llegó y se sentó a mi lado, dándome otro beso y la lata.
La bebimos en silencio. Él, preocupado ante mi cambio de humor, me preguntó pero le di una excusa tonta. Cuando terminamos la lata, le dije:
Vámonos
¿Quieres dar un paseo?
Me acerqué a su oído y le dije:
Quiero darme el lote
A él se le iluminó la cara y se levantó de inmediato. Me reí pensando “cualquier día se dará cuenta y me dejará, pero ahora mismo está coladito por mí”. Fuimos al picadero de Patri y allí empezamos a besarnos. Pronto nuestras lenguas se enlazaban mientras una de sus manos me apretaba el culo y la otra estaba sobre una teta, siempre sobre la ropa. Mis manos agarraban su culo, apretándolo contra mí porque me gustaba sentir como se le ponía dura.
Cuando ya la tenía totalmente dura, le dejé separarse con la intención de cogerle el paquete pero se me ocurrió algo. Le cogí la mano que me acariciaba una teta y se la moví para meterla por debajo de mi camiseta. Fer paró de besarme y me miró sorprendido. Le sonreí tranquilizadoramente y él empezó a acariciarme el vientre, no lo suficientemente despacio como para provocarme cosquillas ni rápido como para parecerme desagradable. Cuando me pareció que no se iba a atrever a más, le dije al oído:
Puedes subir
Él me miró con cara de lelo y me reí. Sabía que él había besado a otras chicas e incluso tocado, pero siempre por encima de la ropa. Mi teta era la primera que iba a tocar directamente y eso me encantaba. Noté su mano subir hasta cogérmela suavemente por encima del sujetador. Le pregunté:
¿Te gusta?
Él asintió con cara de alucinado. Le dije:
Espera
Metí mi mano dentro de mi camiseta pero por la espalda y me desenganché el sujetador, entonces Fer notó que se destensaba y me miró con los ojos muy abiertos, pero esta vez no hizo falta que le dijera nada, movió su mano bajo mi sujetador y me acarició directamente la teta. Le pregunté:
¿Así mejor?
Fer movía su mano como absorto y tras unos segundos, dijo:
Bestial
Jajaja
Joe, es… es… que grande, Mimi, y suave y…
Tira un poquito de mi pezón
Él me miró indeciso pero me hizo caso. Noté sus dedos sobre mi duro pezón y como pellizcaba muy suavemente. Gemí y le dije:
Más fuerte
Tras varios tironcitos, me lancé a su boca pensando “dios, que cachonda estoy, voy a dejar mis bragas mojadísimas”. Lo morreé sin dejar de gemir por sus tironcitos pensando que ojalá tirara más fuerte o me lo chupara, pero sin atreverme a decírselo por miedo a lo que pensaría. Mis manos bajaron a su paquete y lo cogí, apretándolo sobre la ropa.
Me notaba hasta mareada de la excitación y entonces me dije “A la mierda, necesito tocársela” y metí mi mano dentro de su pantalón y calzoncillos y se la cogí. Fer paró de tocarme y besarme, sorprendido. Intenté mover mi mano para acariciársela pero estaba todo tan apretado que me costaba, así que tiré de ella para arriba y con mi otra mano, tiré de su ropa para abajo hasta que salió fuera y la solté. Y nos quedamos los dos quietos.
La miré aunque estaba muy oscuro pero algo se veía. Le dije:
Me gusta
¿Sí?
Sí
Aunque la verdad es que no sabía que pensar. No me parecía que fuera como la de los videos pornos, y no sabía si era grande o no, pero a mí me lo parecía. Pensé “¿Y esto me lo tendría que meter?” un poco incrédula. Nos quedamos callados, yo sin quitar ojo de su polla y él nervioso. Entonces se la cogí de nuevo y moví mi mano un poco. Sí, era suave pero me paré y le dije:
Enséñame
¿Qué?
Que me enseñes
¿El qué?
A hacerte una paja, nunca he hecho una y no sé si te voy a hacer daño
Mmmm
Lo miré extrañada y asustada de repente ¿Me estaba pasando?. Le pregunté:
¿No quieres?
Sí, sí, claro… es que…
¿Qué?
No me lo esperaba y estoy muy nervioso
Ya, ha sido un impulso
Moví mi mano suavemente a lo largo, sin atreverme a apretar o qué, cosa tonta porque los días anteriores se la apretaba bien, pero al tenerla directamente en mi mano me daba miedo pasarme de bruta. Mi mano llegó a su punta y noté líquido. Le pregunté:
Pero ¿Ya te has corrido?
No, no
Ah, es que noto…
Eso es… no sé, el agüilla que sale antes
Ahhh, el líquido preseminal ¿No? Que tonta
Mmmm
Claro, para que se lubrique bien… La teoría me la sé
Ah
Pero de la parte práctica ni idea, venga, enséñame ¿Cómo lo haces? ¿Puedo pasar la mano por la punta? Mmm creo que sí, que sería mejor mojármela para que se mueva mejor a lo largo ¿no?
Sí, bueno... no sé
Venga, enséñame, que quiero hacerlo bien
Y me enseñó con su mano, guiándome un poco. La cosa era muy sencilla y pronto le estaba haciendo la paja sin problemas. Le dije:
Sigue tocándome como antes, eso te gusta ¿No?
Claro pero…
¿Qué?
Que si te toco voy a durar muy poco
Bueno ¿Y qué? Para eso te estoy haciendo la paja ¿No?
Ya pero…
Anda, venga, toca, que a mí también me gusta
No se hizo de rogar y rápidamente metió de nuevo su mano dentro de mi camiseta y me agarró una teta. Y era cierto, al poco empezó a correrse mientras yo miraba alucinada pensando “Genial, mi primera paja y me encanta”. Cuando terminó de estremecerse lo besé y le dije:
Vaya, sí que echas cantidad, mira mi mano
Y se la enseñé, estaba bastante mojada. Él me miró con vergüenza y le di un pico riéndome. Le dije:
No tengo con qué limpiarme
¿No?
Él miró a su alrededor mientras se subía la ropa y entonces salió fuera buscando algo. Me acerqué la mano y la olí. No me desagradó ni me gustó. Entonces, miré por donde se había ido y, al no verlo, y saqué la lengua. Toqué el semen con la punta de mi lengua y lo saboreé “Bueno, no sé ¿quizás salado?” pensé sin recordar si debía saber así o no. Miré de nuevo y no vi a Fer y entonces me lamí un dedo. Ahora sí lo noté, salado, seguro, y caliente. Lo degusté un poco con intención de escupirlo, pero entonces llegó Fer y bajé rápidamente la mano y tragué sin darme cuenta. Inmediatamente pensé “Mierda, me lo he tragado” y me reí. Él, sin saber que pasaba, me dijo:
He encontrado este periódico
Vale, dame
Me sequé la mano y luego me puse bien el sujetador. Fer me miraba y cuando terminé, me preguntó:
¿No quieres…?
¿Qué?
Que yo… bueno, que te haga lo mismo
Me quedé pasmada, ni lo había pensado. Dudé, ganas tenía, eso sin dudas, pero ya era demasiada guarrería por una noche y era algo que, de pronto, me daba mucho apuro. Le di un beso y le dije:
Hoy no
¿Por qué? A mí me gustaría…
Ya hemos hecho hoy demasiadas guarrerías ¿No crees?
¿Guarrerías?
Vas a pensar que soy una fresca
NOOO
Él protestó e intentó convencerme pero me negué pensando que esa noche me daría un buen homenaje recordando todo tranquilamente.
Patricia
Cerré los ojos y escuché el mar, las pequeñas olas chocando contra el yate y sobre todo, a Tony encima mía, sus jadeos, su respiración, sus besos y el ruido de nuestros cuerpos mientras me follaba sin parar sobre la cubierta del barco. Estaba conteniendo la respiración hasta que abrí los ojos y clavé los dedos en su espalda. Vi el cielo negro pero lleno de estrellas y grité mientras me invadía el estremecimiento por un gran orgasmo. Me convulsioné sin parar mientras Tony seguía follándome y grité sin miedo a que alguien nos escuchara allí en medio del mar.
Tony paró el ritmo y se salió de mí mientras yo temblaba sin poder controlarme. Cerré de nuevo los ojos intentando tranquilizarme. Al poco, noté como Tony me cogía y me giraba para ponerme boca abajo, y luego tiraba de mi cintura para levantarme el culo. Quería seguir follándome pero yo no podía. Le hice un gesto con la mano sin poder hablar y él lo entendió. Me soltó y me volví a derrumbar boca abajo. Me quedé así unos minutos, sin poder ni moverme y pensando “este tío me va a matar a polvos, no para de provocarme estos orgasmos tan bestiales” pensé. Solo Paula me provocaba lo mismo, y pensar en eso me molestó y sacudí un poco la cabeza para dejar de pensar en ella. Llevábamos dos días navegando y con un sexo brutalmente bueno. Tony era una máquina de follar, me tenía muerta pero, a la vez, con ganas de más, aunque no en ese momento.
Con desgana, me giré y me puse boca arriba. Vi a Tony mirando por la cubierta, sudoroso y con respiración agitada, y la polla aún dura. Él se volvió y me miró. Dio unos pasos hacia mí con evidentes ganas de terminar el polvo. Me incorporé y cogí su polla con mis dos manos porque me mareé y pensé que me iba a caer. Me metí solo su glande en mi boca y moví mi lengua por él, esperando a dejar de sentir el mareo antes de hacer nada más.
Acaricié sus muslos con mi mano y luego su abdomen marcado y duro. El tío estaba buenísimo. Con mi otra mano le acaricié los huevos, grandes y sin pelos. Cuando ya no sentí mareo, saqué su polla de mi boca y me incliné un poco para lamerle los huevos y luego chupárselos. Me gustaba metérmelos en la boca, no eran para nada como los de mi ex, llenos de pelos y más pequeños. Pensé si follar o no, pero me notaba el sexo hinchado y el clítoris igual e irritable, seguro que no sería agradable ahora mismo. Decidí que esto acabaría en mamada, no podía seguir follando.
Me volví a meter su polla en mi boca y ahora sí moví mi cabeza. Con mis manos recorrí el resto del tronco que no me cabía en la boca y aumenté el ritmo. Él se dio cuenta de mi intención y se dejó hacer. Cuando noté que ya quedaba poco, él de pronto, me la sacó de la boca y tiró de mi pelo para atrás, no muy fuerte pero firme, para que lo mirara. Se cogió la polla y empezó a meneársela. Lo entendí, quería correrse en mi cara. Pensé “Pero ¿Lo voy a dejar?” Siempre me había negado a eso, me parecía humillante y sucio, pero entonces me di cuenta que la idea me excitaba y quise que lo hiciera pero pensé “¿Qué hago? ¿Lo miro? ¿Y si me cae en los ojos? ¿Abro la boca para que apunte ahí? ¿O será de muy guarra?” pero entonces empezó a correrse, me llegó el primer latigazo de semen encima de mi boca, y luego en mi cara y en mi nariz. Cerré los ojos notando un par más y luego los abrí. Me sentía cubierta de semen. Me metí su polla en la boca y limpié con mi lengua lo que le quedaba de semen. Él me miró excitado y luego se tumbó boca arriba, cansado. Me eché sobre él, notando el semen caliente en mi cara, tenía que limpiarme rápido pero antes descansaría un poco.
Tony
Escuché la respiración de Patri y me di cuenta que estaba dormida. Con cuidado, la eché a un lado y me incorporé. Busqué una toalla y le limpié la cara. Luego, la cogí en brazos y la llevé dentro, a la cama. La tumbé y salí fuera. Hacía una noche magnífica y estaba exhausto, pero sabía que no iba a poder dormir. Me abrí una cerveza y me puse a pensar en lo de siempre “¿Por qué, Olga? ¿Con ese mierda? ¿En serio ese cabrón es mejor que yo? ¿Es por el dinero?” Noté como la rabia me invadía y no, tenía que dejar a un lado la rabia, tenía que dominarme y pensar. Sabía que si no llega a ser por Patricia, habría cogido el coche para ir a casa de ese mierda y allí, allí no sabía que habría pasado en el estado de agitación y rabia en el que me encontraba, seguro que nada bueno. Patricia me había salvado de cometer una locura, pero era una buena chica y me estaba aprovechando de ella. Ahora tenía que pensar mis siguientes pasos, ir allí con la cabeza lo más fría posible y enterarme de la razón de la traición de Olga, sin dejarme llevar por mis impulsos agresivos como siempre, porque tenía claro que iba a ir a casa de ese cabrón y que saldría de allí con esa información pero si entraba como un toro en una cristalería, sería imposible enterarme de la verdad.
Miré el móvil y vi un mensaje de Mimi de hacía unas horas. Sentí el remordimiento por mi comportamiento con su hermana. Me iba a odiar cuando se enterara de como me estaba aprovechando de Patricia, aprovecharme de que estaba confusa y triste, la estaba usando para descargar mi rabia e intentar tranquilizarme. Mimi se enteraría porque al final todo acababa por salir a la luz, lo tenía claro.